Vivir
intensamente en la madurez de la vida es posible si, además de tener salud, se
marcan metas diarias… Salmos 1:3 RV “Será como árbol plantado junto a
corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo
que hace, prosperará." … Ser feliz es obligatorio.
La
vejez es una etapa de la vida que se puede vivir con gran intensidad y felicidad.
Si las condiciones físicas y mentales las acompañan, las personas mayores
tienen todo un mundo de posibilidades para disfrutar.
Los
expertos aseguran que a esta edad la población cuenta con una mayor calidad de
vida y que celebrar un centenario, que hace años era una noticia anecdótica,
hoy es cada vez más habitual. Las cifras lo avalan: hay más personas
centenarias en nuestros países, que hace 15 años.
¿Pero
qué hay que hacer para sentirse feliz?
Muchas
personas a veces prefieren empezar por señalar lo que no hay que hacer. Apuntan
que lo que no puede ser es que hayan personas que cuando van a jubilarse o se
sienten ya mayores, piensen que es una gran alegría, porque así podrán estar
todo el día tumbados en el sofá, descansando y viendo como pasan las horas sin
preocuparse de nada... Eso no puede ser.
Repetimos
“eso no puede ser”. Cuando un individuo se hace mayor, lo más importante para
sentirse bien y feliz es mantenerse activo. Ahora es cuando tiene la
oportunidad de realizar aquellas actividades que anteriormente, por falta de
tiempo por las obligaciones laborales, no podía hacer.
En
la vejez uno no se puede quedar en su domicilio vestido de negro. ¡Eso ya es historia!
Eso era la actitud de generaciones pasadas, cuando se encerraban en casa
esperando a envejecer hasta morir porque culturalmente estaba mal visto que
salieran a divertirse, más aún las mujeres.
Debemos
vivir, fomentar y aplicar un envejecimiento activo, lo que es una realidad cada
vez más latente y permite concientizar a la sociedad de que se puede ser feliz,
disfrutar y continuar con la sensación de sentirse útil.
Es
fundamental que, cada día, las personas mayores se planteen una meta. La que
sea. Pueden ser grandes metas, como estudiar una nueva carrera o aprender a realizar
caminatas, o menos ambiciosas como arreglar un armario. Lo esencial es que
diariamente haya un motivo por el que sentirse animado y valorizado.
El
enemigo a derrotar en esta edad es la soledad. La soledad, es el gran enemigo
Los
expertos en la materia coinciden al afirmar que la soledad es uno de los
grandes enemigos de la vejez. En concreto más se calcula que el 27% de personas
mayores viven solas en nuestras sociedades.
A
veces esa soledad viene impuesta y es dolorosa porque se ha perdido a un ser
querido, normalmente el cónyuge. Pero, aún en estos casos, estas personas
tienen actualmente la bendición de poder dirigirse a algunas asociaciones de
mayores, casas culturales u otras organizaciones donde ofrecen desde talleres
de memoria a cursos para aprender a manejar las nuevas tecnologías, clases de
ejercicio físico adaptadas a su edad y condiciones, actividades de pintura,
costura, música... que les serán atractivas y que les servirían de estímulo
para conocer a otras personas con los mismos intereses o situación. Mantener
relaciones sociales ayuda mucho a sentirse activo y a cuidarse.
Los
expertos aseguran que la vejez es una etapa que la vida regala y, como tal, hay
que aprovecharla. Según estudios realizados, el 86% de La tercera edad espera
mantenerse activo en la vejez.
Tener
buena salud es el aspecto que más señalan para ser felices a pesar de los años.
En este sentido, un 85% de los encuestados relaciona una vida feliz con una
vida sana.
Casi
todos coinciden en llevar una adaptación paulatina
Esto
es porque la toma de conciencia del envejecimiento es progresiva y requiere una
adaptación paulatina. El llevar este proceso de vida de la manera más saludable
y en el mejor estado de forma posibles son variables sobre las que se puede
influir si se adopta un estilo de vida saludable desde una edad temprana.
Sería
deseable que pudiéramos pensar en la vejez con esta perspectiva temporal ya
que, dentro de los achaques propios de la edad, un estado físico razonable es
fuente de calidad de vida y bienestar».
Otros
aspectos vinculados a la felicidad son una buena forma física, el tener una
posición económica desahogada o por lo menos estable y digna, como el estar
cerca de los seres queridos.
Hacer
que nuestros mayores se sientan útiles realizando actividades adecuadas para su
edad y aprendiendo cosas nuevas es una buena manera de evitar que caigan en una
depresión. Además, con este tipo de actividades conocerán a otras personas en
su misma situación con las que pueden compartir charlas y experiencias.
La
familia también es un gran punto de apoyo a este respecto: visitar a nuestros
mayores, ocuparnos de su bienestar, implicarles en los momentos importantes de
nuestra vida y dejarles ver que no están solos es muy importante durante la
tercera edad.
El
cariño de la familia es insustituible, y a nosotros nos da una oportunidad de
entregar de vuelta todo lo que nos ha sido dado por su parte de forma
desinteresada.
Y
no olvide, usted que tiene en su familia a uno o mas miembros de la tercera
edad, tiene un compromiso de cultivarlos y cuidarlos, vea como la promesa de
Dios se cumple en ellos y sus beneficios lo alcanzaran a Usted, porque… “Aun en la vejez darán fruto estarán vigorosos y muy
verdes,” Salmo 92.14
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