viernes, 24 de septiembre de 2021

Te Estás Poniendo Viejo Por Saúl Guevara

 

Frecuentemente se suele escuchar “Estoy cansado. Me es difícil levantarme. Me he sentido un poco triste y es que me estoy poniendo viejo y tengo que vivir con eso”.

 Esta postura fatalista se basa en suposiciones ampliamente aceptadas pero erróneas acerca de lo que constituye el "envejecimiento normal". La biblia presenta la vejez como una parte normal y natural de la vida en este mundo. El honor está presente en este proceso, porque normalmente está acompañado de mayor sabiduría y experiencia. "Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia" Proverbios 16:31.

 De hecho, la fatiga, la debilidad y la depresión, entre muchas otras preocupaciones comunes, no son consecuencias inevitables de volverse viejo. En cambio, son una señal de que algo está mal y de que hace falta una evaluación médica.

 Las personas tienen una percepción, promovida por nuestra cultura, de que el envejecimiento equivale a deterioro. Eso es algo equivocado, muchos adultos mayores permanecen con buena salud por largo tiempo y “somos afortunados de vivir en una época en la que hay muchos medicamentos disponibles”.

 Por supuesto, los cuerpos de las personas sí cambian a medida que avanzan los años. Pero se trata de un proceso gradual. Si súbitamente te das cuenta de que tus pensamientos están borrosos y no puede confiar en tu memoria, si te mareas y pierdes el equilibrio, si no puedes dormir y tienes que correr con urgencia al baño durante la noche, todo eso no se puede tildar como parte del envejecimiento normal. Ve a ver al médico. Entre más temprano identifiques y ataques estos problemas, mejor.

 Existen cuatro preocupaciones más comunes que deberían llamar la atención, por los problemas que pueden surgir:

 

1.    Fatiga. No tienes energía. Estás cansado todo el tiempo.

 Los adultos mayores con cansancio crónico corren el riesgo de perder su independencia y quedar aislados socialmente. Cerca de un tercio de los adultos de 51 años y más experimentan fatiga, según un estudio publicado en la revista de la Sociedad Americana de Geriatría. Existen probables causas culpables: Los medicamentos para la presión arterial, los problemas del sueño, el dolor y el reflujo gastrointestinal pueden inducir la fatiga, al igual que las infecciones, condiciones como la artritis, tiroides hipoactiva, la mala nutrición y el consumo de alcohol. Todos pueden ser tratados, dicen los médicos. Quizás lo más importante es asegurar que los adultos mayores permanezcan físicamente activos y no se conviertan en sedentarios.

 Necesitas empezar a moverte más, tomar terapia física o terapia ocupacional y presionarte a hacer un poco más cada día.

 

2.    Pérdida del apetito. No tienes ganas de comer y has perdido peso.

 Esto te pone en riesgo de desarrollar deficiencias nutricionales y fragilidad, lo que eleva la perspectiva de una muerte precoz. Se cree que entre el 15% y el 30% de los adultos mayores sufren de lo que se conoce como "anorexia del envejecimiento".

 Los cambios físicos asociados con la edad, como son una reducción notoria del sentido de la vista, el gusto y el olfato, que hacen a la comida más atractiva pueden contribuir a la faltade apetito. Así como también otras condiciones: disminución de la secreción de saliva (un problema causado por ciertos medicamentos que afecta a un tercio de los adultos mayores); constipación (que afecta hasta al 40% de los ancianos); depresión; aislamiento social (a las personas no les gusta comer solas); problemas dentales; enfermedades e infecciones; y medicamentos (que pueden causar náuseas o reducir el gusto y el olfato). Si tenías un muy buen apetito antes y eso cambió, préstale atención.

 Tratar problemas dentales y otras condiciones, agregar especias a los alimentos, modificar la medicación y compartir las comidas con los demás, pueden hacer la diferencia.

 

3.    Depresión. Estás triste, apático, irritable por semanas o meses.

 La depresión tiene profundas consecuencias, agravando los efectos de condiciones crónicas como enfermedades del corazón, que conducen a la discapacidad, afectan la cognición y en casos extremos, pueden llevar al suicidio.

 Hace medio siglo, se creía que la "melancolía" era común en la vejez y que los ancianos naturalmente se retiraban del mundo cuando entendían que sus días estaban contados. Ahora, se sabe que esto no es así. Los investigadores han demostrado que los adultos mayores tienden a ser más felices, sólo el 15% tiene depresión severa o variantes menores.

 La depresión tardía se asocia con una enfermedad como la diabetes, el cáncer, la artritis o los accidentes cerebrovasculares; también con el deterioro de la audición o visión, y cambios de la vida tales como el retiro o la pérdida de un cónyuge. Mientras que el dolor es normal, la tristeza que no desaparece y que está acompañada de apatía, el alejamiento de las actividades sociales, el mal sueño y la auto-negligencia no lo es.

 Con tratamientos como la terapia cognitivo-conductista y los antidepresivos, del 50 al 80% de los adultos mayores pueden esperar recuperarse.

 

4.    Debilidad. No te puedes levantar fácilmente de la silla, destapar un frasco o sacar una lata de la despensa.

 Posiblemente sea sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular y fuerza; afecta alrededor del 10% de los mayores de 60 años. Si no se trata, afectará tu equilibrio, movilidad y resistencia, y aumentará el riesgo de caídas, fragilidad y pérdida de la independencia. La atrofia muscular relacionada con la edad, comienza cuando las personas alcanzan los 40 años y se acelera a los 70, es parte del problema.

 La solución: el ejercicio, incluye ejercicios de resistencia, fuerza y una buena nutrición, además de consumir cantidades adecuadas de proteína. Otras causas de debilidad pueden incluir inflamación, cambios hormonales, infecciones y problemas del sistema nervioso. Debes estar atento a los cambios repentinos. "Si no eres tan fuerte como ayer, no está bien" Vigila la debilidad sólo en una parte del cuerpo, especialmente si está acompañada por cambios en el habla o la visión.

 Tomar medidas para afrontar la debilidad no significa que tendrás la misma fuerza y resistencia que cuando tenías 20 o 30 años. Pero puede significar que los doctores detecten un problema grave o prevenible y eviten un deterioro mayor.

S.A.G. – 24 – SEP – 2021

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