viernes, 9 de noviembre de 2018

Anciano, Una Figura Escogida Por Dios


Hoy como un testimonio de amor y respeto a las personas mayores, deseo iniciar este estudio transcribiendo una carta que una abuelita enviaba a su nieto; dice así:

Querido nieto:

El otro día tuve una experiencia con Dios muy buena y la que quiero compartir contigo. Fui a la librería cristiana y allí encontré una calcamonía para el coche que decía: "TOCA LA BOCINA SI AMAS A DIOS"

Como había tenido un día muy malo, decidí comprarla y pegarla en el bomper de mi carro. Al salir conduciendo, llegué a un cruce de dos avenidas que estaba con muchos coches. Serian las doce treinta y con el sol hacia un calorón enorme; era la hora de salida de las oficinas. Allí me pare, porque la luz del semáforo estaba roja, pensando en el Señor y como Él es de bueno, no me di cuenta que la luz se había puesto verde, pero descubrí que muchos otros aman al Señor porque inmediatamente comenzaron a sonar las bocinas.

La persona que estaba detrás de mi auto era sin duda muy religiosa, ya que tocaba la bocina sin parar y gritaba: Dale, Por El Amor De Dios

Dirigidos por él, todos hacían sonar la bocina. Yo les sonreí y los saludaba con la mano a través de la ventanilla. Vi que otro muchacho me saludaba de una manera muy particular levantando solo el dedo medio de la mano. Le pregunté a otro de mis nietos, que estaba conmigo, que quería decir ese saludo. Me contestó que era un saludo Hawaiano de buena suerte.

Entonces yo saqué mi mano por la ventana y saludé a todos de la misma manera. Mi nieto se doblaba de la risa, supongo que por la bella experiencia religiosa que estaba viviendo.

Dos hombres de un coche cercano, se bajaron y comenzaron a caminar hacia mi coche, creo que para orar conmigo o para preguntarme a que templo voy. Pero en ese momento fue que vi que la luz estaba verde.

Entonces saludé a todos mis hermanos y hermanas y pasé la luz.

Luego de cruzar, noté que el único coche que había podido pasar era el mío, ya que la luz volvió a ponerse en roja, y me sentí triste de dejarlos allá después de todo el amor que habíamos compartido. Por lo tanto, paré el coche, me bajé, los saludé a todos con el saludo hawaiano por última vez y me fui.

Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres.

Amados lectores esa es una actitud muy propia de nuestros ancianos, ellos a igual que los niños tan solo creen y alaban a Dios, pidámosle a Dios la oportunidad de llegar a esa edad.


Pocas veces reparamos en la complacencia y predilección de Dios para los ancianos, Dios respeta, honra y aprovecha la sabiduría de los ancianos, sabiduría acumulada a lo largo de muchos años de experiencias.

Para Dios el anciano representa tanto, que El mismo retoma la figura del anciano con majestuosidad y soberanía.

Leamos parte de la visión de Daniel: Daniel 7:9…10 “Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.”

Y luego Apocalipsis 4:4 en la visión de Juan al llegar al cielo “4:4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.”

Si en su vida de cristiano no había reparado que es lo que va a ver en el cielo al llegar, hoy ya lo sabe; va a ver ancianos en eminencia.

El respeto a los ancianos

Levíticos 19:32 “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová...”

El respeto de los jóvenes a los ancianos

Job 32:6 “Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo:  Yo soy joven, y vosotros ancianos; Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión”

El ser anciano no significa no servir: tres ejemplos de vejez vigorosa


  • Moisés; Deuteronomio 34:7 “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor...”
  • Caleb; Josué 14:10...11 “Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar…”
  • Ana; Lucas 2:36...37 “Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones”


La figura del anciano en la iglesia:

Éxodo 3:17...18 “y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios”

Los ancianos de la iglesia son autoridades de la iglesia y están de apoyo en consejería para el pastor y lo ayudan en conducción de la obra.

Amados lectores, si Dios honra de esta forma la ancianidad, ¿por qué nosotros somos tardos para honrar a nuestros ancianos?



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