viernes, 30 de agosto de 2013

Falta De Apetito En La Tercera Edad: Hiporexia

Se conoce como hiporexia a la pérdida parcial de apetito, la cual se diferencia de la anorexia porque esta última es una pérdida total. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, este problema es frecuente en los adultos mayores o de la tercera edad por varios factores. Entre estos pueden mencionarse las pérdidas sensoriales, ya sea del gusto, el olfato y la vista, ya que esto afecta el adecuado apetito y consumo de los alimentos.

Afecta a una gran mayoría de personas de la tercera edad. El 90% de los pacientes mayores de 80 años presentan alteraciones del apetito. La hiporexia puede ser síntoma de alguna enfermedad de tipo psicológico. La desnutrición es la consecuencia más grave y abre el círculo vicioso de las complicaciones, estancias hospitalarias y hasta mortalidad.

De acuerdo con los nutricionistas, "la salud oral es otro factor de importancia, pues pueden experimentar sequedad de la boca producida por la hiposalivación; problemas de masticación y deglución por ausencia de piezas dentales. Por esto es necesario modificar la consistencia de los alimentos", explica.

Por otro lado también puede afectar la función gastrointestinal, pues durante el proceso de envejecimiento se presentan diversos cambios que afectan el consumo de nutrientes, la digestión y la absorción en el sistema gastrointestinal. Asimismo los estados de confusión que se presentan en algunos adultos mayores afectan el consumo de alimentos y por consiguiente su estado nutricional.

Federico Cuesta, geriatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), añade que "es un síntoma que nos tiene que hacer indagar si hay algo más debajo porque, puede ser que una nueva medicación que hayamos ofertado al mayor disminuya su apetito o que tenga una patología más severa, es una señal de alarma que nos hace investigar más".

Este problema se dispara y se complica por la edad y la enfermedad. Es decir, los ancianos "normalmente" comen menos porque disminuyen sus necesidades físicas y porque con la edad el estómago comienza a pedir menos cantidad; algunos porque perciben los sabores y olores de forma distinta y otros por culpa de algún fármaco que estén recibiendo para tratar alguna otra complicación. La hiporexia puede ser también un síntoma de alguna enfermedad que necesite apoyo psicológico, como una depresión; cuando se evalúa al paciente uno de los aspectos que hay que interrogar es el estado anímico, porque podría ser una de las causas. El agravante número uno de la falta de hambre es que, por mala suerte, aparece en el peor momento. La enfermedad está ligada a la hiporexia y esto es un problema, porque cuando una persona está enferma es cuando necesita más energía y más proteínas para recuperarse.

Resultado de lo anterior es la desnutrición como la consecuencia más grave. Cuando hay una disminución en la ingesta, nuestros pacientes mayores empiezan a perder peso y con el tiempo, acaban desnutriéndose; la desnutrición nos introduce en el círculo vicioso de las complicaciones, las estancias hospitalarias, incluso la mortalidad. Si un paciente pelea con la comida cuando tiene sus defensas golpeadas por alguna patología, se vuelve propenso a la desnutrición, uno de los principales problemas. Además, los fármacos también alteran el apetito.

Comer poco pasa a ser lo normal. Otro agravante de la hiporexia es que se camufla en la "normalidad". Como se supone que los mayores "normalmente" comen menos, muchos ni se han enterado de que su padre, madre, abuelo o abuela no está comiendo ni la mitad de lo que necesita para mantenerse en pie. Los pacientes no mencionan la falta de apetito, lo encuentran normal

Es difícil poner en evidencia la falta de apetito porque los pacientes no lo mencionan, lo encuentran normal o creen que no tiene solución. Pero el principal signo de alarma es el peso. Toda pérdida de peso no intencionada indica que la persona mayor está comiendo menos de sus necesidades. Otro signo es el plato lleno y frío abandonado sobre la mesa. En consecuencia, muchas personas de la tercera edad reemplazan las comidas que les producen asco con otras que el cuerpo les pide, como los dulces. Muchos acostumbran cenar un café con leche con dos porciones de pan, lo que desequilibra su dieta y a largo plazo, puede lesionar su salud.

Requerimientos Nutricionales

 Las necesidades de energía en las personas mayores son menores que en los más jóvenes; como media disminuyen un 10 % cada década a partir de los 60 años, por disminución de la masa celular activa y de la actividad física, aproximadamente se habla de un consumo de unas 2,200 kilocalorías en varones de 65 años sedentarios y de 1850 en mujeres de la misma edad y características.

Respecto a las proteínas, "aunque hay una disminución de la masa magra, es decir, de la cantidad de músculo, también hay un aumento de la utilización de proteínas (y sus elementos básicos, los aminoácidos) a nivel de vísceras como hígado e intestinos. Por lo mismo se recomienda que la ingesta de proteínas constituya aproximadamente el 10 % de las calorías totales de la dieta.

El consumo de grasas, en general, debería reducirse como prevención de enfermedades cardiovasculares. Pero sí se debe de asegurar la ingesta de grasas poliinsaturadas: semillas oleaginosas tales como maní, nuez, almendra, macadamia, marañón y pistacho (pues fortalecen el sistema nervioso) y del pescado, mejor que grasas de origen animal.

En cuanto a los carbohidratos lo mejor es que consuman los llamados complejos, como los cereales integrales, pues aportan fibra, disminuyen los problemas de intolerancia a la glucosa o aparecimiento de diabetes en esta etapa de la vida. El consumo de azúcares y productos de reposterías debe reducirse. En todo caso pueden cambiarse por cuatro o cinco porciones de fruta al día.

Es recomendable fraccionar la alimentación en cinco pequeñas comidas al día, las cuales deberán ser saludables y nutritivas. Además, por ningún motivo se recomienda saltarse tiempos de comida debido a que los adultos mayores, al igual que los niños, son vulnerables a la pérdida de peso y consecuente desnutrición si no ingieren una adecuada cantidad de nutrientes durante todo el día.

En su mayoría, deberán ser preparaciones blandas, como purés, papillas, asegurándose de que sean muy balanceadas. Para el caso, un puré de vegetales deberá contener una porción de carbohidratos, como papa, arroz, yuca o tortilla y una porción de vegetales, prefiriendo la zanahoria y el ayote por su aporte de vitaminas y minerales.

Como proteína lo mejor es la pechuga de pollo sin piel o pescado. Todo deberá ir lo suficientemente blando, dependiendo de las características de cada persona".

Dependiendo del estado de salud de cada persona, la recomendación general es evitar el consumo de café o tomar los que son a base de cereales como el café de soya o café descafeinado. Esto debido a que la cafeína impide la absorción adecuada de calcio, hierro y zinc de los alimentos que ya de por si         son insuficientes en esta etapa de la vida.

Por otra parte, las bebidas alcohólicas deberán evitarse, sin embargo, se puede consumir vino una vez a la semana por su aporte de antioxidantes, aunque siempre mejor preferir el consumo de uvas frescas por encima del vino, porque este último contiene alcohol.

No obstante, lo ideal es consultar con su medico o nutricionista para que le brinde la adecuada orientación según cada caso particular.

Acompáñelos. es muy importante no dejar solos a los adultos mayores, muchos se deprimen y eso afecta el apetito, la digestión, el nivel de energía, el peso y el bienestar. En el caso de la viudez, la soledad y los cambios de actividades cotidianas, como las relacionadas con la adquisición de alimentos, su preparación y consumo son comunes.

El ejercicio también es importante, sin embargo, deberá individualizarse de acuerdo al estado de salud y condición física. En general se aconseja caminar, nadar, bailar o trotar; siempre y cuando el médico o profesional de salud no diga lo contrario.

De todas formas no olvidemos: La comida debe ser sabrosa, atractiva y de fácil digestión






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