"Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos" Sofonías 3:17
La felicidad es una manera de pensar, sentir y actuar que hace a la persona ser lo mejor que puede ser en relación con ella misma y con los demás. El ser feliz no es un estado de ánimo, es una actitud constante y es un aspecto que podemos considerar como fundamental.
Lo que denominamos “felicidad” es un concepto que puede resultar abstracto, que incluye estados de bienestar, pero no podemos decir que tener momentos placenteros nos convierta en seres felices.
Existen dos tipos de felicidad: la momentánea y la duradera:
La felicidad momentánea, es aquella que puede aumentarse fácilmente por acciones cotidianas, como comer chocolate, ver una película de humor cómico, recibir un masaje en la espalda o comprar una camisa nueva y la duradera es la que no se busca o se persigue, sino que se construye o se crea en cada persona y que tiene como fin tener una sensación de bienestar a largo plazo.
¿De qué está compuesta la felicidad duradera?
Para lograr una felicidad duradera, existen tres componentes claves:
1. La primera clave conforma el cincuenta por ciento de la felicidad que depende “del valor de referencia”, que son todas las determinaciones genéticas, como el peso, la altura, el color de ojos y demás. De hecho, diversos estudios con gemelos idénticos o fraternos han hallado que todos los seres humanos tienen una capacidad potencial para la felicidad, la cual determina qué tan felices serán a lo largo de su vida.
2. La segunda clave, son “las circunstancias de la vida”, conforma el diez por ciento de la felicidad, lo que significa que situaciones como ser rico, pobre, artista u obrero pueden constituir grandes diferencias en la vida de las personas, pero no influirán ni mínimamente en su felicidad. Algunas de las circunstancias que otorgan un mayor grado de felicidad son el dinero, el matrimonio, la vida social, las emociones negativas, la edad y la salud:
El Dinero. En diversos estudios sobre el dinero en los países pobres y ricos se ha llegado a la conclusión de que el poder adquisitivo general y la satisfacción media están relacionados e influyen en la felicidad. También se ha demostrado que las personas más ricas no tienen un mayor grado de felicidad que una persona promedio. Quienes valoran el dinero más que otros objetivos están menos satisfechos con sus ingresos y con su vida en general, aunque el motivo concreto sea un misterio.
El Matrimonio. La felicidad y el matrimonio están relacionados. Las personas casadas son más felices que las solteras, divorciadas o viudas. Se ha propuesto también que las personas felices son las que tienen más posibilidades de contraer matrimonio ya que son más sociables y tienen una mejor presencia. Todavía no se ha decidido la verdadera causa del hecho probado de que las personas casadas son más felices que aquellas que no lo están.
La Vida Social. Las personas más felices tienen una vida social buena y satisfactoria y reciben las mejores puntuaciones en cuanto a las buenas relaciones.
Las Emociones Negativas. Existe una supuesta relación entre las emociones positivas y negativas. Si predominan las primeras, solo se tendrá un poco menos de la media de emociones positivas; a la inversa, el predominio de estas últimas solo ayuda de forma moderada a que ocurran las negativas.
La Edad. La satisfacción de vida, la afectividad agradable y la afectividad desagradable son los tres elementos relacionados con la edad y la felicidad. La primera aumenta con la edad, la segunda se reduce y la tercera permanece igual.
La Salud. Realmente no importa el estado de salud que la persona tenga, sino el modo en que se sienta respecto a lo que percibe de su salud. De hecho, el estado de salud no provee o resta felicidad.
3. Por último, la tercera clave es la más compleja ya que el cuarenta por ciento restantes dependerá del propio comportamiento. Son las acciones deliberadas las que podrán aumentar o disminuir el nivel de felicidad según lo que se hace y se piensa de la propia vida.
De acuerdo a sus observaciones, algunos de los patrones de comportamientos y pensamiento de personas más felices son los que siguen:
• Los que dedican mucho tiempo a su familia y a sus amigos, así como a fortalecer esas relaciones y a disfrutar de ellas.
• Los que se sienten cómodos expresando su gratitud por todo lo que tienen.
• Los que a menudo son los primeros en ofrecer ayuda a sus compañeros de trabajo y a los transeúntes.
• Los optimistas al imaginar su futuro.
• Los que saborean la vida y tratan de vivir en el presente.
• Los que convierten el ejercicio físico en un hábito semanal y en ocasiones cotidiano.
• Aquellos que están profundamente comprometidas con sus objetivos y ambiciones para toda la vida.
• Los que soportan el estrés, tienen crisis e incluso sufren tragedias.
Sus armas secretas son el aplomo y la fuerza que muestran para hacer frente a sus dificultades.
Pero sobre todo el mantenimiento de la felicidad es el creer que cuando la tarea parece imposible, no pienses en todas las cosas que no puedes hacer. Mira a Jesús. Aférrate a ese poder que Él te da. Recuerda que Él está contigo siempre y que o hay nada que no puedas hacer por medio de Él.
Recuerda y cree siempre que "Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré." Isaías 46:4 NVI
S.A.G. – 19 – FEB – 2021
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