Juan 21:18…19 “De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; más cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.”
Aun cuando muchísimas personas se resisten, estos han de llegar a viejos. Aun cuando hoy en la realidad con la proliferación de mejores métodos de alimentación, las máquinas para hacer ejercicios y el uso incontrolado de vitaminas hoy en día, pareciera que estuviera describiendo a una sociedad que se resiste a llegar a ser anciano.
Desde su aparición nunca antes la cirugía plástica había tenido tanto éxito como ahora, queremos hacernos todo tipo de tratamiento para rejuvenecer, insistimos en no querer envejecer, cueste lo que cueste… no queremos renunciar a vivir jóvenes toda la vida.
Pareciera que los profesionales estudiosos de la vejez desde sus diferentes facetas para hacerla menos dramática, se inventan nombres para hablarte de esa etapa de la vida. Son varios nombres los que reciben esos seres que han ya surcado las edades arriba de los 60 ó 70 años, se le llama La Edad Dorada, La Tercera Edad, La Edad Senil y otros sabiamente le llaman la Edad Soñada.
Hoy vamos a ver varias de las muchas razones por las cuales muchos no quieren llegar a ser ancianos, sin darse cuenta que también tiene sus beneficios, que desde luego, también los vamos a mencionar.
Temor a ser Abandonados:
Isaías 46:3…4 “Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré”
¿Abandonados por quienes?
· Por los hijos
· Por los amigos
· Por los conocidos
· Por la vida misma
· Por ellos mismos
· Por los mismos sueños que en un día tuvieron
· Por las energías que en un día tuvieron
· Descubrir que hemos llegado a ser ancianos y no hicimos nada en la vida
La Vergüenza de la Impotencia:
Josué 13:1 “Siendo Josué ya viejo, entrado en años, Jehová le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por poseer”
¿Sentirse impotente de qué?
· De no poder hacer nada
· De vivir constantemente con inseguridades
· De saber que cada semana aparecerá una nueva enfermedad
· De hacer el ridículo en su caminar, al comer, a quedarse dormido en cualquier lugar etc.
· De no querer aceptar que ahora nos han de cargar nuestros hijos o las agencias de seguro social de nuestros países.
Sin embargo, estamos tan ciegos y espantados ante el hecho real que seremos viejos, que no visualizamos que, como todas las etapas de la vida, esta etapa de la vejez tiene sus ventajas.
¡Es la edad donde poco ES MUCHO!
Proverbio 20:29 “La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez”
· Es la edad de los descuentos – Tengo 65 años.
· Todos quieren ayudarle con el equipaje
· Le quieren ayudar a cruzar la calle
· Le ayudan a subir las gradas
· No se espera mucho de usted… se le comprende que es un anciano ó una anciana.
· Tienen que esperarle para subir al carro
· Nos olvidamos que Dios tiene control y cuidado de nuestras vidas a través de todos nuestros años.
· Es la edad donde se terminaron Las Pasiones Juveniles, 2 Timoteo 2:22
· Ya no hay más revanchas con nadie ni contra nadie, no más enemigos
· Se terminaron los compromisos económicos con los hijos… ahora son ellos los que lo tienen con nosotros.
He cumplido 72 años y sé que cumpliré más. En los últimos años he leído artículos y libros sobre la vejez, lecturas que me dan material para pensar y escribir sobre el tema de la vejez. Siempre tengo presente algo que alguien escribió: "Viejo es aquel que tuvo la suerte de llegar a ser viejo", frase que me parece sugerente y encantadora. Un día, al igual que muchos, me encontré no con la vejez, sino con mi yo de carne y hueso, con la suerte de ser viejo de 72 años, intensamente vividos y gastados. Y me di cuenta, sin susto ni tristeza, de que soy viejo; me encontré conmigo mismo, con mi yo viejo, mi yo actual, cargado de años, de experiencias, de felicidad, con mi yo, el viejo que hoy soy.
Abundan los que tienen años como para ser viejos, verdaderos viejos rematados, pero son pocos los que se dan cuenta de ser viejos y que acojan su vejez con agradecimiento y felicidad. Privilegio es asunto de pocos, es un bien que hay que poseer con humildad, con la alegría de quien ha descubierto un tesoro oculto en su propio jardín.
Constituye todo un privilegio poder divisar, con tranquilidad, desde la cumbre de la vida, los años vividos y ojear con alegría el futuro. Es privilegio contemplar el pasado y sentirse pletórico, abierto al futuro, en estrecha y grata compañía de parientes, de amigos y amigas, de compañeros, pero, sobre todo, en íntima amistad con Jesucristo nuestro Señor.
S.A.G. – 23 – JUL – 2021
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