viernes, 20 de octubre de 2017

¿Se Puede Dar Fruto En La Vejez? Parte 1



Salmos 92:12…15: “Como palmeras florecen los justos; como cedros del Líbano crecen. Plantados en la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios. Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos, para proclamar: «El Señor es justo; él es mi Roca, y en él no hay injusticia».” NVI

En nuestra sociedad actual, nos inculcan que una meta para muchas personas en la vida es una jubilación feliz. Pasan años ahorrando y planificando el tiempo en que jubilarse y esperan con ansias el tiempo libre para hacer lo que les interesa

¿Pero es el concepto de "jubilación" aplicable al reino de Dios?

Podemos retirarnos de trabajos seculares, pero… ¿qué sobre nuestro servicio en la iglesia?

Ciertamente las debilidades físicas pueden ser un obstáculo, pero ¿es una razón tan válida para retirarse de la obra de la iglesia?

En Salmos 92:12…15, encontramos una descripción de los justos, en el que se describen como palmeras y cedros Floreciendo en la casa y las cortes de Dios. Nótese en particular el versículo 14: "Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos, para proclamar"

Este pasaje sugiere ciertamente que hay un lugar de servicio para los ancianos en la obra de Dios.  Dice que son capaces de dar fruto y permanecer fresco y floreciente, a pesar de su vejez.

Lo que demuestra que Dios puede y usa a los ancianos; esto debería ser suficiente para que todas nuestras iglesias retomen este punto en seriedad, en compromiso y en mandato de Dios.

 I. El uso de Dios de las personas mayores según relatos de la biblia

    a. Moisés y Aaron
·         Fueron elegidos para llevar a los israelitas de Egipto sacándolos de la esclavitud
·         En ese entonces sus edades eran de ochenta y ochenta y tres años. Éxodo 7:7
·         Cuando ya habían pasado la vida normal, según se dice en Salmo 90:10 escrito por Moisés.

    b. Josué Y Caleb
·         Josué recibió el encargo de liderar la conquista de Canaán, durante los últimos treinta años de su vida. Vivió hasta que fue de ciento diez años de acuerdo con lo que leemos en Josué 24:29, lo que significa que tomo el cargo de liderar la conquista de Canaán a los noventa años.
·         Caleb también estuvo muy involucrado en la conquista y fue a sus ochenta años, cuando llega a reclamar el derecho de pelear por sus tierras.  Josué 14:6…11

    c. Daniel   
·         Daniel sirvió a Dios desde los días de su juventud, por más de setenta años.
Tenía más de ochenta años cuando:
·         Sirvió como uno de los tres gobernadores sobre el reino de Babilonia
·         Fue lanzado en el foso de los leones

    d. Zacarias Y Elizabeth
·         Estos fueron los padres de Juan el Bautista
·         Fueron ambos muy avanzados en años según cita en Lucas 1:7 “Pero no tenían hijo, porque Elizabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada
·         Sin embargo, él estaba sirviendo en el templo y ella dio a luz a Juan.

    e. Simeón Y Ana
·         Dos ancianos que dieron testimonio de Jesús niño, Cristo y Salvador, cuando era presentado al templo para ser circuncidado. Lucas 2:25…38
·         Ana era al menos de ochenta y cuatro años y había estado sirviendo a Dios "con ayunos y oraciones noche y día "

    f. Pablo ya anciano 
·         Se refiere a sí mismo ya como un anciano de acuerdo con cita de Filemón 9: “más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo
·         Sin embargo, sabemos que en este momento de su vida, él fue ocupado escribiendo cartas, Efesios, Colosenses, Filipenses, otras, incluso mientras se encontraba encerrado en prisión
·         Nunca demostró aun en su vejez, un signo de retirarse a descansar siempre estuvo presto a viajar, visitar, fomentar las iglesias y cuando estaba en prisión esperaba hacerlo al liberado.

Hay muchos otros ejemplos de cómo Dios usó aquellos en su vejez para servirle a Él. Estos que hemos considerado ciertamente ilustran cómo los ancianos pueden "todavía dar frutos en la vejez".  

Hay un texto del Profeta Ezequiel que contempla un valle repleto de huesos secos en el cual tiene que convocar al Espíritu para que se realice en ellos la revitalización divina. Si bien este texto no habla de la vejez sino de la esperanza del Pueblo de Dios por resurgir, lo podemos aplicar a esta etapa de la vida en que muchas veces se necesita que los huesos secos y el alma se renueven con la fuerza pujante de la vida: “así dice el Señor Dios: ven Espíritu de los cuatro vientos y sopla sobre muertos para que vivan. Yo profeticé como se me había ordenado y el Espíritu entró en ellos y revivieron” (37:1…14). Sólo desde Dios, los huesos secos de nuestra vida pueden resucitar sintiendo, nuevamente, la corriente arrolladora del Espíritu.

Hay un pasaje del Profeta Isaías en el cual advierte que Dios renueva la vida, no importando si se es joven o no. El texto afirma que desde siempre Dios es el Señor, no se cansa, ni se fatiga. Al cansado, Él le da vigor y al que no tiene fuerzas, robustece su debilidad. También los jóvenes se cansan y se fatigan, vacilan y tropiezan. Los que esperan en el Señor sentirán que se les renuevan las fuerzas y que les crecen alas como de águilas. Correrán si fatigarse y andarán sin cansarse. (Isaías 40:28…31).

Iluminados así por la esperanza que brindan estos textos de la Palabra de Dios, pidamos que la gracia siempre nos revitalice y vigorice, concediéndonos una serena confianza y un reposado abandono en el Señor.

En este tramo culminante de la vida está reservada una prolífera fecundidad, que no radica tanto en el hacer sino en el ser.

 Pero ¿qué pasa con hoy?  Bueno, considere ...
   
Continua la siguiente semana










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