viernes, 18 de julio de 2014

Animemos La Fe Y Espiritualidad De Nuestros Ancianos

El anciano esta propenso ser asolado por la soledad, los recuerdos y las dificultades mentales, de ahí, la necesidad de practicar activamente su fe cristiana.

El cuerpo puede debilitarse, pero el espíritu sigue siendo capaz de una renovación e incluso un nuevo nacimiento en la vejez. Los que están "espiritualmente muertos" puede encontrar la vida espiritual a través de un compromiso nuevo o renovado en la fe en Cristo. La persona espiritualmente madura puede seguir creciendo en sabiduría, en amor, alegría y otros dones espirituales. Muchos de los más grandes guerreros de oración de este mundo son de la tercera edad. A pesar de los cambios, pérdidas y problemas de salud crónicos, las personas mayores pueden seguir cultivando su relación con Dios.

Con frecuencia las personas mayores se encuentran con obstáculos para lograr su apoyo espiritual. Algunos son demasiado débiles para llegar a la iglesia o para participar en actividades religiosas con otros creyentes. A medida que sus amigos se mueren o se alejan, pueden perder sus conexiones con la comunidad de fe. Otros se sienten alienados en las iglesias que se centran la mayor parte de su energía en la captación de un público más joven. A falta de visión puede hacer que sea difícil de leer la Biblia y la dureza de la audición puede hacer que sea difícil escuchar sermones. Al igual que todos los cristianos, las personas mayores necesitan el compañerismo y el aliento de otros creyentes.

¿Qué se puede hacer para fomentar la fe de una persona mayor?

Todos tenemos una oportunidad especial para demostrar el amor de Dios a un anciano. Su sensibilidad a su envejecimiento y de sus necesidades espirituales pueden dar comodidad y la estabilidad en un momento de cambio e incertidumbre. Un ministro o un Pastor no solo pueden mantenerse en contacto con los ancianos sino que están  obligados en el amor a Cristo a hacerlo. Deben propiciar el crecimiento espiritual deseable para el bienestar continuo de las personas de edad avanzada.

¿Llegamos a ser más religiosos a medida que envejecemos? Parece lógico pensar que las personas que tienen más tiempo libre y que se están acercando al final de la vida se volverían más religiosos en sus últimos años. Sin embargo, las investigaciones indican que esto no es cierto para la mayoría de las personas mayores.

Los cambios demográficos de América deberán enviar un llamado de atención urgente a la iglesia. La población en todos los países está envejeciendo. Se espera que la población de edad avanzada seguirá creciendo enormemente. Para el último cuarto de siglo, la tasa de natalidad ha descendido, mientras que la población de adultos mayores está explotando. Sin embargo, la mayoría de las iglesias siguen centrándose en programas para la juventud, descuidando el más rápido crecimiento de un sector de la sociedad. Ciertamente necesitamos ministerios de jóvenes, pero también necesitamos planes de otros aficionados a integrar a las personas mayores en la vida de la iglesia y para llegar a aquellos que son demasiado débiles para asistir.

Hay beneficios para permanecer activo en una comunidad religiosa. Los asistentes a la iglesia más propensos a evitar acciones poco saludables, como la embriaguez, el tabaco, etc. Ellos logran desarrollar estrechas relaciones con amigos, vecinos y familiares, y éstos tienen un impacto positivo en su salud.

Muchas personas de edad avanzada no asisten a los servicios y una de las razones es que muchas iglesias han sufrido cambios dramáticos en los últimos años, tales como reexaminar sus posturas doctrinales con respecto al papel de las mujeres en el púlpito, los estilos de música contemporánea, la homosexualidad y otros temas. El resultado es una iglesia muy diferente de la iglesia de los años pasados.

Para las personas mayores, hay un sentido de la seguridad en los caminos tradicionales y una sensación de pérdida cuando se abandonan estas maneras. El cambio de los himnos tradicionales de canciones contemporáneas, la incorporación de la batería y el uso del teatro y la danza en algunas iglesias hace que muchas personas mayores se sientan  incómodas. Mientras que algunos se adaptan a los cambios o tolerarlos, ya que no quieren dejar su iglesia, otros aflojan en la asistencia. Aquellos que dejan de asistir a la iglesia puede sentirse culpable por estar "dejando la reunión" de los creyentes entre sí (Hebreos 10:25 NVI), pero ellos no pueden sentir hasta en busca de una nueva iglesia que es más tradicional. En ese caso, tenga en cuenta La posibilidad de cultos para la esta edad con un estilo de adoración que se adapte al anciano. Tome en cuenta la vista pobre de un anciano común para la noche o en un servicio a mitad de semana, cuando está oscuro, la oferta es organizar un transporte.

Una Iglesia  puede para un anciano ser abrumadora, la disminución de la capacidad mental puede hacer de la iglesia una experiencia abrumadora o negativa para una persona mayor. Las investigaciones muestran que las personas mayores en una iglesia abrumadora bajan su estimulación de asistir a los servicios religiosos. Muchas personas en esta situación les resulta menos estresante ver la televisión religiosa o escuchar programas de radio. 

A medida que como iglesia tome el cuidado con sus mayores, le propiciara momentos de oración y estudio personal de la Biblia. Cuando permites que el Espíritu Santo ilumine los ojos de su corazón para conocer la esperanza a que él os ha llamado, a estar mejor equipado para animar a su propia fe y crecimiento espiritual mayor.

No importa lo que pase, sigamos el consejo de Pablo, "Regocijaos en el Señor siempre lo diré de nuevo:.! Alégrate" (Filipenses 4:4). Por ello atendamos el envejecimiento de hermanos queridos, ellos son parte d el plan soberano de Dios y su entrañable misericordia.


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