3. Continuando Con Constancia
Hemos
visto que debemos ver el envejecimiento como un madurar y esto como algo
positivo. Dios promete crecimiento durante todo nuestro caminar aquí. Este
crecimiento se ha dado desde el mismo momento de nuestra conversión.
Y
cuando nos convertimos nosotros abrazamos a Jesús como nuestro salvador de
nuestra vida. Él es nuestro guardián, guía y nuestro amigo. Prometimos amarle y
obedecerle lo mejor que pudiéramos. Junto con ello aprendimos que el
discipulado incluye una vida dedicada a la oración, el estudio de la Biblia, el
servicio cristiano, la adoración pública, privada, hacer buenas obras, etc.
¿Cómo
entonces debemos vernos? Debemos vernos como veteranos en la fe. Un veterano es
alguien que ha prestado servicio en la milicia. Desde el mismo momento de
nuestra conversión hemos estado en la milicia, hemos estado en guerra contra
Satanás, contra el mundo y contra la carne.
Cada
uno ha estado involucrado en el servicio en el reino de Dios, unos como
maestros, ancianos, diáconos, sirviendo las mesas, coordinado actividades,
apoyando las mismas, etc. Y hemos aprendido que las tentaciones y las pruebas
son reales. Que Satanás nos tienta y que Dios nos prueba. Satanás lo hace con
miras a destruirnos, a apartarnos de la verdad y del camino. Eso fue lo que
buscó con Adán y Eva, con Job y con Jesús en el desierto. En cambio, Dios
prueba nuestra fe. Y esa prueba es con miras a poner en ejercicio nuestra fe y
con miras a fortalecernos para tareas y retos en el futuro. Lo vemos en el caso
de Abraham, en el caso de Job y en el caso de que la Biblia nos dice que fue el
Espíritu Santo quien llevó a Jesús al desierto para ser tentado por Satanás. En
el mismo suceso podemos ver la mano de Satanás buscando destruirnos y vemos
también la mano de Dios dirigiendo su providencia para nuestro bien.
Satanás,
como buen estratega, busca tentarnos en aquellas áreas en las cuales somos más
vulnerables. Por eso debemos estar constantemente en guardia. Una de sus
estrategias es hacernos pensar que todo está bien, que no necesitamos estar en
guardia y se nos olvida que él no está lejos de nosotros. Esta lucha no termina
sino al final de nuestra vida.
Una
de esas tentaciones contra la que debemos luchar y que ya hemos mencionado
anteriormente y es la tentación del retiro de la vida cristiana. Cuando alguien
se retira del trabajo todos nosotros nos alegramos. ¿Por qué? Porque, aunque
sabemos que el trabajo es bueno, es acompañado con fatiga y cierto grado de
frustración producto de la caída. Pero junto con ello podría darse la idea equivocada
que solo son llamados a ser meros espectadores. Eso no es cierto. Gloria a
Dios, en nuestra iglesia nuestros hermanos de la tercera edad son bien activos
y están sirviendo. Así es como debe ser.
En
otras palabras, el ministerio de los veteranos en la iglesia debe ser igual,
mientras su cuerpo y capacidad mental lo permitan, al que realizaban antes.
Constantes en un ministerio de aprendizaje y de liderazgo.
Ministerio
de aprendizaje. Es el deber de todo creyente durante
toda su vida aprender las doctrinas de la Palabra de Dios, comprenderlas, ver
cómo estas se aplican a nuestro corazón y cómo debemos vivir por ellas. Una
iglesia saludable es una iglesia que constantemente está aprendiendo, en donde
el evangelio es enseñado y defendido de las alternativas contrarias y corruptas
que surgen constantemente. Aprender a distinguir entre la enseñanza verdadera y
la falsa, y de conductas que expresan la verdad en vez de oscurecerla. Todo
esto es vital para la salud de una iglesia. Para ello es necesario que sigamos
siendo enseñados sistemáticamente en la verdad: en la teología verdadera y en
el estudio sistemático de la Palabra de Dios. Para lo cual nuestros hermanos de
tercera edad son mejores.
Ministerio
de liderazgo. Tenemos que recalcar que todos nosotros somos
líderes sobre alguien. Los pastores son líderes para enseñar y guiar a los
miembros de la iglesia, pero los padres son líderes sobre sus hijos, los
esposos son líderes mutuos en una manera complementaria, y los amigos a sus
amigos. Hablamos del liderato en términos generales que puede incluir liderazgo
formal, informal, inconsciente, o de influencia. Nuestra tercera edad es
líderes en el enseñar.
El
camino para todo creyente es descrito en Hebreos 12:1…2 “Por tanto, nosotros también, teniendo en
derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del
pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”.
La
vida cristiana es descrita como un correr una carrera. Pablo dice lo mismo
en 1 Corintios 9:24…27
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel
que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona
corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera
corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el
aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que,
habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”.
Aquí la vida cristiana es descrita como una carrera y como una lucha o
pelea (grecorromana. ) Observemos la cualificación que da Pablo en el versículo
24 al final: “Corred de tal manera que lo obtengáis” ¿Qué implica esto?
a. Clara
orientación hacia la meta (corre para ganar, llevarse el premio)
b. Planificación
(sabes cómo funciona la carrera, cómo debes correr, cuán rápido y lento debes
ir y el empuje que debes d ar el final).
c. Plena
resolución,Todo aquel que
lucha, de todo se abstiene. Todo es secundario ante el
entrenamiento.
d. Supremo
esfuerzo, corre con todas tus fuerzas “Corred
de tal manera que lo obtengáis.”
Obviamente,
esta no es la única imagen que nos enseña la Biblia sobre cómo debemos ver la
vida cristiana. En términos teológicos, la vida cristiana es una vida de
gratitud por la gracia recibida. Romanos
12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional”. Es una vida de persistencia en la fe y
así es descrito como un andar. Colosenses
2:6…7 “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad
en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como
habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.”
Por
tanto, la imagen de la carrera nos debe llevar a ver la vida cristiana como una
que hay que correr y no bajar el paso espiritualmente hablando. Hay que
cultivar el celo por Dios, su reino y su gloria al máximo.
¿Qué
es celo? Podemos decir varias cosas acerca del celo que nos ayudarán a
definirlo:
a. Es
un elemento que cualifica el mismo ser de Dios. Isaías 9:7 nos habla del
celo de Jehová.
b. Es
un elemento de la imagen de Dios en Jesús. En cuya imagen lo hijos de Dios
somos transformados. Juan
2:17 “El celo de tu casa me consume.” El celo cristiano es
una gracia en la que Dios nos transforma.
c. El
celo por Dios y la santidad y el honor de Dios fue integral a la imagen de Dios
en Cristo, así también debe ser en nosotros y por tanto debemos cultivar ese
celo hasta que podamos mantener ese enfoque en nuestras vidas según nos permita
la salud mental.
d. La
Real Academia Española define celo así:
1. m. Cuidado, diligencia, esmero
que alguien pone al hacer algo. 2. m. Interés
extremado y activo que alguien siente por una causa o por una persona.
Entonces, significa: prioridad, pasión y esfuerzo en pos del propósito de Dios.
e. Juan
Carlos Ryle: Celo es un deseo ardiente de agradar a Dios, hacer su voluntad y
avanzar su gloria en el mundo de cualquier forma posible.
Mantener
el celo en relación a Dios mientras nuestro cuerpo envejece es una disciplina
especial a la cual todo creyente es llamado. Este celo debe ser incansable y
para que esto se dé el celo debe ser alimentado por la esperanza.
Y
de eso hablaremos en el próximo y último estudio de esta serie.
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