viernes, 2 de mayo de 2014

Vale La Pena Hacerlo

Reflexionando sobre partes bíblicas, yo no sé cómo se sentían Zacarías e Isabel, pero sí sé que sabían que el tiempo pasaba y pasaba rápidamente. Ya ellos habían perdido su oportunidad de tener un hijo. Ese era su sueño. Se habían hecho en el paso de los años mas viejos. El tiempo les había pasado, ha igual como nos superara a todos. Ellos siempre fueron fieles a Dios, pero Dios no parecía tener planes para ellos. Y cuando menos ya lo esperaban fueron sorprendidos; sorprendidos por el hecho de que Dios todavía tenía algunos planes maravillosos para ellos.

No importa cuántos años han pasado o lo insignificante que te sientas, Dios no ha terminado contigo todavía. El tiene algo todavía para ti.

A mis 65 años, miro a mi congregación y veo a los hombres y mujeres que pensaba que se hubiesen retirado. Algunos ya no están, ya el Señor los llamo a su compañía en la mansión celestial, aquí estuvieron y dejaron huella, llegamos a conocerlos y tenemos la certeza de saber donde están.

En este momento, reflexiono que de todos los que ya están con Dios, todos eran ya ancianos, todo un grupo que lucho con lo que tenían en la construcción y mantenimiento de esta obra de Dios. Un grupo que  ahora están juntos en el cielo.

Todos ellos viejos... trabajaron por la iglesia con ahínco hasta el ultimo momento. No hay teología de la jubilación en la Biblia. Todavía somos seguidores de Jesucristo, no importa la edad que tengamos. Tú y yo estamos destinados a ser obreros de Dios, si somos un adolescente como María o de la tercera edad, como Zacarías e Isabel. El ejemplo de Isabel y Zacarías lo hace muy claro que Dios no tiene viejas glorias. Esta historia es una palabra para los ancianos. Dios no ha terminado contigo todavía.

Su verdad es eterna. Si su experiencia es como la mía, a veces parece que Dios nos ha dejado solos, mas cuando nos toca hacer frente a las tormentas de diferentes índoles, que en ocasiones soplan sobre nosotros. Las finanzas no cubren los gastos. El cansancio en estas pruebas de esfuerzo, nos recuerda que este cuerpo humano se gastará. Estas cosas pasan para todos nosotros. Y podemos sentirnos muy solos. Incluso Jesús, mientras colgaba en la cruz, exclamó consternado que El. en ese momento, se sentía solo y abandonado por Dios.

Pero tan cierto como después de la oscuridad de la medianoche viene un nuevo amanecer, también en nuestra vida podemos pasar por dificultades, sabiendo que el nuevo día viene y con el, las misericordias de Dios.

Jesús dijo que siempre estaría con nosotros contra viento y marea. Cuando las cosas se ven con fe y esperanza, y cuando no hay luz en absoluto en la oscuridad de nuestras vidas. Cuando el cáncer está en remisión total y cuando es inoperable. Cuando estamos rodeados de la familia y parece que a nadie le importamos lo suficiente como para llamar. Dios está con nosotros en toda la vida.

A veces él se sienta como un amigo tranquilo y comparte nuestras lágrimas. A veces tiene que bailar con nosotros en la alegría. A veces se nos levanta y nos lleva por el camino. A veces creo que incluso nos golpea en la cabeza con un palo, sólo para llamar nuestra atención. Pero puedes estar seguro de que nuestro Dios amoroso y redentor está siempre con nosotros.

Si lo amamos, él está con nosotros. Si le maldecimos, él está con nosotros. Si gritamos que nos ha abandonado, él está con nosotros. El amor, que no va a dejar que me vaya  es mi himno favorito. Probablemente porque necesito ser recordado una y otra vez.

Todos los días, son de sorpresas y cosas que quitan el aliento. De hecho, toda la vida puede ser. ¿No crees que es una buena cosa? La mayoría de nosotros deberíamos aprender a medir nuestras vidas por las respiraciones que tomamos. Son esos momentos de estupor y asombro, cuando de repente la atención se deja llevar, que Dios nos pilla por sorpresa. Él nos deja sin aliento.

El único problema es que algunos de nosotros estamos acomodados por tradiciones religiosas. Eso había sucedido casi a Zacarías e Isabel. Eran buenas personas. La Biblia dice: "Ambos eran justos delante de Dios, viviendo en integridad según todos los mandamientos y preceptos del Señor" ( Lucas 1:06 ). Ahora que es el perfil de una persona muy religiosa. Pasaron por todos los movimientos correctos. Ellos obedecieron la ley. Ellos fueron fieles en la adoración. Ellos oraron fervientemente a Dios.

Es posible establecer una rutina religiosa a tal grado que a Dios se le haga difícil conseguir nuestra atención. ¿Qué sucedería en una mañana de domingo, si Jesús literalmente caminara por el pasillo central de tu iglesia y se sentara en la última silla esperándonos. Me pregunto lo reconocieras.

Lo más probable, es que estarías sumamente ocupado con la alabanza o quizas danzando, eso si danzas, pero ahí en la silla Jesús esta queriendo hablar contigo... Tengo que admitir que 99.99% de seguro que no lo atenderíamos, pues obramos religiosamente y la última cosa que queremos es tener un visitante que quiera interrumpir nuestra orden de culto.

Ahora, me doy cuenta de que es muy poco probable que me encuentre a Jesús físicamente en el transcurso de un culto. El hecho es, sin embargo, que Jesucristo está en ese lugar, en la presencia de su Espíritu Santo. Jesucristo, el propio Dios del universo, es un observador activo de todo lo que está pasando en mi y en ti. Él conoce cada pensamiento. Observa nuestros bostezos. Él conoce nuestros miedos. Él está preocupado por los problemas de salud, las necesidades financieras y profunda soledad, dolor que marca la existencia de algunos. Lo que sea, él es consciente de ello. Y Él quiere que le entreguemos nuestras necesidades. Él nos quiere sorprender con su alegría.

¿Qué has estado orando recientemente? Haga de sus oraciones un acto atrevido, reanude y pida lo creas imposible, nuestro Dios, es el Dios de los imposibles.

Imagínese cuántas veces Zacarías e Isabel habían orado por un niño. Y ya viejos, entonces, ven asombrados que fue contestada su oración, no en su momento, sino de Dios. Vale la pena descansar en Dios... HAS LA PRUEBA.


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