Fuimos
diseñados para estar en comunidad con Dios y con otros. Quizás ese es el por
qué la soledad nos golpea de la forma que lo hace.
Ahora
con cuarentena totales es urgente entender cómo impacta el encierro en la gente
mayor. Tras el anuncio que busca evitar que el virus se propague, son muchas
las personas que deben adaptarse a este cambio. De qué manera la gente mayor, a
pesar de ser más sedentaria, puede sufrir tanto física como psicológicamente
esta medida.
El
ser humano, no fue hecho o diseñado para estar en soledad. El Génesis relata
como Dios mismo, luego de crear al primer hombre dijo: “No es bueno que el
hombre esté solo. Haré una ayuda adecuada para él. Entonces el Señor Dios hizo
una mujer, y la presentó al hombre” (Génesis 2:18,21 parafraseado)
Es
importante estar atentos a las personas de la tercera edad que están solos
durante esta pandemia, no se vale ante Dios abandonar a nuestros ancianos.
La
pandemia del coronavirus está poniendo en jaque a la humanidad. Con el paso de
los días y tras el anuncio de la cuarentena obligatoria en los distintos países
del mundo, el confinamiento lleva a un cambio de hábitos que pueden provocar un
malestar tanto físico como psicológico.
El
mensaje fue claro: toda la población debe permanecer en sus casas. Si bien hay
excepciones, hay una porción de la población a la que la cuarentena obligatoria
puede afectar más que a otros: los ancianos.
Y
es que, según las escrituras, no hay tristeza más profunda que en algún momento
venga a la mente la idea de que estamos “solos” en el mundo, que no tenemos un
amigo, que no le importamos a nadie, que nadie se preocupa por lo que nos
pudiera ocurrir, o que a nadie le importaría si llegáramos a dejar de existir.
El
hecho de estar en confinamiento es un cambio importante para los individuos, ni
hablar para los abuelos. La tercera edad es una población más vulnerable, por
eso es vital que se tomen medidas prontas en cuanto a la estimulación de las
mismas para que no los afecte e impacte negativamente en sus vidas.
Los
especialistas explican que la generación que hoy transita la tercera edad suele
tener una actitud “espartana” para resistirse a ciertos cambios pero que
también puede desarrollar conductas de aislamiento que se amplifican demasiado
por el confinamiento obligatorio, lo que puede llegar a ser peligroso. Por
suerte hoy contamos con tecnologías que permiten una mayor conexión social que
se encuentran al alcance de la mano y posibilitan un acercamiento a esa persona
en todo momento.
En
ese contexto, es recomendable promover conductas resistentes como retomar
lecturas postergadas, terminar una serie o simplemente reponer fuerzas en el
sillón y así estimular lo conductual. “Es importante ser cautelosos con la
sobreinformación, ya que tantas noticias como cantidad de muertos, infectados y
demás cuestiones relacionadas que sobrepasan los límites necesarios y ponen a
la persona en un estado de alerta continúo desgastando el bienestar psíquico”.
El
hecho del confinamiento es similar a vivir un duelo, ya que, aunque sea algo
transitorio, las personas atraviesan un proceso similar: “En la primera etapa
se enojan y hasta pueden tener ira. En la segunda pueden pasar por un poco de
depresión y finalmente se supera cuando se empieza a valor más lo que tiene a
su alrededor de lo que el encierro le privó”.
La
tercera edad es una de las más vulnerables ante la cuarentena.
En
cuanto a los hábitos a los que “invita” la cuarentena, es importante ponerles
atención a los hábitos sedentarios y es importante evitarlos a toda costa: “El
encierro nos lleva a abandonar en muchos casos los buenos hábitos alimenticios,
el ejercicio físico y también mental por eso es importante no perder el
equilibrio y tener en cuenta que la cuarentena es un factor sostenido en el
tiempo y hay que volver de a poco a la rutina”.
Es
importante que el entorno de la persona mayor tenga un mensaje positivo para
darle a ese abuelo o abuela, no sobreinformarlos ni tener una actitud alarmista
sobre el tema. Por otro lado, siempre recomendar que, si la persona está con
algún síntoma, la cuarentena no significa no concurrir al médico, estar muy
atentos”.
A
pesar de que la tercera edad es una población más estoica y acostumbrada a
estar solos o a pasar más tiempo con menos estímulos, es una población de
riesgo a la que, según especialistas, debemos estar atentos ya que el peligro
está en que tienden a aislarse, a ser sedentarios por eso es vital el rol del
entorno para con esto.
Hay
cosas que NO DEBES HACER durante la cuarentena:
1.-
Desesperarte: durante la soledad no debes apresurarte a tomar decisiones porque
decidirás mal, influenciado por tus propios sentimientos y emociones.
2.-
Deprimirte: No te deprimas, no te pongas melancólico, no mires el álbum de los
recuerdos ya que con esto te haces más daño, deja todo atrás, “pero una cosa
hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús.” Filipenses 3:13b…14.
3.-
Abandonarte: no te descuides, ocúpate de tus necesidades físicas y
espirituales, arréglate, ponte guapo o guapa, báñate, alégrate, no descuides tu
salud, come saludable.
¿Qué
debo de hacer?
1.-
Clamar a Dios: clama a Dios, derrámate en su presencia. “En el día de mi
angustia te llamaré, Porque tú me respondes.” Salmos 86:7
2.-
Arrepentirte: la soledad es un momento perfecto para examinarte a la luz de la
biblia, ver tus errores, reconocerlos y arrepentirte de ellos, cambiar tu
manera de pensar con respecto a algo.
3.-
Confiar en Dios: en medio de las circunstancias más difíciles tienes que
confiar en Dios, no importa si hay alguien a tu lado o no, Dios siempre está a
tu lado y nunca te abandonara, tus amigos ciertamente te abandonaran en medio
de la soledad, angustia y aflicción; no te resientas, no te amargues, que no
arda tu corazón hasta el odio, no te deprimas; solo confía en el señor, Él es
tu luz y salvación
4.
Desarrollar Paciencia: aprende a esperar en Dios, la soledad es un tiempo para
esperar la voluntad perfecta de Dios.
5.-
Valorar la compañía: Estando a solas reconsideras tu actuar diario con esa
gente y como te ayudaría tan siquiera poder hablar con alguna de ellas. Tenemos
el ejemplo de Pablo, él había desechado a Marcos, pero estando solo en una
prisión de Roma le escribe a Timoteo que traiga a Marcos, porque este le es
útil para el ministerio (Hechos 15:37…40, 2 Timoteo 4:11b)
Aprende
de tu propia soledad y aflicción, no seas indiferente ante el dolor de tu
prójimo, Cristo obra a través de su cuerpo, la Iglesia; tú eres esa Iglesia tu
eres las manos, la boca los brazos de Cristo, resiste con tu hermano su
aflicción, con concejo, llamadas, mensajes, palabras de aliento, muéstrate
amigo. “El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo; y amigo hay más
unido que un hermano.” Proverbios 18:24
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