viernes, 12 de octubre de 2012

Protagonistas De Nuestro Envejecimiento



En ocasiones anteriores a igual que ahora, seguimos sosteniendo que el proceso de envejecer nos acompaña a lo largo de toda la vida, hemos dicho que empezamos a envejecer desde el momento que nacemos. Pero el desarrollo de la vejez, no sólo está vinculado al tiempo, sino que también está unido a las características personales del que envejece y relacionado con quienes lo rodean.

Cuando decimos: unido a las características personales del que envejece, nos referimos a su estado físico, características psicológicas, cuidados de la salud, historia previa, etc. y cuando decimos relacionado con quienes lo rodean, nos referimos al apoyo social, participación, respeto y apoyo a los mayores; sin dejar de olvidar el entorno físico, social, económico: vivienda, pensión, recursos, leyes, políticas sociales...

Es por ello que debemos tomar conciencia de que, en parte, somos actores y responsables de nuestro propio envejecimiento y que por tanto, debemos aprender a potenciar nuestras capacidades respondiendo a lo que podemos llamar un envejecimiento activo en los cuidados de nuestro cuerpo y nuestra mente, desarrollar la participación social, tanto a nivel micro como macro, impulsar la solidaridad intergeneracional y con nuestros iguales, y continuar creando y formando parte de la sociedad actual, heterogénea y cambiante.

El termino envejecimiento activo según la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo describe así: envejecimiento activo es aquel en el que se aprovechan al máximo las oportunidades para tener un bienestar físico, psíquico y social durante toda la vida. El objetivo es extender la calidad y esperanza de vida a edades avanzadas.

El envejecimiento tiene lugar en el contexto social de amigos, compañeros, vecinos y familiares. Esta es la razón por la que la interdependencia y la solidaridad entre generaciones son principios importantes del envejecimiento activo.

Además de llegar a la vejez y continuar siendo activo físicamente, es importante permanecer activo social y mentalmente, participando en actividades recreativas, actividades con carácter voluntario o remuneradas, actividades culturales y sociales, actividades educativas, vida diaria en familia y en la comunidad.

No hacer nada para lograr este proceso evolutivo, es simple y llanamente seguir asesinando a nuestros viejos por falta de acción de nuestras entidades sociales (publicas, privadas y eclesiásticas), que esgrimen el alto grado de pobreza.

Ante la pobreza de nuestros países latinoamericanos cabe preguntarse: Será la vejez, ¿otra víctima más de los "daños colaterales"?

El sociólogo polaco Zygmunt Bauman, un hombre que a sus 87 años continúa estudiando los problemas sociales del mundo contemporáneo. De acuerdo con él, la expresión daño colateral fue introducida hace poco tiempo en el argot militar para referirse a los efectos no intencionales ni planeados de los operativos militares. Calificar de 'colaterales' a ciertos efectos destructivos de la acción militar sugiere que esos efectos no fueron tomados en cuenta cuando se planeó la operación, pero, no obstante, se consideró que el riesgo valía la pena, dada la importancia del objetivo militar.

Bauman retoma el concepto de daño colateral para aplicarlo a lo que sucede actualmente a millones de seres humanos que se encuentran privados de los derechos fundamentales sin que esa situación despierte la más mínima preocupación en los dirigentes sociales de las naciones. Esta porción de la población, por el hecho de ser vieja, queda situada en el extremo inferior de la escala social por efecto de la distribución social de riquezas e ingresos, es agrupada como una congregación de individuos que, a diferencia del resto de la población, no pertenecen a ninguna escala social, pues sometida a la incapacidad económica, prácticamente son considerados como que no pertenecen a la sociedad.

Este segmento poblacional, puede estar en la sociedad, pero claramente notamos como que no es de la sociedad. Una de las dimensiones más drásticas e impactantes de la desigualdad social es "la posibilidad de convertirse en 'víctima colateral' de cualquier emprendimiento humano", por nobles que sean sus propósitos, dice Bauman.

¿A qué vienen estas referencias a Bauman?, ¿Qué relación tienen sus planteamientos con el envejecimiento y la vejez, temas de esta página?, ¿Cuál es la pertinencia de sus tesis en una época en la que la Organización Mundial de la Salud nos habla de "envejecimiento activo", lo que implica, entre otras cosas, que los viejos tengan oportunidades laborales?, o, "cuando Naciones Unidas habla insistentemente de "una sociedad para todas las edades"?

Para responder a estos interrogantes conviene volver la mirada al fenómeno ampliamente reconocido del envejecimiento poblacional. Naciones Unidas en su Informe sobre el envejecimiento de la población mundial (2009), estima que de 737 millones de personas mayores de 60 años que hay en el mundo (10.8% de la población), se pasará, en al año 2050, a 2.000 millones de personas (22% de la población total). Dentro de 20 años el número de personas mayores de 60 años, será superior a los menores de 5 años. Sin acciones claras de un nuevo sistema de bienestar social es de prever que un gran número de estas personas entrará a engrosar la clase de que nos habla Bauman. Más aún: para los países en desarrollo no será necesario esperar hasta el 2050, pues hoy sabemos que más del 20% de los mayores de 60 años, en estos países, carecen de una pensión que les garantice la subsistencia. Según la ONU más del 12% de los jóvenes de hoy está desempleado. Esta cifra corresponde al promedio mundial, pero es considerablemente mayor en los países en desarrollo, en consecuencia, ¿qué suerte les espera a estos jóvenes cuando sean viejos?

La respuesta es hagamos vida el Concepto de Envejecimiento Activo.

El concepto ha ido evolucionando, desde la definición de la OMS centrado en la salud, hacia un modelo mucho más integrador, como el de Envejecimiento Activo, definido como el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad en orden a mejorar la calidad de vida de las personas que envejecen.

El objetivo es extender la calidad, la productividad y esperanza de vida a edades avanzadas. Además de seguir siendo activo físicamente, es importante permanecer activo social y mentalmente, participando en actividades recreativas, de voluntariado o remuneradas, culturales, sociales y educativas. El envejecimiento activo se sitúa en la base del reconocimiento de los derechos humanos de las personas mayores de independencia, participación, dignidad, atención y auto-desarrollo. Así, desde esta perspectiva, los determinantes del envejecimiento activo serían: económicos, sociales, físicos, servicios sociales y de salud, personales (psicológicos y biológicos) y comportamentales (estilos de vida).

Las políticas de acción propuestas por la OMS (2002) para potenciar los determinantes psicológicos y conductuales del envejecimiento activo son: (1) reducir los factores de riesgo asociados a enfermedades e incrementar los de protección de la salud a través de hábitos saludables y ejercicio físico; (2) promover los factores de protección del funcionamiento cognitivo; (3) promover las emociones y un afrontamiento positivo; y (4) promover la participación psicosocial.

Los psicólogos están implicados en las cuatro políticas de acción propuestas. Así, desde el punto de vista de la Psicología de la salud, los profesionales de la Psicología han enfatizado la importancia que tienen los estilos de vida (ejercicio físico, dieta, no fumar, beber moderadamente, la adherencia al tratamiento, etc.) y ejercen un papel esencial en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. La actividad intelectual a lo largo de la vida se considera un factor de protección de la demencia.

Variables de personalidad como el optimismo y el pensamiento positivo están asociadas a satisfacción con la vida en la vejez. El afecto positivo reduce la mortalidad de las personas mayores. En este sentido, personas con una imagen positiva del envejecimiento (evaluadas 25 años antes) vivieron 7,5 años más que aquéllas con una imagen negativa. La actitud o afecto positivo es un protector contra el declive físico y funcional en mayores.

Finalmente, el modelo de envejecimiento activo apunta la importancia de las relaciones sociales, la competencia social, la participación y la productividad.

Los expertos coinciden en que el envejecimiento activo es un concepto biopsicosocial y, por tanto, no se reduce al mantenimiento de una buena salud libre de discapacidad, sino que también implica el mantenimiento óptimo de aspectos psicológicos y sociales.

Sobre la base de datos empíricos obtenidos en distintas investigaciones, cuatro son las áreas que deben promocionarse para lograr envejecer activamente: hábitos saludables o salud comportamental, funcionamiento cognitivo, funcionamiento emocional, control y estilos de afrontamiento positivos y finalmente, participación social.

En definitiva, se puede aprender a envejecer activamente y los psicólogos expertos en vejez y envejecimiento (psicogerontólogos), pueden contribuir muy positivamente a promover el envejecimiento activo de los individuos.

Como alguien dijo: EL CAMINO ES LARGO, COMENCEMOS YA

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