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Crónicas 22:15...16 "Además, contigo {hay} muchos obreros, canteros,
albañiles, carpinteros y todo experto en toda clase de obra. Del oro, de la
plata, del bronce y del hierro no hay límite. Levántate y trabaja, y que el Señor
sea contigo"
El
habituarse a la práctica de ensayar actividades artísticas en personas de
tercera edad tiene múltiples beneficios para la salud. Este tipo de actividad,
como puede ser, la pintura, actúa de forma positiva en la salud y calidad de
vida de este segmento generacional. Les ayuda a trabajar las capacidades de
concentración, paciencia, perseverancia, disciplina y creatividad. Como también
ayuda a combatir el sentimiento de soledad y de inutilidad.
El
arte es una herramienta que el ser humano ha utilizado para comunicarse desde
su existir más antiguo y que va unida irremediablemente a la evolución del
pensamiento y de la destreza motora.
El
arte trasciende a todas las etapas de la vida, incluso a la consciencia y
además cura. Aunque esta última afirmación no es del todo cierta para algunos
autores e investigadores, numerosos estudios han demostrado que el arte o mejor
dicho la creatividad artística, sí tiene propiedades terapéuticas y mejora la
calidad de vida de quienes la practican, especialmente los segmentos
poblacionales en los que la actividad cognitiva está desarrollándose, como es
el caso de los niños y en los que tiende a deteriorarse, como es el caso de los
ancianos.
En
la practica de la pintura en los adultos mayores, son múltiples los beneficios
que aporta. Un anciano e incluso yo, cuento que pintar le y me permite calmar el
temperamento nervioso. Ayuda a disminuir los temblores y a trabajar la
precisión manual. A nivel emocional, cada vez está más contento.
Leí
en estos días en un periódico, el caso de un anciano que pinta cuadros a lápiz,
óleo, acrílico y carboncillo. Lo que más le gusta pintar son paisajes,
edificios, arte románico y arquitectónico. Se dedica a ello desde el momento de
su jubilación, aunque anteriormente hacía dibujo lineal. Para él la pintura es
una gran distracción, y le dedica todo el tiempo que puede. Usa silla de ruedas
desde hace tiempo y con una patología complicada, asegura que la pintura ha
hecho mucho bien en su vida, pues le ha ayudado a mirar adelante a verse en un
futuro.
Esto
se debe a que el grado de concentración y abstracción que se alcanza con esta
actividad hace que entremos en un estado de abstracción cerebral que hace
ignorar el dolor. Por otra parte el acto de recrear y crear expresiones de su
propio ser, lo estimulan a hallar un sentido en su vida, máxime al encontrarnos
en una sociedad que bombardea al anciano con propaganda segregante a su edad.
El
arte es una manera muy fácil de acercarnos a los problemas y traumas y de
conocernos a nosotros mismos a cualquier edad
Muchos
de los expertos en el trato con personas de la tercera edad afirman, que el pintar
y otras disciplinas artísticas, nos ayudan en nuestro ámbito comunicativo, ya
que nos permite expresar de forma diferente lo que sentimos, lo que queremos,
nuestra visión sobre algo, etc.
Esta
forma de comunicación es especialmente relevante en personas con discapacidades
que tienen déficits en la comunicación o en personas tímidas o que no son
capaces de comunicarse verbalmente de forma fluida y natural.
El
arte tiene esa virtud metaconsciente porque nos atraviesa de punta a punta el
cuerpo, la mente y las emociones. De hecho, conecta mucho con la parte de los
recuerdos, nos facilita el acceso a ellos. Así que la creatividad artística
cobra especial relevancia cuando la desarrollan personas de tercera edad, un
momento de la vida en el que más que servirnos para adquirir nuevas
competencias, frena el deterioro cognitivo.
La
Dra. Sacramento Pinazo-Hernandis, vicepresidenta de la Sociedad Española de
Geriatría y Gerontología (SEGG) explica cómo “la investigación neuropsicológica
ha demostrado que realizar actividades artísticas aumenta la función cognitiva
al producir nuevas conexiones neuronales y dendritas –pequeñas ramificaciones
que brotan de la neurona encargadas de la recepción de estímulos– más fuertes”
El
uso de diferentes utensilios necesarios para pintar, como lápices, carboncillos
o pinceles, ayuda a desarrollar la motricidad fina, especialmente en las
personas mayores que padecen entumecimiento de los dedos. La precisión en el
manejo de los utensilios se va perfeccionando a medida que se trabaja esta
capacidad.
El
arte ni siquiera hace falta practicarlo, aunque su función se refuerza si lo
hacemos; pero simplemente contemplarlo ayuda al cerebro a que continúe
adaptándose, reestructurándose y expandiendo su potencial de incrementar la
capacidad de reserva cognitiva en otras palabras quiere decir que busca vías o
estrategias alternativas, para compensar las pérdidas.
Nuestro
cerebro interviene activamente en la actividad de pintar. El hemisferio
izquierdo de nuestro cerebro, responsable de las tareas lógicas, está presente,
así como el hemisferio derecho, responsable de la creatividad y la imaginación.
Por tanto, cuando pintamos, estamos trabajando con el cerebro y desarrollamos
su capacidad.
Una
gran cantidad de recuerdos permanecen a la deriva de la inconsciencia incapaces
de ser rescatados por una memoria que en edades avanzadas vive cada vez más
débil. El arte interviene en la remembranza como una red de pesca. Para muchos
estudiosos de la geriatría en sus diferentes ramas, es sorprendente la
capacidad que tiene el arte para acceder a nuestro inconsciente. Cuando una
persona entra en contacto con un recuerdo olvidado, a veces como defensa del
propio organismo, se le ilumina la mirada. Los recuerdos están muy unidos a los
sentidos y todo tiene que ver al final con el desarrollo evolutivo del ser
humano para su supervivencia.
Si
eso que permanecía oculto en la persona era el origen de un trauma, se libera y
puede empezar a tratarse.
Cuando
las personas mayores realizan actividades significativas que responden a un
propósito, pueden desarrollarse y crecer en sus habilidades. Les hace ganar
confianza en ellos mismos. Las experiencias que se tienen a partir del arte
pueden ayudar a dotar de sentido las vidas de las personas mayores. Se sienten
útiles e incluso ven incrementada su motivación para participar en actividades
cotidianas.
Uno
de los grandes males que aqueja a la población mayor es la progresiva pérdida
de un sentimiento de pertenencia a una comunidad. Lo que experimentan es una
sensación de soledad. Para esto también tiene cura el arte: el formato de
pequeño grupo en la actividad puede ayudar a disminuir el aislamiento social de
muchas personas que viven solas o se sienten solas. Ofrece una red de conexión
y apoyo social, un espacio seguro para el intercambio de historias personales y
la ilusionante determinación de emprender un proyecto común.
La
creación artística es una vía para desarrollar y fomentar habilidades
interpersonales. El arte es en definitiva una especie de maleta de herramientas
que en función de cada caso particular se usa en uno u otro sentido.
Y
ahora… Vamos a Pintar
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