“Dios
puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda
circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes” 2
Corintios 9:8 NVI
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La tristeza puede
llevarnos a la depresión
Iniciemos por definir ¿Qué es la depresión?: La
depresión clínica, es una enfermedad grave y común que nos afecta física y
mentalmente en nuestro modo de sentir y de pensar. La depresión nos puede
provocar deseos de alejarnos de nuestra familia, amigos, trabajo, y escuela.
Puede además causarnos ansiedad, pérdida del sueño, del apetito, y falta de
interés o placer en realizar diferentes actividades.
Hay muchas concepciones distintas que se
plantean como aliviar la depresión. Algunas mantienen que las medicinas son la
única manera; otras dicen que la nutrición es mejor. En realidad, ambas
influyen en nuestra química cerebral y a su vez en nuestras emociones. Algunos
dicen que la práctica regular de la meditación es la mejor; otros afirman que
lo mejor es soltar las emociones reprimidas y finalmente hay quien dice que
todo consiste en encontrar significado y propósito en la vida.
Pero ante todo lo anterior yo conozco y
recomiendo al médico de todos los médicos Jehová Rafa, ¿Qué cómo lo sé? A
continuación, les cuento:
“Moisés
se enfrenta a una situación difícil en el desierto y en vez de quejarse, él
ora. Eso es lo que nosotros también deberíamos hacer. Cuando estamos en el
dolor, debemos orar. Dios responde a Moisés y le mostró un pedazo de madera, el
cual echó Moisés al agua, y al instante el agua se volvió dulce. Dios entonces
inicia una prueba y les dice en Éxodo 15 versículo 26: “Si escuchan mi voz y
hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no
traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios.
Yo soy el Señor, que les devuelve la salud.” Aquí vemos que el Señor se
reveló como Jehová Rafa. En medio de su amargura y dolor, Dios se revela como
su Sanado”.
La palabra Rafa se
utiliza unas sesenta veces en el Antiguo Testamento y significa, “para
restaurar, sanar o curar” físicamente, emocionalmente y espiritualmente.
Ahora bien, si nosotros ponemos de nuestra
parte, que es lo más importante hasta con Dios, entonces podemos cambiar como
nos sentimos en la forma siguiente:
1.
Usando
la mente.
2.
Calmando
nuestro sistema nervioso.
3.
Moviendo
el cuerpo de manera que refleje como queremos sentirnos.
4.
Visualizando.
5.
Ser
agradecido.
6.
Dando
amor.
Todas las maneras funcionan. Pero la más rápida
de todas para cambiar como nos sentimos en un momento dado, y la que genera de
un modo más fácil cambios a largo término, es utilizar el cuerpo.
Partiendo sencillamente de los músculos
faciales varios investigadores de la Universidad de Alaska, en Anchorage,
pidieron a unos voluntarios que observaran fotografías de personas que sonreían
o fruncían el ceño. A la mitad de los voluntarios se les pidió que miraran las
caras, pero a la otra mitad se les dijo que imitaran la sonrisa, o bien el ceño
fruncido. De una forma inmediata todos los voluntarios encajaron con esos
estados de ánimo. Los que imitaron la sonrisa disfrutaron de un estado de ánimo
más positivo. Los que imitaron el ceño fruncido no se sintieron de tan buen
humor. Los que se limitaron a mirar las caras no sintieron nada. Y lo que
resulta más interesante es que los resultados fueron más pronunciados cuando los
voluntarios copiaron las expresiones faciales mientras se miraban en un espejo.
William James (1842 - 1910, Nueva Hampshire,
Estados Unidos, fue un filósofo estadounidense con una larga y brillante
carrera en la Universidad de Harvard, donde fue profesor de psicología, y fue
fundador de la psicología funcional), sostenía que "Nosotros, con nuestra
conducta, con nuestra manera de comportarnos, podíamos cambiar la forma en la
que nos sentíamos". Si esto lo aplicamos a la sonrisa, lo que quiere decir
es que, si lo natural cuando estoy contento es que sonría, también cuando elija
sonreír, aunque de entrada no me apetezca, acabare sintiéndome contento. Por
eso, "Si aprendes a gestionar tu cara, también podrás gestionar tus
emociones".
Mover ciertas partes del cuerpo causa lo mismo.
Cuerpo recto, hombros atrás balancear los brazos con alegría mientras caminamos
eleva nuestro estado de ánimo, mientras que andar encorvado y mirar al suelo lo
empeora.
Busca una postura: ponte derecho, espinazo
erguido, cabeza y ojos al frente, las piernas abiertas a la altura de los
hombros; los hombros hacia atrás y las manos en las caderas. Nos generan
confianza.
Otra herramienta es la visualización, si
quieres crear algo en tu vida, si quieres lograr un objetivo o alcanzar una
meta, primero tienes que crearlo en tu mente, tienes que visualizarlo, sentirlo
y desearlo con toda intensidad. Esa visión crea la fuerza suficiente, para
pasar a la acción y dar los pasos necesarios hasta que se convierta en
realidad.
El cerebro no distingue lo real de lo
imaginario. Por eso si nos imaginamos que actuamos como "Soy lo bastante
bueno para no estar triste", nuestras redes neuronales cambiaran para
reflejar que lo soy.
En los estudios sobre neuroplasticidad que
comparan la práctica física con la práctica imaginada, los resultados son los
mismos: el cerebro cambia con independencia de que una persona esté haciendo
algo o imaginándoselo. Como ya hemos dicho, el cerebro no distingue entre la
realidad y la ficción.
No hay nada de magia en lo anterior, todo es fe
y esta ocurre cuando nos enfrentamos a nuestras dificultades, en lugar de
intentar evitarlas.
Recuerda que la fe es certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve.
Necesita entender este principio para vivir en
la certeza de lo que se espera.
Si yo tengo un hijo enfermo, yo no sé nada de
medicina, pero lo que hago es llamar al doctor y poner la vida de mi hijo en
las manos de ese Doctor. Cuando lo llevo al Doctor hay en mi una
seguridad de que el médico tiene el suficiente conocimiento para manejar ese
problema y no voy a interferir en ese trabajo, solo me siento a esperar y tengo
la certeza de que sus conocimientos arrojarán luz sobre ese problema. Pues,
con mucha más razón debo manejar las cosas espirituales con certeza sabiendo
que el Creador tiene toda la sabiduría necesaria para resolver los más grandes
conflictos de la vida.
La certeza que viene de la fe que Dios da,
viene al entender que Dios realmente es el creador de todo y que nada escapa de
su mano. Su poder es sin igual y grande. Hoy debo confiar en Dios
en el tiempo de la turbación y de la tempestad. Necesito confiar con él
con toda mi alma hasta el último día de mi vida y dejar que la certeza germine
hacía lo que se espera. El Señor es el Dios de la esperanza y en El yo
esperaré.
Señor. Gracias
por ser el Señor de la esperanza. En medio de un mundo lleno de desesperanza
hoy quiero descansar plenamente en ti y dejar que la certeza que viene de ti,
pueda germinar hacía lo que se espera. Cuán grande es la esperanza que
viene de tu mano. Fortaleza y Gracia vienen de ti. Amén.
Bueno entonces ahora empezamos, visualiza y
adopta posturas erguidas, estas te ayudan a salir de la depresión. Y recuerda
"Tienes que creer lo que vas a hacer".
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