Salmo
25:16...20 "Vuelve a mí tu rostro y tenme compasión, pues me encuentro
solo y afligido. Crecen las angustias de mi corazón; líbrame de mis
tribulaciones. Fíjate en mi aflicción y en mis penurias, y borra todos mis
pecados. ¡Mira cómo se han multiplicado
mis enemigos, y cuán violento es el odio que me tienen! Protege mi vida,
rescátame; no permitas que sea avergonzado, porque en ti busco refugio."
Tras
el anuncio “Quédese en Casa” que busca evitar que el virus se propague, son
muchas las personas que deben adaptarse a este cambio. De qué manera la gente
mayor, puede sufrir tanto física como psicológicamente esta medida
Primero
sepamos que es importante estar atentos a las personas de la tercera edad que
están solos durante esta pandemia.
Con
el paso de los días el confinamiento lleva a un cambio de hábitos que pueden
provocar un malestar tanto físico como psicológico. El mensaje fue claro: toda
la población debe permanecer en sus casas. Si bien hay excepciones, hay una
porción de la población a la que la cuarentena obligatoria puede afectar más
que a otros, entre ellos los ancianos.
Hay
que diferenciar entre estar a solas y sentirse solo. Son dos situaciones
totalmente diferentes. Alguien puede estar a solas sin sentirse solo, y también
se puede sentir solo en una habitación llena de gente.
La
soledad se puede resumir como un estado de ánimo. También se refiere a una
emoción provocada por sentimientos de separación de otros seres humanos.
El
hecho de estar en confinamiento es un cambio importante para los individuos, ni
hablar para los abuelos. La tercera edad es una población más vulnerable, por
eso es vital que se tomen medidas prontas en cuanto a la estimulación de las
mismas para que no los afecte e impacte negativamente en sus vidas.
La
generación que hoy transita la tercera edad suele tener una actitud “espartana”
para resistirse a ciertos cambios, pero también puede desarrollar conductas de
aislamiento que se amplifican demasiado por el confinamiento obligatorio, lo
que puede llegar a ser peligroso. Por suerte hoy contamos con tecnologías que
permiten una mayor conexión social que se encuentran al alcance de la mano y
posibilitan un acercamiento a esa persona en todo momento.
Es
una edad en la que la lectura es frecuente por lo que hay que promover conductas
positivas como retomar lecturas postergadas, terminar trabajos dejados o
simplemente reponer fuerzas en el sillón y así estimular lo conductual.
Es
importante ser cautelosos con la sobreinformación, ya que tantas noticias como
cantidad de muertos, infectados y demás cuestiones relacionadas que sobrepasan
los límites necesarios y ponen a la persona en un estado de alerta continuo,
desgastando el bienestar psíquico.
Muchas
personas sienten profunda soledad y tristeza cuando pierden la compañía de su
pareja, de sus padres, abuelos, de un hijo, o un ser muy querido. La impotencia
y vacío existencial se hace intenso. El consecuente luto, se puede hacer
llevadero, cuando honramos su memoria. Cuando recordamos su vida, enseñanzas y
legado, estamos también liberando esos sentimientos de soledad. El hecho del
confinamiento es similar a vivir un duelo, ya que, aunque sea algo transitorio,
las personas atraviesan un proceso similar: En la primera etapa se enojan y
hasta pueden tener ira. En la segunda pueden pasar por un poco de depresión y
finalmente se supera cuando se empieza a valorar más lo que tiene a su alrededor
de lo que el encierro le privó.
Uno
de los hábitos a los que incita la cuarentena, es el sedentarismo, los hábitos
sedentarios es importante evitarlos a toda costa: El encierro nos lleva a
abandonar los buenos hábitos alimenticios, el ejercicio físico y también mental
por eso es importante no perder el equilibrio y tener en cuenta que la
cuarentena es un factor sostenido en el tiempo y hay que volver de a poco a la
rutina.
Fuimos
diseñados para estar en comunidad con Dios y con otros. Quizás ese es el por
qué la soledad nos golpea de la forma que lo hace. Dios siempre nos trae las
buenas nuevas pero el hombre, generalmente alarmista, hace lo contrario, o sea,
no es portador de buenas nuevas, pero es importante que el entorno de la
persona mayor tenga un mensaje positivo para darle a ese abuelo o abuela, no sobre
informarlos ni tener una actitud alarmista sobre el tema.
A
pesar de que la tercera edad es una población que muestra fortaleza y dominio
sobre sí mismo, especialmente ante las desgracias y dificultades; acostumbrada
a estar solos o a pasar el tiempo con menos estímulos, es una población de
riesgo a la que, según los especialistas, debemos estar atentos ya que el
peligro está en que tienden a aislarse, a ser sedentarios por eso es vital el
rol del entorno para con ellos.
El
relato de Marcos de la muerte de Jesús en la cruz incluye una declaración
curiosa: “Y Jesús dando un fuerte grito, expiró. Y el velo del templo se rasgó
en dos, de arriba abajo.” (Marcos 15:37…38). ¿Cuál es el significado de la
cortina? Esta es la cortina que separó el pueblo del santo de los santos. Solo
a ciertos sacerdotes se les permitía entrar en ese lugar sagrado. Al rasgar la
cortina, Dios comunicó que la orden antigua sacerdotal terminó así que ahora
nosotros somos los sacerdotes y juntos se nos encomendó un sacerdocio real que
consiste en conectar a las personas con Dios y hemos sido empoderados por el
Espíritu Santo para ese propósito. El plan de Dios espera que tu como
cristiano, vivas proactivamente tu vida con un llamado sacerdotal.
Así
que cuando estés triste y solo, o cuando te sientas solo, recuerda que eres
llamado a conectar a las personas con Dios. Vivir intencionalmente con tu
llamado te ayudará a superar la soledad crónica. Ser un reino de sacerdotes
significa que cada uno de nosotros está para conectar con Dios, conectar con
creyentes y ¿Qué mejor que nuestros ancianos?
Bueno
es que practiques:
1. Conecta
con Dios a través de la lectura de las escrituras y la oración.
2. Leer
el estudio bíblico dominical. Te recomiendo organizar un grupo online en el que
puedas dejar mensajes cortos de motivación diaria.
3. Llegar
a conectar con ancianos que no conocen al Señor es primordial para la vida del
cristiano.
El
servir a nuestros mayores en edad de la iglesia, nos obliga a transformar
nuestro entendimiento y a veces a preguntarnos: ¿y por qué no una escuela bíblica
de ancianos? Versos, como “Por nada estéis afanosos,” (Filipenses 4,6) me ayuda
a redirigir mi forma de pensar, así como un verso de agradecimiento: “Dad
gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús.” (1Tesalonicenses 5,18) Ser agradecido requiere que yo renuncie, requiere
aceptar que Dios y no yo, es el que está al mando. “En todo” significa
precisamente esto: cuando me siento excluido, cuando me siento solo, cuando
siento que he ofendido, ¡no importa cuál sea la circunstancia! Puedo decir
honestamente, “Gracias, Jesús,” por esta situación, ¡porque esta es la voluntad
de Dios para mí!
Esto
anhelemos, ¡hacer la voluntad de Dios mientras vivamos atendiendo a nuestros
viejos! ¡Esto debe ser nuestra lucha!
S.A.G.
22 MAY 2020
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