viernes, 13 de abril de 2018

El Adulto Mayor Y Sus Cambios Sociales


Dentro de los cambios que se viven durante el envejecimiento, nos encontramos con los cambios sociales que tienen que ver con cambios respecto a la relación de la persona con las demás personas.

Los cambios sociales difieren de los fisiológicos y psicológicos por ser estos dos últimos, cambios personales e individuales. Los sociales son cambios relacionados con la interacción con las demás personas y aunque incluyen cambios personales, se enfocan en las personas que los rodean.

Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.

La forma en que una persona resuelva sus problemas en la edad adulta será un buen índice de cómo luchará con ellos en los años de la vejez. En el proceso de saber vivir la vejez cuentan las actitudes y acciones de la sociedad en que el individuo envejece.

Aumenta la susceptibilidad a las enfermedades e incapacidades. Se va haciendo cada vez más difícil mantener la integración personal, así como la orientación en la sociedad. El individuo acaba retrayéndose de las actividades. Depende mucho de los que le rodean. Si las relaciones con otros son tirantes, el anciano busca el aislamiento y la soledad. El temperamento puede tomarse agrio. Surge en muchos casos la mala salud física. Los ingresos económicos pueden ser insuficientes.

El anciano no desea y mucho menos quiere ser un estorbo.

·         Necesidad de comunicación social
El anciano necesita comunicarse y relacionarse con el entorno de forma verbal y no verbal, expresar deseos y opiniones y tener pertenencia a un grupo, mantener una movilidad suficiente que le permita las relaciones sociales, tener una imagen de sí mismo que corresponda a la realidad y expresar sin temores su sexualidad.

·         Presencia de barreras arquitectónicas
Las barreras arquitectónicas han sido creadas por el hombre adulto físicamente sano y carecen de la flexibilidad necesaria para adaptarse a otras etapas de la vida (niñez o ancianidad) o en situación de discapacidad y/o enfermedad. Constituyen impedimentos o dificultades que presenta el entorno construido, para las personas con movilidad y comunicación reducida.

·         Viudez
La viudez en la tercera edad no se vuelve menos dolorosa por estar al final de la vida, aunque sí es menos inesperada. El hecho es que muchos de los que se casan deseando envejecer y morir juntos o en un mismo período de tiempo, la posibilidad de poder seguir adelante sin el “compañero de toda la vida” puede resultar difícil.

·         Problemas en la dinámica familiar
Las relaciones entre el anciano, sus hijos y nietos pasan por dos etapas fundamentalmente.

La primera etapa es cuando el anciano es independiente y no tiene problemas de salud, se dedica a ayudar a los hijos, realiza pequeñas tareas domésticas, ejerce la función de recadero y se dedica al cuidado de los nietos.

La segunda etapa se inicia cuando aparecen los primeros problemas de salud, se invierten las relaciones familiares. El anciano deja de tener el mismo peso dentro de la familia y en ésta se puede generar un sentimiento de rechazo y abandono.

·         Falta de medicamentos
Los pacientes ancianos alegan múltiples razones para no cumplir correctamente con las recomendaciones prescritas por los médicos. Entre las más frecuentes están el olvido, los efectos adversos, apreciar falta de necesidad del tratamiento, no disponer de medicamentos, falta de información acerca de la administración apropiada, porque perciben que toman demasiados medicamentos, los creen inefectivos o por dificultad para tragar los comprimidos.

·         Insuficientes ingresos económicos
Al decrecer los recursos de que disponen como consecuencia de la jubilación, también se producen cambios en sus vidas que pueden ser responsables de desequilibrios o pobre bienestar y, además, tener múltiples repercusiones.

·         Pobre apoyo comunitario
El apoyo familiar y comunitario tiene un fuerte impacto en las condiciones de vida de los adultos mayores. Ese apoyo asume diversas formas, que van desde la ayuda monetaria directa hasta los cuidados personales en el caso de enfermedad, discapacidad o mediante el apoyo emocional (visitas, llamadas, etc.). Ante el insuficiente apoyo de los sistemas hacia los adultos mayores, es probable que la familia y la comunidad continúen siendo los principales soportes del adulto mayor.

·         Insuficiente estructura comunitaria
La atmósfera debe promover la autonomía en lugar de la dependencia y necesita siempre acomodarse a las deficiencias del envejecimiento normal.

·         Dificultades para la recreación
El ocio y la recreación, en el adulto mayor, han de entenderse y apreciarse como algo más allá de lo simplemente personal, en cuanto al empleo del tiempo libre ha de verse más bien como una acción que proyectada desde lo social puede crear las condiciones que faciliten la elevación de la calidad de vida de estas personas, y contribuya al desarrollo de estilos de vida más saludables y autónomos a esta edad.

·         Dificultades en la adquisición de alimentos fuera de la canasta familiar
Los buenos hábitos alimenticios y una vida saludable influirán en mejorar de manera notable, la calidad de vida del anciano.

·         Dificultades con la vivienda
En algunos casos los ancianos deciden vender su casa de toda la vida, debido a que ya les resulta demasiado grande, en esos casos se debe orientarlos para que la casa que compren reúna ciertas condiciones que le permitan auto valerse.

·         Aspectos psicológicos y sociales
La accesibilidad del anciano al medio físico es la condicionante para que una persona, con dificultad en su movilización disfrute de oportunidades similares a los demás grupos etarios.

No existe ser humano que pueda escapar de la vejez. Hoy nuestros padres, mañana nosotros. Es ahora el momento para demostrar el amor que debemos a esos padres, que han envejecido y que tanto nos necesitan.

Por otro lado, la Palabra de Dios nos dice en Gálatas 6:7 RVR1960 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”

Por lo tanto, para nuestros jóvenes es el momento de sembrar, para nuestros adultos   es el momento de cultivar, para que cuando lleguen a viejos obtengan una buena cosecha.  

NO OLVIDE: “…todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”


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