Hay muchos que se molestan por su
envejecimiento. El decaer del cuerpo... la falla de la memoria... sólo hablaras
a ti mismo para escuchar... y tantas cosas mas que sobre el hecho se dicen.
Pero también hay algo profundamente liberador sobre el envejecimiento: una
actitud placentera que viene sólo cuando usted golpea 60 y empieza a decir:
"Soy viejo para esto."
Después de superada esta línea de los 60,
he estado observando, asombrado de cómo me encojo de hombros y sigo adelante mi
vida. Ahora más reflexivo que antes... una hermana en la iglesia me dijo que
eso se llamaba ser "viejo" puede que sea la palabra adecuada, que
debería tener en cuenta que soy demasiado inteligente para aceptar ser viejo.
Pero el viejo es la palabra que quiero. Me lo he ganado.
Y vamos a empezar por aceptar ser una
persona mayor, ¿de acuerdo? Si es mujer, deje que los demás se sientan mal por
sus alas de pollo, sus cuellos y su multitud de pliegues y arrugas que por
igual salen a los hombres. Soy viejo y esto es el paso de los años. Mi cabello
canoso, pues eso porque quiere use un buen tinte y asunto arreglado. Todo mi
cuerpo: demasiado gordo y pensar cuanto queríamos engordar cuando fuimos
demasiados delgados. Parece que ahora, nada se siente bien.
Qué tortura nos infligimos a nosotros
mismos. Todo ello por tan solo no aceptar que somos viejos y adaptarnos a las
cosas de nuestra edad.
Un día, hace poco empecé a guardar las
fotografías de familia, las empecé a scanear y guardar. Allí estaba yo, de seis
meses y reflexione: ¡que bonito era!, inmediatamente me vi a un espejo y vi por
primera vez que aun lo sigo siendo. Y había en esas fotos mis amigos; mis hijas
tiernas, mi esposa Silvia teniendo un gato cuando era muy niña... cada
fotografía la miraba por largo tiempo y me remontaba a aquellos días en que
fueron tomadas... se amontonó sobre mí hermosos momentos, y reflexione éramos,
somos y seguiremos siendo todos hermosos. Al igual que nuestras madres y
padres.
Esas sonrisas radiantes, de cuando
jóvenes, brillaron desde el pasado, me recordaba a las sonrisas que conozco hoy
que siguen siendo radiantes y con fuerza. No tengo ninguna duda de que cuando
llegue a los ochenta, voy a mirar fotos de mí mismo de cuando tenía sesenta
años y creo que recordare lo joven que era entonces, llenó de alegría y
belleza, como ahora en los ochenta.
Estoy feliz de tener un cuerpo que es
sano, que me lleva a donde quiero ir, que tal vez se cansa y se queja, pero se
queda ahí. Así que tal vez soy demasiado viejo para montar a caballo, demasiado
viejo para demasiado viejo para subir volcanes, demasiado viejo para los
tatuajes y demasiado viejo para el pelo verde. Pero sin estas cosas modernas y
algunas ridículas, soy feliz.
A veces expreso un poco de mal humor
durante el día, eso es una buena cosa disminuye mi strees de trabajar desde
casa. Yo he visto de todo. Curas violadores de niños, Pastores infieles que se
inventan términos como el de la infidelidad responsable, violadores, asesinos,
maras, guerrillas, etc. todas lacras de nuestras sociedades. Pero quiero
decirles a mis colegas más jóvenes que no importa. Usemos nuestro derecho al
soñar y fijemos el sueño de una sociedad justa, luchemos por ella, aun a
sabiendas que quizá no la miremos... pero al final tendremos la satisfacción de
pasar por esta vida dejando un legado de bien que tanta falta le hace a muchos
ahora.
Lo que más importa es el trabajo. Da a
usted placer y esperanza. Sostiene su alma. Mi trabajo escribiendo pensando en
un mundo mejor es difícil y a su vez lo más fascinante que he hecho nunca. Si
soy demasiado viejo para las fuerzas de la oscuridad, de la desesperanza y la
desesperación. Si todo el mundo pusiera sus ojos en el prójimo como se los pone
en si mismo, todos seríamos más productivos, mas santos y no sólo en la iglesia
o la casa.
La clave de la vida es la capacidad de
recuperación y yo soy lo suficientemente viejo para sentirme derribado. Aprendí
años atrás que es el levantarse lo que cuenta. En el momento necesario he
aprendido a comenzar otra vez y otra vez.
Y, debo añadir, que el saber reponerse es
la clave para sentirse nuevo. Que en realidad es la mayor parte del tiempo.
Ya soy demasiado viejo para tratar de
cambiar el sistema luchando en las calles. Por ahora he aprendido de la
existencia de otras trincheras. La mayoría de nosotros somos receptivos a un
poco de modificación de la conducta. Pero a través de décadas de escuchar a las
personas que se quejan de los otros, escucho los mismos estribillos. Llego a la
conclusión que sinceramente el hombre tiene a Dios pero de nada le sirve si
sigue ciego.
Yo solía pensar que uno hizo amigos
conforme fui creciendo, pero he aprendido que sucede lo contrario. A veces,
inexplicablemente, una nueva persona entra en tu vida y te encuentras con que
igual que otros solo busca algo que tienes... una y otra vez.
Ahora puedo detectar problemas a metros de
distancia (créanme, esto es una gran mejora) y puedo decir a mí mismo:
¿Demasiado viejo para esto? Pondré la experiencia de los años y me ahorraré a
mí mismo una gran cantidad de sufrimiento.
¿Qué si se es viejo es una desventaja?
Cada etapa de la vida tiene su belleza,
nadie sabe de ella y no la goza, sin llegar ella. Lo interesante esta en saber
que has llegado y aceptarlo. Esta es una etapa para mucha espiritualidad,
contemplación y caminarla con la pareja que escogiste de joven.
Vivimos la época del botex o de la cirugía
platica, resultado de la obsesión del mundo para mantener su aspecto joven, aun
cuando siempre llegara a viejo. Cada mañana, la gente se mira en espejos de
baño, en busca de signos de la edad. No hay arruguitas al lado de los ojos, no
tememos la aparición de esas pequeñas líneas en las comisuras de la boca... nos
vemos y nos vemos y luego nos consolamos dejando de pensar que nacerán... aparecerán.
Sabemos la verdad, desde que nacemos estamos envejeciendo... cada día más
viejo. Dejando de lado nuestras inseguridades de joven es buen tiempo para
preguntar: ¿Cuáles son las arrugas ¿De dónde provienen? ¿Qué significan? Tal
vez si las entendiéramos mejor, podríamos dejar de temer tenerlas.
Yo, ya soy viejo para preocuparme de esto,
pero aun tengo el amor para decirle a las generaciones jóvenes y esas que ya
están por salirles sus primeras arrugas, lo mismo que dijo Salomón: “Acuérdate
de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y
lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes
que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las
nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán
los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se
oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se
cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del
ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de lo
que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la
langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su
morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; antes que
la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se
quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el polvo vuelva
a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Eclesiastés
12:1..7)
No hay comentarios:
Publicar un comentario