viernes, 22 de abril de 2022

La Vejez: Perspectiva Bíblica Y Participación Por Saúl Guevara

Las iglesias somos subculturas dentro de la cultura social de un país. No debe extrañarse entonces, que los miembros de una comunidad de fe tengan el mismo perfil general que el resto de las personas que componen esa sociedad. De manera que las personas de edad avanzada de la comunidad de fe tienen características y enfrentan los mismos retos reconocidos a los miembros de esta población.

 Ya he mencionado a la iglesia como base de apoyo significativo para la calidad de vida de la persona de edad avanzada; y es necesario reconocer que algunas de estas se distinguen de otras en su calidad de servicios y sensibilidad humana. La manera en que vemos el ministerio con los adultos mayores, depende grandemente en nuestra visión del pastor y su cuerpo de lideres.

 ¿Cuál es la visión cristiana del envejecimiento?

 La visión cristiana del envejecimiento y de las personas de edad avanzada está basada en el mandamiento de Dios al pueblo hebreo y la noción de éstos del mismo. Prevalece en la tradición hebrea el reconocimiento del valor humano y la gracia otorgada al adulto mayor; se exhorta a honrarlo.

 Podríamos apuntar que la Biblia presenta tres temas mayores que resumen el envejecimiento y el trato hacia las personas de edad avanzada; éstos son: 1) El envejecimiento es un tiempo de honor divino, 2) El envejecimiento es un tiempo de prueba definitiva, y 3) El envejecimiento es un triunfo distintivo.

 El enfoque al describir al envejecimiento como tiempo de tributo y honor es que las personas de edad avanzada deben ser honradas y merecen reconocimiento de honor porque Dios ha decidido concederles esa longevidad. Esta longevidad es deseada universalmente, pero no todos la alcanzan.

 La cultura hebrea, por mandato de Dios, enfatizó la práctica de honrar y estimar a los adultos mayores por sus capacidades. Distintos escritos bíblicos aluden a ello; se pueden mencionar algunos de éstos. “Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia”. “La gloria de los jóvenes radica en su fuerza; la honra de los ancianos, en sus canas”. Pablo le dio instrucciones específicas a Timoteo de cómo tratar y honrar a los ancianos.

 Cuando se define al envejecimiento como un tiempo de prueba, se refiere a la realidad de que en estas etapas hay también un proceso de deterioro y pérdidas físicas y psicológicas. Algunas de estas pérdidas fueron previamente enumeradas en los retos fisiológicos que enfrenta el adulto mayor. Otras pérdidas que ellos sufren son: la pérdida del cónyuge, pérdida de amigos y vecinos, pérdida de la seguridad financiera, pérdida de beneficios de salud, pérdida de independencia, pérdida de respeto y autoestima, pérdida de sistemas de apoyo, y otros. El salmista expresa esta realidad de la siguiente manera: “La vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando”.

 El tercer tema es que el envejecimiento es un triunfo distintivo. Debido a su experiencia de vida, en esta etapa hay la oportunidad de testificar del acompañamiento y fidelidad de Dios a través de la vida. El adulto mayor cristiano entiende que su cuerpo exterior se va desgastando, pero él continúa creciendo espiritualmente y quiere pasar ese legado espiritual a las generaciones más jóvenes. Su deseo es compartir la sabiduría adquirida. “Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la nueva generación, y tu potencia a todos los que han de venir”.

 La iglesia puede aprender mucho y beneficiarse de la madurez espiritual y sabiduría de los adultos mayores. Es aconsejable y práctico que las congregaciones provean el tiempo y el espacio para ese intercambio generacional.

 En cuanto a su participación en la Iglesia los adultos mayores tienden a ser el grupo que más participa de actividades religiosas y que mayor identificación tiene con la iglesia en comparación con otras edades, como lo son los jóvenes. Algunos reportes reflejan que los adultos mayores asisten con más frecuencia a la iglesia que los jóvenes, oran más frecuentemente que los jóvenes adultos y leen más la Biblia.

 Las personas que asisten más frecuentemente a los servicios de adoración son más propensas a experimentar reverencia a Dios. A mayor reverencia a Dios, se va a promover un sentido de unidad congregacional; la unidad congregacional desarrollará el sentido de pertenencia al lugar donde adoran; un mayor sentido de pertenencia a la congregación, estará asociada con un sentido más fuerte de significado religioso en su vida.

 La comunidad de fe contribuye al bienestar psicológico de los adultos mayores debido a que una de sus funciones sociales es asistir a las personas en momentos difíciles; las dos fuerzas principales que motivan a la iglesia son el amor hacia las personas y los valores comunes. Existe literatura que sugiere que las personas identificadas como religiosas disfrutan una mejor salud física y mental que aquellos que no pertenecen a ningún grupo religioso.

Un estudio realizado al respecto sugirió que cuando la persona tiene un mayor número de amigos en la iglesia, sufre menos de depresión. Esto se podría deber en parte a que la amistad ofrece cierta seguridad debido a sus características, porque se espera que en la verdadera amistad haya confidencialidad, apertura y lealtad.

 Obviamente, esto es un proceso que se logra con la participación de las personas en distintas actividades, que simultáneamente van eliminando la desconfianza, y los elementos que pudieran activar episodios depresivos.

 Queda mucho por hacer, la iglesia debe estar activa sirviendo a la población de adultos mayores. Varias congregaciones tienen ministerios con programas dirigidos a atender las distintas necesidades de la persona de edad avanzada. Estos modelos que tienen trayectoria exitosa pueden ser muy valiosos como ejemplo para la iglesia que desea iniciar un ministerio de adultos mayores.

 Bueno es que la autoridades eclesiásticas n cada iglesia fomenten una nueva visión de su iglesia hacia el anciano, se indaguen de lo que otras iglesias hacen y se pongan a cumplir con el mandato divino de honrar a nuestros ancianos.

S.A.G. – 22 – ABR – 2022

 

 

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