sábado, 22 de junio de 2019

La Ancianidad Es Para Ser Productivo


Las personas debemos aprender de la Biblia que por lo general no habla mucho de la ancianidad como una época de descanso, sino que más bien exhortan una y otra vez a que sea época de fecundidad, de maduración, de enseñar y compartir y de oración.

No es época para quienes llegan a la edad mayor, para dejarse sorprender por la tentación de la soledad interior.

Aun a pesar de nuestros problemas, la fuerza física que progresivamente se debilita, la deficiencia de las organizaciones sociales, los retrasos de la legislación y las insolencias de una sociedad egoísta, no debemos sentirnos al margen de la vida o como elementos pasivos en un mundo en movimiento, sino activos de un periodo espiritualmente fecundo de la existencia humana. Todavía hay una misión que cumplir.  

En el Antiguo Testamento el anciano es transmisor de la sabiduría de Dios: Salmo 44:1...2 "Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, la obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste"    

Anunciando la fe a los jóvenes, los ancianos conservan fecundidad. Salmo 92:14...15 "Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia"  

La Biblia anima a escuchar a los ancianos: Deuteronomio 32:7 "Acuérdate de los tiempos antiguos, Considera los años de muchas generaciones; Pregunta a tu padre, y él te declarará; A tus ancianos, y ellos te dirán"  

Los ancianos representan, desde el punto de vista bíblico, al menos 7 enseñanzas positivas si se saben vivir desde la sabiduría de la Palabra de Dios.

     1)    Hay que respetar al anciano
Levítico 19:32 "Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová"; es una exhortación potente y contundente.

      2)    Los ancianos nos enlazan al pasado:
El Salmo 44:1 afirma: "Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos". En otra parte, Dios se presenta ante Moisés remitiéndose a una relación previa: "Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob..." Éxodo 32:6  El hijo joven encuentra a Dios a través de los padres, de los ancianos.

      3)    En la ancianidad hay fecundidad y servicio
“En la vejez seguirán dando fruto”, dice el salmo 92. Y del vientre estéril de Sara y del cuerpo centenario de Abraham nace todo un pueblo para Dios, como lo escribe Romanos 4:18…20. Del vientre estéril de Isabel y de un padre mayor, Zacarías, nace Juan el Bautista, precursor de Cristo. Hay mucho por ver y por hacer en la ancianidad: "Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación", promete Dios en Salmo 91:16.

      4)    La ancianidad enseña a todos que esta vida es fugaz
Eclesiastés 12:1 nos dice: " Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos..." El salmista recuerda con todo realismo que la vida pasa rápido: "Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos" Salmo 90:10. Por eso la Escritura propone mirar a Dios y no a las cosas mundanas.

     5)    La ancianidad prepara para morir con visión en las promesas
"Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años. Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo" Genesis 25:7...8. Esta escena muestra una muerte serena que globaliza una vida plena. Cristo, que promete la Resurrección y la ejemplifica, da más esperanza y hace más sagrado el morir, demostrando que no es mera biología. “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que está vivo y crea en mí, jamás morirá” Juan 11:25…26.

      6)    La ancianidad es tiempo de verdadera sabiduría de vida
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría" Salmo 90:12. No basta con cumplir años para crecer en sabiduría: hay que reflexionar sobre ellos bajo la enseñanza de Dios, “enséñanos a calcular nuestros días” significa “enséñanos a aprender de lo que vivimos y de lo que nos queda por vivir”.

7)    La ancianidad enseña a confiar en Dios:
Un anciano ora en el Salmo 71:1 "En ti, oh Jehová, me he refugiado; No sea yo avergonzado jamás" La ancianidad es una época para desengañarse finalmente de muchas vanidades y propagandas falsas y confiar en el Creador de la vida.

Todas estas enseñanzas preparan al anciano cristiano para dar fruto fecundo, alegre y sereno en sus últimos años.

Hay algunas recomendaciones prácticas que ayudan a vivir la ancianidad con buen ánimo. Hay que tener en cuenta que se trata de una etapa en la que se viven cambios físicos, hormonales, emocionales, de rutinas, mueren seres queridos, se pierde autonomía, a menudo se cambia de domicilio. Los expertos recomiendan:

          a)    Apoyar al anciano durante el proceso de vejez
Apoyar significa acompañar, estar ahí, aportar buen humor, escuchar, consolar… Evitar la soledad y los ambientes dañinos.

          b)    Es bueno que las personas mayores se relacionen con otras de su edad
Grupos de lectura o costura, centros de día, reuniones de amigos y por supuesto, la iglesia, son espacios para compartir experiencias y sentimientos con iguales, lo que resulta siempre emocional y psicológicamente muy sano.

          c)    Realizar actividad, mantenerse activo el mayor tiempo posible     
Estar activo reduce los riesgos de depresión. Puede acudirse a clases de gimnasia, talleres de memoria, salir a pasear, coser o hacer pasatiempos. Todo eso mejora el flujo sanguíneo y promueve el buen estado de ánimo. Al anciano cristiano no le faltarán actividades evangelizadoras, caritativas o de oración en que participar.

         d)    Hay alimentos que previenen la depresión
Dicen los psicólogos que el pescado, la avena, el arroz y la fruta rica en vitamina C como el limón, la naranja y el kiwi, ayudan a mantener un mejor estado de ánimo.

          e)    Tomar el sol y reír
Son dos cosas que por lo general no cuestan dinero y siempre resultan beneficiosas para el ánimo y la salud.

Estas medidas ayudan a que se cumpla la oferta de Dios: “Le haré disfrutar de larga vida, y le mostraré mi salvación” Salmo 91:16.


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