viernes, 16 de febrero de 2018

El Potencial Productivo De Las Personas Mayores Parte 2 (Continuación)



Por qué el mundo actual olvida o se hace el sordo con la porción del Salmo 92 que en su versículo 14 cita sobre los viejos: “Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes…

·         El trabajo remunerado

Comprende las actividades que las personas mayores realizan a tiempo total, parcial, a largo plazo o temporal a cambio de un ingreso. En muchos casos, el trabajo que realizan las personas mayores es una continuación del que han venido realizando durante gran parte de su vida laboral, como ocurre en la historia de muchos adultos entrevistados (docentes, abogados, kinesiólogos) que permanecen en su actividad luego de jubilarse, optando por dedicar menos cantidad de horas diarias a su labor. En otros casos, los adultos reorientan su vida laboral luego de la jubilación, desarrollando nuevos oficios, microemprendimientos o "trabajos puentes" en los cuales generalmente se tienen en cuenta las experiencias previas y saberes adquiridos a lo largo de la vida productiva. En relación a los trabajos puentes, debemos entender que los tiempos actuales están provocando que se acepten empleos que en otras condiciones no se aceptarían. Es evidente que se debe comer, pagar facturas y demás, pero siempre se debe intentar ser estratégico en la medida que sea posible. Está claro que un trabajo puente siempre será mejor que no tener trabajo.

Asimismo, el trabajo remunerado entre las personas mayores puede tratarse de una actividad generada por cuenta propia, es decir un autoempleo o un empleo para terceros. Cabe destacar que, debido al tipo de condiciones y remuneraciones que perciben por su trabajo, la gran mayoría de los entrevistados se ubican en el sector informal del mercado de trabajo, lo cual evidencia la vulnerabilidad de su situación y la falta de reconocimiento de sus derechos.

·         El trabajo familiar doméstico

Son todas las actividades no remuneradas que implican el mantenimiento y cuidado de la casa, quehaceres domésticos desde cocinar y lavar la ropa hasta atender casas y jardines, los trámites y compras de alimentos y el cuidado de nietos, bisnietos u otros familiares, así como también, la transferencia de saberes, oficios y conocimientos a las generaciones más jóvenes.

Es importante destacar el valioso aporte de las personas mayores, especialmente el papel de las mujeres mayores, en su rol de cuidadores tanto de los nietos como del cónyuge o de otros familiares dependientes, por ser una tarea que contribuye al bienestar del grupo familiar y que no ha adquirido la visibilidad que merece. La situación de la mujer adulta mayor en la familia requiere de esta reflexión especial por dos razones concretas, por un lado, la elevada supervivencia actual de las mujeres de edad avanzada se ha convertido en un factor claro de feminización de la vejez lo que hace que el rol del cuidador primario del cónyuge y la viudez sean más probable en este grupo y por otro lado, las tradicionales diferencia de género han asignado a las mujeres su función en el ámbito doméstico, haciendo cada vez más evidente el papel que cumplen muchas mujeres mayores en la reproducción cotidiana, ideológica y material de los hogares actuales.

·         El trabajo voluntario en la comunidad

Abarca las diferentes formas de servicios o ayudas ofrecidas gratuitamente en favor del bienestar de la comunidad. Se trata de una actividad dirigida a otros, beneficiando a individuos, grupos y a la sociedad en su conjunto que, generalmente, está relacionada con la participación en organizaciones de barrio, comunitarias, gubernamentales, religiosas, educativas, entre otras. Ser voluntario es importante porque implica una tarea que requiere dedicación, responsabilidad y compromiso social, que sirve a las personas a sentirse útiles, además de generar satisfacción por la colaboración prestada en sí misma. Además, en este tipo de tareas, las personas mayores pueden elegir los tiempos y las formas de prestar un servicio voluntario.

·         Las actividades educativas-culturales

Agrupa todas las formas de participación en actividades de capacitación y transferencia de conocimientos, experiencias y habilidades. En este sentido, las personas mayores son depositarias de saberes populares, tradicionales y regionales por lo que, desempeñan un papel fundamental en la transmisión intergeneracional de sus saberes. Asimismo, muchas personas participan en programas educativos formales como es el caso de las Universidades para la Tercera Edad en los países que las hay, las Escuelas de Oficio o diferentes programas de capacitación para adultos mayores. Cabe destacar que, desde la perspectiva del envejecimiento productivo adoptada en este estudio, la participación educativa por parte de los adultos mayores es productiva cuando fortalece su habilidad para contribuir a la sociedad mediante el voluntariado, el trabajo remunerado, la participación política, entre otras actividades.

Las diferentes formas en que se manifiesta el envejecimiento productivo reflejan la riqueza de las contribuciones cotidianas, tan necesarias y trascendentales para el desarrollo familiar y social. No obstante, es importante señalar que, el enfoque del envejecimiento productivo no intenta ser aplicable a todas las experiencias de envejecimiento y no pretende instrumentalizar a las personas mayores en beneficio de los intereses del mercado o la sociedad, tal como podría criticarse. No promueve la actividad de las personas mayores sólo por el fin de seguir manteniéndose activas. Lo que le interesa al envejecimiento productivo no es la obligación de participar sino las oportunidades para hacerlo, los ámbitos y las repercusiones de esa participación.

En este sentido, es necesario tener en cuenta que existe una serie de aspectos o factores, individuales y sociales, que influyen en el desarrollo de actividades productivas en la vejez. Así, por ejemplo, la trayectoria laboral, los saberes y conocimientos ocupacionales adquiridos a lo largo de la vida, así como, el significado que tiene el trabajo para este grupo etario, resulta fundamentales para comprender el tipo de actividades productivas que desarrollan actualmente. Por otra parte, las relaciones que se establecen entre las personas mayores y el escenario institucional de cada sociedad, integrado por la familia, el Estado, el mercado y las organizaciones de la comunidad, también desempeñan un papel importante para conocer las oportunidades y alternativas ocupacionales que inhiben o favorecen el envejecimiento productivo.

Para concluir, hay un dicho muy conocido que dice que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.  Y ciertamente, los viejos ‘saben’ porque han vivido y han visto mucho.  En la vejez piadosa hay “sabiduría, hay entendimiento, hay solidez, hay instrucción y experiencia”. Tal es así que bíblicamente aquellos que están llamados a dirigir el pueblo de Dios tanto en el Antiguo Testamento, así como en la Iglesia del Nuevo Testamento, son los ancianos.  Desde tiempos pasados los ancianos han sido la base de la sabiduría de los pueblos.  Tanto en los pueblos paganos como en los más civilizados, los ancianos (los viejos) han tenido un lugar de prominencia.  Dios instruyó a Moisés para que pusiera “ancianos” en la tierra para que le ayudaran a gobernar al pueblo con sabiduría.  En la iglesia del Nuevo Testamento, Dios nos instruye por medio de Pablo a que “se establezcan ancianos” que gobiernen en cada congregación (1 Timoteo). Ancianos idóneos que siendo guiados por la sabiduría divina y la llenura del Espíritu Santo puedan llevar al pueblo de Dios al conocimiento doctrinal correcto y a la estabilidad necesaria para el crecimiento de la iglesia. 

Cuando quienes gobiernan la iglesia son neófitos sin conocimiento Escritural, sin testimonio como prueba de fidelidad a través de los tiempos y sin experiencia cristiana, la iglesia carece de fundamento, de solidez y de seriedad; siendo entonces cuando una iglesia abandona, olvida, desaprovecha y desemplea a sus ancianos. 

 


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