viernes, 15 de marzo de 2013

La Práctica Física En La Vejez



Las personas mayores constituimos hoy en día una categoría social que es imposible ignorar, aunque el estatus de jubilados nos sitúa al margen de la población activa. Actualmente y aún más acentuado en las próximas décadas, la nuestra será una población en constante envejecimiento
 .
Hace unos quince años, hablar de actividad física para la tercera edad era impensable, en primer lugar por la falta de información y de investigaciones sobre el tema y en segundo lugar por determinados prejuicios.

Los tiempos han cambiado y en nuestra vida la actividad física tiene una justificación y un sentido, ya que se puede conseguir una buena condición física a cualquier edad con un entrenamiento adecuado. Hay que entender la actividad física no sólo como una actividad corporal sino también como una forma sobre todo de contacto social, de reencuentro con un ritmo de vida y de expansión lúdica e incluso una forma de mejorar ante nosotros mismos nuestra propia imagen.

Las actividades físicas tienen la ventaja de poder ser practicadas por la mayoría de personas mayores, sin discriminación social ni obligaciones materiales.

Qué conlleva envejecer


Por lo general, las adversidades, limitaciones y enfermedades inducen a un sentimiento pesimista y de desesperación. Realmente el estado de la mente puede afectar al cuerpo tanto para mejorar como para empeorar. Hay que dejar de considerar la vejez como una desorganización de funciones y conductas psicológicas que preceden a la muerte y entenderla como una vida deficitaria con peculiaridades propias. La preparación de una buena vejez se hace durante la educación y la experiencia de toda la vida.

A veces la aparición de una enfermedad implica el auto-abandono, la desmoralización y esto es muy importante para el individuo por la pérdida de la confianza y el pensamiento negativo, de los cuales es muy probable que ya no se libere nunca.

Algunos de los factores que influyen sobre la longevidad son: Nutrición, Control de peso, Hábitos en el consumo de alcohol y tabaco, Ejercicio físico, Descanso y Manera de reaccionar ante el estrés.

Rasgos característicos del envejecimiento


En la vejez el cuerpo está más expuesto a las enfermedades y al desgaste físico, aunque se llegue a una etapa de mayor tranquilidad y estabilidad en todos los aspectos. Así nos encontramos con:
Deterioro intelectual: Hay una pérdida de memoria acorde con la ley de Ribot (un anciano olvida rápidamente las experiencias más recientes mientras que recuerda las pasadas). También las habilidades perceptivo-motoras muestran un declive. La conclusión es que el estado cerebral causante del deterioro no está relacionado con la edad cronológica por lo que no cabe esperar una disminución de la capacidad intelectual simplemente por el paso del tiempo.
Cambios de personalidad: Pierde la confianza y la autoestima cuando ya no tiene actividad profesional ni amigos. Pierde paulatinamente el entusiasmo y la amplitud de espíritu en los acontecimientos y en los atractivos del tiempo presente replegándose.     La introversión ha sido mejor demostrada en el sexo femenino. Algunos rasgos igualmente se encuentran más en relación con el declive intelectual que con la edad cronológica (dependencia, conformismo, servilismo, prudencia y necesidad de orden).

Condicionamientos sociales


La jubilación supone una fecha trágica para el individuo, en la cual debe abandonar su actividad productiva de manera obligada y en la mayoría de los casos no está justificada por la disminución real de las capacidades del sujeto. Soluciona un problema y crea otros. La jubilación supone muchos cambios en la vida del sujeto: Varía totalmente su vida social; Cambia radicalmente el ritmo de vida; Aumenta súbitamente su tiempo libre; Reduce los ingresos económicos.

Los factores más influyentes en este proceso de adaptación son el estado de salud física, la autonomía económica, la integración social y la amplitud de sus intereses. En la sociedad moderna no hay lugar para los ancianos, que se suelen agrupar en las calles o en las plazas formando auténticas subculturas (esto no es propio de la edad sino que también lo encontramos en otros colectivos como los jóvenes en paro. Esto demuestra que la causa de este trauma son las condiciones sociales).

La vida sexual


La sexualidad juega un papel muy importante dentro del comportamiento psicológico del anciano. Hay que tener en cuenta que la sexualidad no es únicamente genitalidad y que también es sinónimo de vida sentimental, cariño, amor...etc.

En la sexualidad de los ancianos predominan los sentimientos de afecto y ternura más que los de amor carnal. Es erróneo pensar que los ancianos no tienen tensión sexual. La respuesta sexual se puede mantener hasta edades muy avanzadas.

Formas de aceptar la vejez


Las personas cuando envejecen tienden a pensar mucho en ellas mismas, reconociendo y comprendiendo los cambios experimentados en sus cuerpos y en sus mentes, los aceptan filosóficamente, incluso a veces con buen humor, sin intentar ocultarlos ni exagerarlos. De esta forma evitan mostrar una amargura excesiva por su decadencia. Algunos siguen haciendo aquellas actividades que están a su alcance y abandonan las que quedan fuera de sus posibilidades. Pueden experimentar nostalgia pero sin llegar a la autocompasión. Estas personas suelen estar muy bien integradas y generalmente el trato con ellas es grato. Esta aceptación integral es más bien excepcional.

Otros acusan profundamente su envejecimiento, la mirada se dirige al pasado y sienten envidia del vigor y de los éxitos de la juventud y la amargura, la frustración y el mal humor aumentan; no tienen capacidad ni voluntad para cambiar sus hábitos. No hacen ningún intento por reconducir su vida ni buscan nuevas motivaciones. Parece que no se quieran aceptar tal como son y se miran con una actitud conformista y de autocompasión.

Más positiva, psicológicamente, es la actitud de aquellos que se comportan como si no hubiera cambiado nada. Ocupan su tiempo y disfrutan de una forma u otra de su ocio. Si esta actitud se lleva a límites exagerados deja de ser positiva para caer en el absurdo, ya que ignorando la realidad del envejecimiento lo que hacen es engañarse a sí mismos, y cuando se ven realmente incapacitados aún lo aceptan menos y recaen psicológicamente de forma total.

El cuadro más deprimente lo dan las personas que no aceptan enfrentarse a las dificultades de la vida. No reciben obligaciones de nadie, se encierran en ellas mismas y no hacen el más mínimo esfuerzo ni por su propio bien. Generalmente esta actitud va acompañada de trastornos mentales que hace que se comporten como niños.

Finalmente la postura más agradable es la que muestran las personas de edad avanzada, que aún encontrándose en estado de disminución, aceptan con optimismo las adversidades, se interesan por los demás, aceptan ser ayudados sólo si es preciso y se esfuerzan por mantener su independencia al máximo.

Las actividades deportivas en la tercera edad


¿Qué deportes se pueden practicar en la vejez? La oferta debe ser amplia y variada y que casi todas las modalidades de deporte o actividad son aprovechables para ser realizadas durante la tercera edad siempre que se modifiquen sus reglamentos.

¿A quién van dirigidas estas actividades? La tercera edad comprende un gran abanico de edades y de gente (grupos heterogéneos). Esto nos dice que hay que conocer el nivel inicial de las personas para adaptar las prácticas a su ritmo. Esa heterogeneidad viene marcada en principio por la edad, antecedentes deportivos, nivel sociocultural, antecedentes patológicos, osteoarticulares, cardiovasculares, broncopulmonares y dismetabólicas.

Es importante que conozcan las señales de alarma. El ejercicio bien adecuado y programado casi nunca está contraindicado. Es obvio que el deporte es un medio excelente para conseguir un elevado grado de mantenimiento físico no debemos olvidar que la inactividad atrofia los músculos.

Luego entonces ¿Por qué no empezamos?

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