La necesidad de sentirse útiles hace en los adultos mayores una realidad que aun en la Biblia, Dios la ha dejado reflejada: Salmo 71:18 NVI “Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido.”
Mucho se habla, se escucha, se escribe y se lee del trabajo enorme contra la discriminación por edad, el manifestarnos y actuar para desecharla es nuestra labor es vital como cristianos.
Hoy después de una video televisivo, he visto las expresiones faciales y verbales de los viejos de varios países en tiempos previos y presentes en esta pandemia, urge dedicarnos con ahincó a ellos. Ya no desde lo profesional, sino desde lo esencialmente humano, como lo que somos, como hijos del Dios Verdadero. No desde lo que yo regalo limosneramente, sino desde lo que nuestros corazones cristianos deben desbordar... amor.
La pérdida de autoestima es una circunstancia que se da frecuentemente en las personas mayores. Unas ya no tienen las mismas capacidades físicas y mentales y tienen grandes limitaciones para hacer tareas sencillas y cotidianas, por lo que necesitan la ayuda de sus familiares.
Alguna incluso vive en casa de uno de sus hijos o peregrinan entre la de varios, pero se sienten como un mueble inútil que no sirve para nada. O le han llevado a una residencia, un ambiente extraño, sin que apenas vayan a verla. Otros porque han perdido a la mayoría de sus amigos, se sienten solos y además no son capaces de mantener el ritmo de actividad que tenían antes. La pandemia los tiene, a igual que a todos nosotros, asustados, temerosos. Pero estoy seguro que aun no han perdido la Fe, porque ella es un elemento inherente al ser humano, Dios nos diseñó así.
Los motivos que minan la autoestima de algunos mayores pueden ser muy diversos, pero poco a poco pueden llevarle a un proceso depresivo y al aislamiento. Es importante, por tanto, que tanto los familiares o sus cuidadores mantengan una actitud y un comportamiento que faciliten mantener y potenciar su autoestima. En esta labor debe incluirse ineludiblemente a la Iglesia de Cristo.
Todos, ahora mas que nunca, debemos potenciar la autoestima personas mayores.
A veces la mejor excusa es: “yo quiero, pero no sé cómo” … Pues hoy quiero cerrarte esa excusa, porque compartiré contigo algunas cosas importantes que se pueden hacer con este fin:
a) Fomentar su autonomía: no hay que tratarles como si fuesen inválidos. Es importante que hagan todo lo que sea posible por sí solos y hay que empujarles a ello, sin forzarlos o excedernos, todo tiene su tiempo y forma de proceder. Sentirse competentes o capaces de hacer las cosas pese a sus limitaciones es importante para ellos.
b) Hacer que se sientan útiles: para ello se les puede encargar tareas sencillas que puedan hacer o desmenuzarlas paso a paso para que les sea más sencillo. El sembrar y cuidar plantas le es beneficioso y ven en ellas su labor; motivarlos a escribir y que lo hagan los hace sentir ilustradores de la vida, etc.
c) El saber escucharlos es de suma y gran importancia como el compartir con ellos las preocupaciones, incluso pidiéndoles su consejo.
d) Ayudarles a mantenerse activos: un paseo, ir a la compra, salir con amigos, hacer pasatiempos que mantengan su agilidad mental, jugar con los nietos… Son muchas las actividades que se pueden hacer para evitar caer en el aislamiento, la soledad y el deterioro cognitivo.
e) Permitirle que tome decisiones que le afectan: de este modo se les ayuda a sentir que tienen control sobre su propia vida, Es importante pedirles su opinión sobre aspectos que le afectan directamente, como el pedir que desearía comer, respetar, si no le es peligroso el seguir viviendo sólo, que tome la decisión de ir a vivir a casa de uno de los hijos o a una residencia, etc.
f) Respetar su intimidad: cosas tan sencillas como dejarle sólo cuando lo pide, llamar a la puerta antes de entrar en su habitación o al baño cuando se está aseando, dejar que se vista sólo, les hará sentirse más independientes y respetados.
g) Orar por los enfermos, los ancianos cristianos, resultan ser buenos para el orar por el prójimo, motívelo y verá.
Son muchas las maneras en que se puede potenciar la autoestima de una persona mayor, pero siempre demostrando respeto y cariño. No hay que tratarles y hablarles como un niño y mucho menos como una persona incapaz, sino como a un adulto capaz de tomar decisiones, asumir responsabilidades y que tiene autonomía y vida propia.
Ya hoy viejo, con tiempo para la contemplación, me veo pequeño ante lo que los viejos son, lo que enseñan, lo que aplican, la energía vital y apasionada con que contagian, muchísimas veces ante las vicisitudes de la vida los papeles se invierten, y ellos sin saberlo me devuelven nos vuelven a la vida.
Así he llegado conclusiones vitales e importantes como: si hay vida, hay posibilidades, todo pasa y todo queda. Las risas, los abrazos, la gratitud, solidaridad, la capacidad de recuperarnos de cuestiones traumáticas, la unión hecha fuerza, los regalos, la vestimenta, los dulces, todo lleno de vida.
Hoy creo empiezo emotivamente a entender a Eclesiastés en su sentimiento que encierra desde el alma de un viejo, hoy valoro y entiendo mejor el acto de amor del velar por el prójimo porque como dice el Predicador en Eclesiastés 1:1...10 "Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: ¿He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido."
Dejémonos de vanidades y cuidemos de nuestros viejos.
S.A.G. 25 – SEP – 2020
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