viernes, 5 de octubre de 2012

Transformemos El Entendimiento Sobre La Ancianidad (Parte 3 de 3)



1. En un viejo, el viejo amor esta siempre nuevo: Transformando el corazón.

¿Cómo pagar a nuestros abuelos todo lo que recibimos de ellos?

Creo y esta es mi lucha, que la única forma de hacerlo es dejando ese mismo legado a las generaciones que siguen.

Existe variedad de anuncios exhortando a amar a los abuelos y sin duda para cualquiera de nosotros que hayamos tenido la suerte de convivir con nuestros antecesores, alguno de ellos ha representado un elemento importantísimo en nuestra formación.

Hace muchos años, quizá demasiados, cuando yo era apenas un niño, buscaba pasar la mayor cantidad de tiempo posible en compañía de mi abuela.

¿Por qué me gustaba su compañía? Pienso que probablemente era por ese viejo amor siempre nuevo cada día, la paz que ella me proporcionaba y la gran sabiduría que trasmitía en base a su experiencia.

Un hermano en la iglesia me comentaba: "Mi abuelito, sabía distraerme enseñándome cosas tan útiles como aprender a barrer, a lavar el auto y a preparar un delicioso jugo de naranja. Con el aprendí también a construir castillos de barajas, casitas de dominó y otros muchos de esos juegos que parecen intranscendentes, pero que nos hacen convivir en familia disfrutando de momentos imborrables en nuestro recuerdo"

Y así cada quien que ha vivido con un abuelito puede dar una lista interminable de momentos felices que seguramente son imborrables. Pero independientemente de todos esos momentos que se guardan como un tesoro en la vida, existe también otra riqueza de mucho más valor.

Nunca podré olvidar el testimonio de trabajo de mi abuela, en su casa en la población de Armenia, Sonsonate, El Salvador, en la casa de ella, funcionaba el correo del pueblo y la miraba trabajar clasificando correo, sonriendo a cada visitante, etc.

Recuerdo como mi abuelita, al egresar con mi padre a nuestra casa, se despedía de mi padre con un cariño envidiable permaneciendo en la puerta de la casa hasta que desaparecíamos. Mi "viejo" volteaba siempre desde lejos para hacerle la señal de adiós a mi abuela, con la seguridad de que ella siempre estaría esperando para responderle hasta que lo perdiera de su vista al final de la calle.

De la misma manera en nuestra casa, en San Salvador, era indescriptible la alegría de toda la familia cuando escuchábamos la voz característica de mi abuelita al llegar a la casa. Todos corríamos a recibirla. Me es muy difícil recordar, si él alguna vez llegó con las manos vacías, porque aún mantengo la imagen de la viejita entregándonos de los diversos detallitos que nos había traído.

Estos podían ser desde unos sencillos dulces de esos de color verde hasta un cochecito o algo parecido. A mi Madre siempre le traía un detalle de su agrado y ella lo recibía con manifiesta alegría. Sus regalos siempre estaban llenos de sencillez y con ellos buscaba desarrollar nuestra inteligencia y nuestra imaginación.

De forma muy especial, los abuelos en todas las latitudes, participan también en nuestra formación.  Formando en nosotros una conciencia recta, enseñándonos a distinguir con claridad y justicia, entre lo bueno y lo malo.

Una mayoría de ahora viejos, nos recordamos que todos los días en la noche, antes de ir a dormir, la abuelita nos llevaba a realizar nuestras últimas oraciones y así entre la mística y el juego nos conducía por el camino del Señor.

Mientras uno oraba tenía que hacer un examen de conciencia y por cada cosa mala que hubiera hecho, debía de pedir perdón y cada cosa buena dar las gracias. Después de esto nos retirábamos a dormir.

Así se nos fue enseñando que por cada obra mala que hacíamos o por aquellas buenas que dejábamos de hacer, hacíamos menos cómodo nuestro corazón.

Los matrimonios de ancianos, en la iglesia tengo uno en donde ella (Merceditas) es de casi 85 años y él (Bryan) mayor a ella, él trabaja aun conduciendo su propio taxi, ellos figura de abuelos nos dan otro de los ejemplos y quizás el más valioso nos lo dan en el campo del amor y de su verdadero significado.

No del "amor" que se nos presenta actualmente en la televisión o en las películas de cine, sino de aquel amor que se puede alcanzar cuando la pareja está unida por la voluntad de seguirse amando, aún cuando ya han pasado los llamados "mejores momentos de la vida".             Cuando la belleza física deja lugar a la belleza espiritual. Cuando se ha perdonado todo y se sigue perdonando única y exclusivamente por amor.

He visto como al llegar él, toma tiernamente la mano a su esposa, la otra mitad de su vida y la acaricia con una ternura que hasta la fecha no puedo olvidar. Después, ella ya en una silla de ruedas producto de la artritis deformativa que padece, aun sirve los alimentos que ella misma a cocinado a su esposo y ambos comen en una paz, que se es la paz de Dios, porque sobrepasa todo entendimiento.

Mi abuela murió cuando yo tenia siete años de edad y ahora cincuenta y seis años después sus enseñanzas siguen firmes en mi y son base para que las traslade como lo hago en este estudio. Mi abuela se fue corporalmente, aquel viejo amor que materialmente no esta ahora, nace como un nuevo amor para quienes nos leen.

El rol de los abuelos es distinto y especial en muchos sentidos. La relación abuelos-nietos es una gratificante y fructífera experiencia humana. Por un lado los abuelos representan una fuente de transmisión de saberes del pasado de forma directa y en vivo o como diríamos ahora en tiempo real. También ejercitan una parte importante del papel protector y cuidador que en ocasiones no alcanzan a cubrir totalmente los progenitores. Los vínculos con los descendientes de distintas edades son decisivos para forjar el carácter y cultivar los rasgos más esenciales de nuestra personalidad.

A menudo los abuelos mejoran su propia autoestima y se realizan a través de los nietos y cumplen al mismo tiempo una misión intergeneracional que consiste en influir en el proceso de identidad de los jóvenes. Se da una relación de doble vía al recibir sensaciones benefactoras por medio de la generación más joven, con nuevos estímulos, en una etapa vital en la que se hace necesaria una reorganización psíquica y relacional. Existe una potencia simbólica de continuidad a través del reconocimiento de marcas propias en el carácter de la descendencia. Se corresponde con una esperanza real de sobrevivir mediante la incorporación en las generaciones futuras de valores y señas de identidad autoreferentes.

La generación mayor en edad y experiencia sigue siendo imprescindible para transmitir conocimientos y proporcionar un sentido de patrimonio familiar. Pero de todas formas continúa necesitándose la estabilidad, que solo se puede asegurar con el respeto y la clarificación consensuada del reparto de autoridad. En vuestro caso la convivencia de las tres generaciones (abuelo-padres-nietos), posibilita y hace preciso a su vez el entendimiento y los pactos entre las diferentes etapas vitales representadas. Es recomendable la práctica de la comunicación para conseguirlo.

Esta ayuda por parte de los abuelos ha de ser totalmente voluntaria y debemos ser conscientes de si realmente esta colaboración no va a suponer un esfuerzo muy grande para ellos. Unos aspectos a tener muy en cuenta son la edad de los abuelos o su estado de salud para evitar en todo momento, que el cuidado de los nietos se convierta en una tarea pesada y difícil de cumplir.

Hemos de tener muy presente sus limitaciones y no abusar de ellos. De lo contrario, podrían sentirse explotados y sufrir situaciones de estrés y agotamiento físico. Existe otro aspecto a tener en cuenta y es la vida social de los abuelos. No podemos permitir que renuncien a ella por necesidades nuestras. Ante todo, debemos tener presente que son personas que tienen que vivir su propia vida y no convertirlos en esclavos de la nuestra.

Ellos ya vivieron una época en la que tuvieron que cuidarnos y no es justo cargarles de nuevo con esa obligación en detrimento de su esparcimiento o sus aficiones y muchos menos en detrimento de su salud.

Si los abuelos deciden prestar su ayuda compartiendo el cuidado de los nietos, debe de hacerles saber durante cuánto tiempo los van a necesitar y con qué frecuencia.

Debemos esforzarnos todos para dejar ese mismo legado a las generaciones que siguen, quizá de esta manera nuestros hijos y nietos puedan vivir, en carne propia, "UN VIEJO AMOR, SIEMPRE NUEVO".

Esfuérzate tu que abueleas, piensa que... "Después de dar años a la vida, es necesario dar vida a los años"...

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