viernes, 26 de abril de 2019

Tercera Edad, Obstáculos Y Pensamientos A Vencer


. Obstáculos

Es un hecho que no genera discusión si afirmamos que en la mayoría de países a nivel mundial, faltan políticas y programas nacionales o locales orientados hacia la promoción de la actividad física en las personas adultas mayores.

De igual forma, faltan organismos de coordinación nacional o regional para eliminar la duplicación de esfuerzos y maximizar los limitados recursos humanos y financieros que en esta materia puedan presupuestariamente destinados, para atención y beneficios de este segmento generacional.

Hay carencia de un enfoque integral hacia la promoción de la salud en las personas adultas mayores y consecuentemente, la atención en esta área es deficitaria, como también los es el trato humano de los servidores de salud en los centros asistenciales.

En cuanto a la Investigación e información, falta investigación una investigación formal acerca de la actividad física en personas adultas mayores, especialmente en aquellas con limitaciones físicas o en extrema pobreza. Los resultados de la investigación existente no siempre se traducen en orientaciones prácticas.

Los gobiernos nacionales, como los locales, aparte de para efectos propagandísticos de su gestión, no utilizan eficientemente el mercadeo y la comunicación social con respecto a los resultados de las investigaciones sobre la actividad física y el envejecimiento saludable, de ahí, la cantidad de fantasías que se habla y cree alrededor del envejecimiento. Nos olvidamos de formar a nuestra generación mayor para enfrentar su realidad, nos olvidamos de la máxima bíblica ¨mi pueblo perece por falta de entendimiento¨

Por otro lado, las calles y los vecindarios en las ciudades no son lo suficientemente seguros como para realizar actividad física. Ejemplo de ello es la falta de zonas verdes y de senderos bien pavimentados y con suficiente iluminación. Las instalaciones, los establecimientos o los centros comunitarios disponibles para la actividad física no siempre están ubicados en sitios centrales o accesibles mediante transporte público adecuado. Con frecuencia los problemas de contaminación son tantos que inhiben la posibilidad de hacer actividades físicas al aire libre. Faltan personas capacitadas para promover, dirigir y apoyar la actividad física entre las personas adultas mayores.

En lo individual, en las personas existe el temor a lesionarse o a agravar alguna enfermedad crónica. De forma general podríamos decir que hay una falta de apoyo familiar y comunitario para desarrollar la motivación personal y la costumbre de realizar actividad física regular y ha esto agreguémosle que debido a una nutrición pobre y a carencia de asesoría y de intervenciones nutricionales apropiadas, hay pérdida de energía.

La proporción de las personas adultas mayores que participan de manera regular en actividad física es baja. Cerca de dos tercios de las personas de 60 años y más en las áreas urbanas de la región de las Américas llevan vidas sedentarias. Un problema destacado es el predominio de mitos o formas populares de pensamiento.

Abundan las concepciones erróneas acerca del envejecimiento, entre las personas mayores, los profesionales de la salud y la sociedad en general.

Mito 1: Se debe estar sano para hacer ejercicio.
Muchas personas mayores se resisten a hacer ejercicio porque creen, de forma incorrecta, que tienen que estar en buenas condiciones de salud para hacer ejercicio. La actividad física puede mejorar la calidad de vida para la gran mayoría de las personas adultas mayores y puede ser lo más efectivo para personas con enfermedades crónicas. Todo está en construir conjuntamente con su médico un plan y no abusar del ejercicio.  

Mito 2: Soy demasiado viejo(a) para comenzar a hacer ejercicio
Una significante mayoría de personas en la tercera edad, no saben que se ha demostrado que la actividad física es beneficiosa para individuos de todas las edades, incluyendo personas de noventa y cien años de edad.

Mito 3: Se necesitan vestimenta y equipo especiales
No se necesita vestuario ni equipo especial para hacer ejercicio. Se puede hacer ejercicio en forma segura y eficaz con zapatos cómodos y ropa de diario. Puede lograrse un efectivo entrenamiento en actividades de fortalecimiento con equipo de bajo costo, incluyendo, por ejemplo, bandas elásticas y objetos caseros, tales como botellas plásticas llenas de agua, con un peso adecuado.

Mito 4: La creencia de que no hay logro sin dolor
Muchas personas adultas mayores aprendieron cuando jóvenes que el ejercicio tenía que ser de alta intensidad para ser efectivo. Ahora se reconoce que la actividad física no necesita ser ardua o agotadora para proporcionar beneficios de salud significativos.

Mito 5: Estoy demasiado ocupado(a) para hacer actividad física
Muy pocas personas adultas mayores reconocen que la actividad física no tiene que ocurrir en un momento determinado y en un lugar en particular, sino que a menudo puede incorporarse en actividades diarias, tales como caminar para hacer las compras, realizar tareas domésticas y participar en actividades de ocio no sedentarias, tales como el baile.   

Para concluir, tenemos que apuntar que resulta difícil tener una idea exacta de lo que sería una vejez "natural" sin tener en cuenta la pertenencia del individuo a una cultura determinada.

Los seres humanos atendemos a nuestras necesidades a través de la cooperación y división social del trabajo: unos cultivan la tierra, otros fabrican vestidos y otras distintas herramientas. Durante milenios la organización colectiva ha ido evolucionando hasta llegar a un grado de perfeccionamiento tal que hasta los mismos individuos que la forman desconocen hoy su funcionamiento pormenorizado. Vemos una parte del sistema, pero hay muchos rincones que se nos escapan. No hemos alcanzado un grado de cohesión total, de forma que muchas personas están desarraigadas de la comunidad y en cierto modo el alto sentido de individuos que tenemos cada uno se consigue al precio de olvidarnos de los lazos que nos unen a todos y que nos hacen depender los unos de los otros.

Hemos dejado atrás tiempos muy distintos, como aquellos en que se valorizaba la vejez como elemento fundamental de sabiduría.

Barreras de todo tipo y pensamientos infundados, han y están haciendo a nuestros adultos mayores inservibles, es necesario y urgente entender el valor que todo sentido representan nuestros mayores.




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