viernes, 8 de noviembre de 2019

Por Favor, No Piensen Por Mi


Ponte en mi lugar, no en mi sitio… Piensa conmigo, no pienses por mí…

No hay cosa tan molesta para uno de la Tercera Edad, que se hagan las cosas sin tomarlo en cuenta y después se le diga lo hicimos pensando en ti. Es similar a cuando alguien le quita el sitio que se encuentra en una fila o cuando alguien parquea su auto sin dejarle posibilidades de salir por lo ajustado del espacio. Y no digamos cuando deciden cosas propias de su vida sin considerar su opinión.

Estas son situaciones, circunstancias y estilos le resultan violentas a quien las vive con independencia de tener o no una discapacidad.

Acontecimientos en los que contadas ocasiones, por no decir ninguna, muy pocas personas se detienen a pensar y ponerse en el lugar de otra persona que resulta
la situación, cuando queremos que el resto de las personas, se pongan en nuestro sitio ante aquellos acontecimientos en los que necesitamos de ciertas facilidades, de ser el sujeto real de quien estamos suponiendo sus pensamientos.

Es sumamente necesario entender a lo que se puede llegar a sentir de verdad; así como lo duro que puede resultar no tener el reconocimiento de un trabajo, tan solo porque te someten a la etapa “invisible”; escuchar por tanto una palabra mal sonante, descalificativa, sentir el aislamiento por parte de los demás, que no respetan el sitio especial de nuestro pensamiento, tan solo porque ahora somos de la tercera y cuarta edad.

Situaciones comprometidas que conllevan a las consecuencias de insociabilidad ante el hecho de no pensar y ponerse en lugar de la persona que requiere de estos servicios y también requiere de la compañía y/o afecto de quién está cerca suyo asumiendo todas las consecuencias al ponerse en el lugar del otro.

Es que, ponerse en la piel del otro y pensar con el otro, no es sencillo. Más que por no poder, porque no es lo que se quiere ni se busca. A nadie le apetece complicarse la vida ni perder incluso el tiempo cuando las cosas requieren un dialogo y su situación, en vez de intentar encajar con naturalidad lo que sucede, es renegar y aceptar que no se es parte de la realidad.

Aún tan sólo por unos minutos, sería bueno entre cualquiera de los aspectos de la vida, cualquier situación que pueda parecer sencilla, incomprensible e incluso graciosa… pensar y sentir lo que la situación en concreta te hace sentir, pensar o actuar… Una manera apropiada para entender y lograr un poco más de objetividad, de acercamiento al sentimiento y pensamiento de miedo, dolor, inseguridad, impotencia, cansancio, agotamiento, incomprensión, soledad… De quienes más cerca nuestro se encuentran y por las circunstancias
.
Sin dejar de lado aquellos que han mantenido esta empatía con su comprensión, tolerancia, solidaridad, afecto, seguridad, positividad, compañía… Al ponerse siempre en el lugar de los demás y pensar con los demás.

Aunque pueda resultar complicado, personalmente creo es posible ponerse en el lugar del otro. Maneras que harán visible otro discurrir de las cosas, además ofrecerá una actividad y motivación personal que de otro modo sería inexistente. La construcción de un mundo más compresivo, con los comportamientos propios, compartido de esta manera a los demás, logrando estar siempre más próximo al verdadero, yo. Convencidos en que al menos no es algo efímero y se contribuye a una mejor socialización e integración y concienciación al desarrollo personal.

Partiendo lo complicado y sencillo que muestra ponerse en el lugar del otro. Fácil, y difícil alcanzar el mismo sentimiento, debiéramos de preocuparnos en tener mayor humanización sobre lo que se hace, se ve y se siente, así para uno mismo, para otra persona que necesite de nuestra ayuda ó compañía. Siempre, intentando –ponernos en lugar del otro, y no en su sitio- Así -pensar con él/ella, y no pensar por él/ella-.

¿Que dé un ejemplo? Jesucristo que supo ponerse en el lugar de nosotros para que fuéramos libres.

Un buen poema puede ayudarnos a comprender mejor, lo invito a leer y reflexionar este poema: "No pienses por mi" Por Chuy Cruz

No pienses por mí,
mejor platiquemos
si me crees conocer,
creo que te equivocas
pues algunas veces, ni yo mismo me conozco.

No pienses por mí,
ni creas que puedes saber lo que pasa en mi vida,
si tienes alguna duda de mí,
utiliza lo más hermoso que nos ha dado Dios,
el poder hablar.

No pienses por mí,
ni creas que tu "intuición" o su experiencia en lenguaje corporal,
te están dando pautas de mi comportamiento,
yo soy yo, y tú eres tú,
no somos iguales,
somos diferentes, y es en esas diferencias,
donde nos volvemos uno.

No pienses por mí,
y ámame tan cual soy,
no intentes aceptarme,
busca entenderme,
y para poderlo hacer,
deberás caminar mi camino,
y no creo que lo puedas realizar,
pero si quieres, te presto mis zapatos.


No pienses por mí,
y amémonos por nuestras diferencias,
yo no buscare cambiarte,
te amare tal y como eres,
lo mínimo que te pido,
es que intentes hacer lo mismo.

No pienses por mi,
ni yo pensaré por ti,
simplemente daré gracias a la vida,
por haberte encontrado,
y darme cuenta de que somos diferentes,
con diferentes historias,
pero que para algo nos conocimos.

Espero y esta reflexión les guste pues la sentí muy fuerte y trae paz a mi vida, y espero que pueda hacer lo mismo contigo.


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