Cualquiera que sea el sistema de creencias, ya
sea cristiana evangélica, católica, judíos, musulmanes o de otra fe, la
religión puede ser una gran parte de la identidad de una persona. Es
importante capacitar a las personas mayores que viven en comunidades de alto
nivel para mantener el componente espiritual de sus vidas, ya esta espiritual
se vuele su principal fuente de fuerza motora.
En las últimas décadas, los gerontólogos se han
vuelto cada vez más conscientes de la importancia de la espiritualidad para el
bienestar de las personas mayores.
La espiritualidad es difícil de definir y
describir. Es un concepto que es muy personal, a menudo privada y difícil
de poner en obra. Para la mayoría, la espiritualidad es una experiencia
interna.
Los gerontólogos a menudo definen la
espiritualidad con una descripción que venía de 1971: "el valor
básico alrededor del cual todos los demás valores se centran, la filosofía
central de la vida - ya sea religioso, antirreligioso o no religiosa - que guía
la conducta de una persona, las dimensiones sobrenaturales y no materiales de
la naturaleza humana". Si bien esta definición menciona términos y
conceptos familiares que la mayoría de la gente estaría de acuerdo que se relacionan
con la espiritualidad, en la actualidad no existe un consenso real sobre un
significado estandarizado del término.
Ser religioso y ser espiritual son dos cosas
separadas, pero lo que tienen en común es que más la gran mayoría de
los ancianos en todas las culturas, consideran a sí mismos a ser
miembros de una religión, sólo una minoría dice que es ateo. Mientras que la
espiritualidad es difícil de medir.
La generación actual de mayores creció en un
tiempo de una sociedad más religiosamente activa, en las comunidades donde a
menudo opera un entorno influenciado por una institución religiosa. Esta
comunidad les ha proporcionado una fuente de apoyo social y otros
beneficios. Se cree que la religión puede producir los siguientes
beneficios psicológicos en las personas mayores:
-
Visión
optimista de la vida y de la enfermedad, lo que resulta en menores tasas de
mortalidad y mejora de los resultados de recuperación de la salud
-
Un
sentido de propósito en la vida
-
Una
mayor capacidad para hacer frente a la enfermedad, discapacidad y muerte
Es importante no pasar por alto las necesidades
religiosas y espirituales de las personas mayores, especialmente cuando ellos
están adscritos o visitan algún centro de atención, ya sea iglesia, club de
ancianos, asilo de ancianos, etc. Estas necesidades se han llegado a
clasificar en las denominadas catorce necesidades espirituales de las personas
mayores:
1.
Una
necesidad de sentido, propósito y esperanza
2.
Una
necesidad de trascender las circunstancias
3.
Una
necesidad de continuidad
4.
Una
necesidad de apoyo en el tratamiento de la pérdida
5.
Una
necesidad para la validación y el apoyo de los comportamientos religiosos
6.
La
necesidad de participar en comportamientos religiosos
7.
La
necesidad de la dignidad personal y sentido de valor
8.
La
necesidad de amor incondicional
9.
una
necesidad de expresar la ira y la duda
10. Un necesitan sentir que
Dios está de su lado
11. Una necesidad de amar y
servir a los demás
12. Necesitan estar
agradecidos
13. La necesidad de
perdonar y ser perdonados
14. La necesidad de prepararse
para la muerte y el morir
Estas necesidades se vuelven particularmente
importante en el cuidado a largo plazo cuando ellos están pasando por
períodos de pérdida y ajuste. Esta fase de la vida está marcada por la
pérdida de la capacidad, la salud, la independencia y amigos.
Las personas religiosas y espirituales a menudo
usan su fe y creencias para hacer frente a estas pérdidas, por lo que es
crucial el seguir efectuando servicios religiosos para las personas mayores que
lo deseen:
No debemos de olvidar que como cristianos
estamos comprometidos a honrar las personas mayores y velar por el
mantenimiento de la calidad de vida. Además de cumplir con los
requisitos físicos y de salud; por otro lado, esta edad ha sido marcada por
grandes producciones.
Después de todo la vida comienza en la
ancianidad y con ella la inmortalidad, no debemos olvidar que: “Aun en la vejez
fructificarán, estarán vigorosos y verdes” Salmo 92:14 y así ha sido
ciertamente con algunos hombres notables.
·
Tintoretto,
a los 74 años, pintó el gran “Paraíso”, un cuadro de 25 metros por
diez.
·
Verdi,
a los 74 años, produjo su obra maestra “Otelo”, a los 80 años,
“Falsedad”, y a los 85 años, sus famosos “Ave María, Stabat Mater y
Te Deum”.
·
Lamarcke,
a los 78 años, completó su gran obra zoológica.” Historia Natural de los
Invertebrados”.
·
Catón,
a los 80 años, empezó a “estudiar griego”.
·
Goethe,
a los 80 años, completó el “Fausto”.
·
Tensión,
a los 83 años, escribió “Cruzando la barrera”.
·
Tiziano,
a los 98 años, pintó su cuadro histórico de la “Batalla de Lepanto”.
¿Y TU QUE HARAS?
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