viernes, 30 de abril de 2021

¿Serán Los Viejos Estorbo En La Vida? Por Saúl Guevara

 


Quiero iniciar con una vieja y conocida anécdota, pero no por ello deja de ser sabia y oportuna: 

“Era ya un hombre viejo, su cabello blanco, su cuerpo un poco encorvado y sus manos lucían temblorosas. Fácilmente se podía apreciar en su rostro las huellas del paso del tiempo. Luego de haber perdido a su compañera de toda la vida, decidió irse a vivir a la casa de su hija y así compartir más tiempo con sus nietos. Ya no controlaba bien sus movimientos por lo que frecuentemente se le caían las cosas de la mano.  Esto le trajo muchos disgustos con su hija, quien le pedía y a veces acaloradamente que tuviera más cuidado.

 Un día, en el almuerzo, dejó caer un plato del juego de porcelana fina, su hija estalló en ira y decidió que le daría comida en platos de plástico, ya que no era capaz de cuidar los buenos.  Con mucha tristeza, él comprendió que estaba causando molestias y al no poder irse a vivir a otro lado, decidió poner cierta distancia.  Cada día comía solo, en una mesa aparte y con su vajilla de plástico.

 Uno de sus nietos le preguntó a su mamá: ¿por qué el abuelo come solo y aparte? La madre respondió: él ya está muy viejo, come allí para no estorbar. El niño volvió a preguntar: ¿cuándo seas vieja, vas a comer sola en la cocina?

 En dicho instante comprendió el mal ejemplo que le estaba dando a sus hijos. Siguió pensando en esto y vinieron a su mente, recuerdos de su infancia. Cuantas cosas de la casa, ella había roto, sin embargo, su padre y a pesar de sus errores, siempre mostraba una actitud paciente y comprensiva.  Entendió que la relación con su padre, valía mucho más que un plato.  No esperó más, fue a buscarlo, lo abrazó y desde ese día, su papá siempre compartió su mesa.”

 Quizás solo te parezca una anécdota y es verdad eso es, pero a veces se parece a la realidad de algunas familias desconsideradas hasta el colmo de sentir estorbo en sus viejos. Cuantas veces olvidamos lo que nuestros padres, abuelos u otros allegados hicieron por nosotros cuando dependíamos de ellos para todo. Pero ahora en que los roles se han intercambiado, les hacemos sentir que estorban, perdemos la paciencia con facilidad y hasta nos burlamos de las historias que una y otra vez nos cuentan.  No queremos pasar tiempo con ellos, porque nos aburren o nos molestan.

 Dios nos exhorta a honrar padre y madre. Él valora el honrar a los padres, lo suficiente como para incluirlo dentro de los diez mandamientos (Éxodo 20:12) y en el Nuevo Testamento: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.” Efesios 6:1…3. Existe también el proverbio 16:31: “La cabeza canosa es corona de gloria, y se encuentra en el camino de la justicia” Este proverbio choca fuertemente con la cultura occidental y su exaltación de la vida juvenil. Pero es consistente con una cosmovisión bíblica y su énfasis en la sabiduría.

 El libro de Proverbios tiene el objetivo de enseñarnos dos formas muy diferentes de vivir. Hace un contraste entre el camino de la sabiduría y el camino de la necedad. En esta perspectiva generalizada de la vida, los necios toman malas decisiones, sufren las consecuencias y mueren a temprana edad. Los sabios toman buenas decisiones, disfrutan las consecuencias y llegan hasta una edad madura. El Antiguo Testamento ve a las personas mayores no como “ancianos” y menos como “estorbo”, sino como “cabezas canosas”. Y debido a que las canas están asociadas con la sabiduría, esta perspectiva es un honor en lugar de un insulto.

 Proverbios 20:29 dice, “La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la honra de los ancianos, sus canas”. A medida que los años pasan y la fuerza se desvanece, este buen atributo es reemplazado por otro. La fuerza es reemplazada por la sabiduría, de modo que la gloria o el esplendor de los ancianos es su sabiduría, que está representada en las canas. Los jóvenes son grandes en fuerza, pero cortos en sabiduría; los ancianos son débiles en su fuerza, pero grandes en sabiduría. Dios tiene un lugar y un rol para ambos.

 Por supuesto, los proverbios son reglas generales para la vida, no verdades universales. No todos los que tienen canas son sabios, al igual que no todos los jóvenes tienen un buen par de bíceps. Hay algunos jóvenes sin fuerza física y hay algunos ancianos necios. Pero el punto está claro. Aunque todos envejecen y aunque la mayoría eventualmente verán que su cabello se volverá gris, sólo aquellos que son sabios, aquellos que han vivido una vida justa, son capaces de considerar que las canas son “una corona de gloria”.

 Necesitamos saber que esta corona no es un símbolo de posición sino un reconocimiento de logro. No es simplemente algo otorgado, sino que tiene que ser adquirido. Este no es el tipo de corona que se coloca sobre la cabeza de un rey en su coronación, sino el tipo de corona que se coloca sobre un triunfador en la celebración de su victoria. Y aunque toda corona otorga autoridad, este tipo de corona otorga autoridad en relación con los logros. 

Si quieres aprender ajedrez, nadie tiene más autoridad para enseñarte que una persona que ha sido coronada como campeón mundial. Si quieres aprender un deporte, nadie tiene más autoridad para enseñarte que una persona que ha sido coronada como el jugador más valioso. En este proverbio, la corona se le otorga a una persona que ha logrado dominar el arte de vivir.  Él ha recibido una corona que reconoce y muestra públicamente su éxito en el oficio de vivir la vida. ¡Esa es una corona bastante buena!

 Y la Biblia nos llama a cada uno de nosotros a ganar esta corona. En un sentido esta corona simplemente se te otorga, te guste o no, pero en otro sentido más significativo esta tiene que ganarse. Todos envejecen, pero no todos crecen en la sabiduría. A todos les salen canas, pero no todos llevan la corona. Esa corona necesita ser ganada a través de una vida piadosa. Y por eso cada uno de nosotros debe preguntarse: ¿Estoy viviendo el estilo de vida que permitirá que el cabello canoso, esa prueba de que he envejecido, sea un símbolo de que he crecido en sabiduría y de que he vivido una vida piadosa?

 No esperes a que tus padres dejen de existir en este mundo, porque por más lágrimas que derrames ya no podrás abrazarlos más, ya no podrás escuchar más las historias que ellos querían contarte. Si tus padres están vivos búscalos, abrázalos diles cuanto los amas y pasa más tiempo con ellos, porque no sabes cuando ya no estarán más contigo.

S.A.G. – 30 – ABR – 2021

 

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