viernes, 2 de noviembre de 2018

Y Sed Felices Los De La Tercera Edad

 


Proverbios 20:29 "La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez." Saber envejecer es una obra de la sabiduría y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir.

La tercera edad es una etapa de la condición humana, hoy sabemos que varía según la cultura y la etapa histórica en el cual le ha tocado vivir a cada persona. En la actualidad y en nuestra cultura hay un discurso centrado en la belleza y la juventud, regresando casi a la época de la alquimia, buscando la fuente de la eterna juventud y tan solo por una resistencia a aceptar los cambios naturales que van con los años, nos cuesta más ser felices después de los sesenta años.

Esto no siempre fue así, al hablar de adulto mayor o tercera edad, vemos que en la historia humana esto ha sido diferente, en la antigüedad se hacía alusión a la figura del sabio, el cual era un sujeto con determinada jerarquía de poder, que le facultaba a la toma de decisiones y acciones que iban desde el afectarse personalmente hasta tomar decisiones transcendentales que afectaban a toda una comunidad, en el cual el significado del estado físico de este sujeto giraba en torno a la experiencia, identificado como un factor positivo a la hora de su reconocimiento dentro de su comunidad. También lo vemos en nuestra cultura indígena que los adultos mayores eran los jefes, caciques, chamanes, brujos, curanderos de la tribu… en conclusión sabiduría.

Pero… ¿Por qué hemos dejado que esa hermosa concepción de la vejez cambie?,

Debido a los acontecimientos del contexto, donde se le da un nuevo significado a los cambios relacionados con el deterioro físico, tanto de manera cultural como personal, en donde se etiqueta al adulto mayor como un ser que es probable que no pueda realizar las mismas actividades que desarrollaba anteriormente, tanto de manera física como mental, lo cual predispone a la persona a la toma de una actitud pasiva ante las diferentes situaciones que se presentan en su cotidianidad. Ser un adulto mayor no es un defecto, ni una debilidad.

Adicionalmente esta imagen pasiva es reflejada tanto en su autoestima, como en la toma de decisiones. En muchas ocasiones se ve al adulto mayor como un ser incapaz de decidir acerca de su vida y en algunas oportunidades abandonan la pasión por la vida, reflejado en discursos como “ya viví lo que tenía que vivir”, ¿pero si fuese así para que seguir con vida?, ¿cómo ser feliz si ya no hay sentido de vida?

El ser humano por lo general, basa su proyecto de vida en la búsqueda de su felicidad, enmarcado lo familiar, la relación sentimental, el desarrollo personal, profesional, logros materiales como de poder y su utilidad, como mecanismos y/o herramientas para el logro de sus objetivos. En el caso del adulto mayor, su discurso se encuentra enfocado en aquello que vivió, hizo, aprendió, su experiencia, lo que da valor a su conocimiento como una posición dentro de su contexto y una comunidad determinada. Entonces para ser feliz no solo debemos hablar de un pasado, de lo que un día fui, de lo que un día hice, porque aún hay un presente y también un futuro.

El logro de una meta, como el proceso para alcanzarla, genera diferentes sentimientos, emociones como conocimientos de la misma, que son expresados y compartidos ya sea por su reconocimiento propio, como social o por la satisfacción comunitaria de mejorar las condiciones actuales por medio de su aprendizaje. El reconocer este tipo de acciones, especialmente en el adulto mayor por medio de su narrativa, es un factor influyente en su construcción como persona, parte de su búsqueda de felicidad. Entonces, primero, hacer un recuento de la historia de vida y pensar… ¿Cuáles son los grandes logros de mi vida?, ¿Qué huella he dejado en mi familia y en los que me rodean?, ¿Cómo he alcanzado mis sueños en la vida?, esto permite un balance de vida, donde el adulto mayor se dé cuenta que su siembre ha sido amplia y fructífera.


Entonces, la sociedad al reestructurar su búsqueda de un bienestar y fortalecerse, se comienza a reconocer la importancia de que todos sus miembros logren cumplir sus objetivos, por lo que el adulto mayor comienza a ser foco de atención. Los adultos mayores deben ser personas más visibles y reconocidas, pues nos han formado y construido, su temple, esfuerzo, su lucha comienza a ser reconocido poco a poco tanto en términos del gobierno como en términos sociales.

Actualmente para su búsqueda de felicidad en necesario reconocerle y visibilizar la importancia de la experiencia vivida por este, con el fin de generarle una utilidad. El sentimiento de ser útil, a nivel social, no solo genera reconocimiento, sino hace parte de ese aprendizaje social de convivencia como de formación y desarrollo personal, siendo la experiencia, una forma de evaluarse desde juicios reflexivos para aceptarla con profundidad. Si bien estas experiencias son importantes, no solo para la persona, sino para un aprendizaje social, se hace necesario el reconocimiento de las posibilidades del adulto mayor por construir otras vivencias, basadas en su misma narrativa, que generen acciones enfocadas en el cumplimiento del objetivo de la felicidad, teniendo en cuenta los valores y la moral cultural.









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