Salmos 92:14 "Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes"
Una de las cosas que a los cristianos nos debe caracterizar en este mundo es el no ser igual al mundo. Vivimos en un mundo o sociedad donde desechan a los adultos mayores y la palabra de Dios dice que ellos “aún en la vejez fructificaran”
Pero… ¿Qué hacemos para ayudar a que fructifiquen?... ¿qué hacemos en nuestros hogares?, ¿en nuestras iglesias? o ¿qué hacen los líderes eclesiásticos para formar cristianos que ayuden a fructificar al anciano?
La clave está en propiciar, permitir y fomentar su participación, en el ayudar a sentirse activo, cuando hablamos de actividad no sólo se refiere a actividad laboral, sino a la participación continua en cuestiones sociales, económicas, culturales, familiares, religiosas o cívicas.
La participación puede englobar todas las interacciones del individuo con su entorno, desde las relaciones sociales de la vida cotidiana a la participación organizada a través de asociaciones o a través de mecanismos políticos. Los adultos mayores tienen el derecho de participar de formas diversas según su nivel formativo y de rentas y también según su edad y sexo. Respetando sus preferencias como reflejo de la diversidad de este segmento poblacional, es importante promover su participación en todos los niveles, desde la toma de decisiones dentro de su propia familia a las redes de apoyo informal entre vecinos, las asociaciones religiosas, culturales, deportivas, sindicales o de defensa de sus derechos.
Para promover la participación de los adultos mayores es necesario promover su autonomía, su capacidad de elegir y de decidir por sí mismos. Para ello debemos procurar a los adultos mayores unos recursos suficientes para mantener una calidad de vida digna, fomentar la formación permanente y la educación para adultos, ya que sólo accediendo a formación e información plural se puede elegir libremente y crear mecanismos de participación reales y abiertos.
En este sentido es importante el desarrollar vías necesarias para la expresión de los adultos mayores (de sus necesidades, opiniones, demandas); y para que su visión no sólo sea escuchada sino tenida en consideración, parece esencial que los adultos mayores formen parte de los órganos de toma de decisiones, en todas las organizaciones donde se encuentren.
Igualmente, es importante articular medidas que permitan la participación de los mayores en situación de dependencia, adaptándola a sus posibilidades y siempre como forma de fomentar su autonomía y de preservar su dignidad.
La presencia de los adultos mayores en las diversas organizaciones que le rodean, es una de las formas más visibles de participación, tanto en aquellas formadas por mayores como en organizaciones dedicadas al voluntariado, una de las actividades de participación en las que los mayores pueden compartir sus conocimientos y saberes. Además, las actividades intergeneracionales en estas organizaciones demuestran ser más enriquecedoras a todos los niveles que aquellas divididas por edades.
Mención específica merece la importancia de la accesibilidad y el diseño para todos
como medio para permitir la participación de los mayores. De poco nos servirían los mecanismos de participación de los adultos mayores sin el desarrollo de comunidades y municipios accesibles que permitan sus desplazamientos, el acceso a las instalaciones públicas y privadas, el manejo de información o el ocio y el consumo adaptado a los adultos mayores.
Son muchos los ejemplos que podemos encontrar en los diferentes países de mecanismos de participación, nuestro reto como cristianos es extender las buenas prácticas e institucionalizarlas como parte de las políticas de envejecimiento.
Hay que reconocer la gran contribución que hacen las personas mayores a la asistencia de las sociedades en sus grupos de oración buscando el bienestar del prójimo.
Nuestro compromiso dentro de un Cristianismo Activo, es luchar contra cualquier tipo de discriminación y exclusión de los adultos mayores y trabajar para lograr sociedades incluyentes, empezando por nuestras iglesias.
La vejez es una etapa de plenitud de la vida y el respeto es la base para avanzar en la participación, el empoderamiento de los adultos mayores supone que participen en los procesos de toma de decisiones que les afecten, en generalizar las prácticas participativas y, sobre todo, en garantizar una vejez digna a través de las coberturas sociales para que gocen de la autonomía y la inclusión que sus años de sabiduría merecen.
La participación social de los mayores es uno de los objetivos principales del Cristianismo Activo, junto con la Salud y la Seguridad Social.
En la práctica, se están introduciendo en la sociedad normas nuevas y estados de opinión que reflejan la trascendencia de este momento y la necesidad de introducir
respuestas innovadoras, que lleven definitivamente al reconocimiento de la contribución social de los adultos mayores como agentes de desarrollo.
Talvez se preguntará ¿Por qué menciono y hago énfasis en la labor de la iglesia? Y le respondo con Salmo 92:13…14 “Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes”
S.A.G. – 28 – AGO – 2021
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