viernes, 19 de octubre de 2012

Ser Viejo Tiene Valor



En la actualidad existe poco respeto para la vejez. Por todos lo medios se nos comunica la idea de que la juventud es lo más valioso. Pero hay alguien que dijo: "La juventud se desperdicia en los jóvenes". En este pensamiento se reconoce que los jóvenes no poseen suficiente experiencia o madurez para disfrutar de la juventud.

En el mundo actual se piensa que ser joven o parecerlo, es lo más importante. Se gastan millones de dólares en comprar cremas, hacerse tratamientos e intentar de otras maneras mantener la juventud.

No es malo tratar de lucir lo mejor posible. Pero en todo este esfuerzo, hemos perdido de vista el valor de la vejez. En otras culturas y en otras épocas, las canas han sido consideradas la expresión de una persona sabia. Al anciano se le ha reconocido como alguien que tiene experiencia y sabiduría para compartir con las nuevas generaciones.

Este énfasis en la juventud parece haber desovado la noción de que hay algo incorrecto con ser viejo.  Por ejemplo, considere cuántos prefieren ser descritos como "años mozos" en lugar de "años viejos"

Tristemente hemos perdido esta perspectiva, pues despreciamos la sabiduría de quienes ya han vivido. Más bien, elegimos encerrarlos en asilos para ancianos, visitándolos con la menor frecuencia posible, pretendiendo eliminar de nuestra memoria su existencia.

La Biblia habla de la vejez de otro modo. Proverbios 20:29: "La gloria de los jóvenes es su fuerza,  Y la hermosura de los ancianos es su vejez.". Los jóvenes tienen mucha energía, pero los ancianos tienen experiencia y sabiduría para compartir.

Por otro lado, si nunca has dado una clase, o dirigido una familia, si nunca has predicado un sermón, si nunca has dirigido un grupo, no te imaginas el trabajo que cuesta hacerlo bien.

Cualquiera puede pararse ante una clase y hablar; pero para hablar de una manera interesante, directa, y organizada, requiere de mucha preparación y mucho estudio. Por ello que quienes mejor hacen este trabajo son los ancianos. No crees, entonces, que el anciano que enseña se merece que le des tu atención y tu apoyo.

Es una falta de respeto a su preparación menospreciarlo innecesariamente; es una falta de respeto hacer chistes o comentarios inapropiados de sus achaques; es una falta de respeto no prestar atención a un anciano.

El anciano se merece tu atención en todo lugar y en todo momento.

Quizás los ancianos de ahora no luzcan barbas blancas o abundantes canas. Ellos se merecen, sin embargo, tu respeto y tu atención.

¿Qué hay de malo con ser viejo?  No hay nada deshonroso con madurar.  La Biblia no trata a los de edad avanzada con menosprecio.  En las escrituras ser viejo no es un crimen, ni aún un delito.  La palabra de Dios presenta la vejez como una capítulo honroso en la vida piadosa de las personas. 

Esto no quiere decir que las escrituras pasen por alto los inconvenientes (y las desventajas) que vienen con la vejez.  Por ejemplo, Eclesiastés 12 dá una descripción poética lúcida de algunos de los problemas físicos que usualmente trae la vejez.  De esta manera la Biblia no subestima las enfermedades de la vejez.  No obstante, la palabra de Dios trata a los de edad avanzada honorablemente. La vejez tiene sus inconvenientes y desventajas, pero no es mirada con desprecio en las escrituras.  Es honrada.

Las escrituras también enseñan a los jóvenes a mostrar consideración, buena disposición y respeto hacia sus ancianos.  En el Antiguo Testamento Dios mandó expresamente a los judíos a mostrar respecto hacia los ancianos.  Dijo, "Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano. De tu Dios tendrás temor. Yo, Jehová" (Lev. 19:32).

Vemos el respeto que recibían las personas de edad avanzada en los tiempos antiguos en el respeto  de Eliú hacia Job y sus amigos.  Durante su debate, Eliú esperó hasta que Job hubiera hablado, porque ellos eran mayores que él.  Más tarde dijo, "6Yo soy joven y vosotros ancianos: por eso he tenido miedo. He temido declararos mi opinión. 7Yo decía: "Los días hablarán, los muchos años declararán sabiduría" (Job 32:4,6-7).  Aunque Elíu criticó a Job y a sus amigos, al menos su buena disposición inicial hacia ellos  muestra el respeto usualmente mostrado hacia los ancianos en aquellos días.

Pedro también enseña a los jóvenes a respetar a los cristianos que son mayores.  En 1 Pedro. 5:5 escribió:  "Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos ...".  Aunque enseña la sumisión mutua para todos los cristianos, expresamente demandando la sumisión hacia los ancianos implica que hay un respeto apropiado hacia aquellos que son ancianos y maduros. 

En Filemón, Pablo basó su apelación por Onésimo parcialmente sobre el terreno de que él era "Pablo, ya anciano" Filemón 9.  Aparentemente Pablo esperaba respeto para su edad siendo esto una razón adicional para que Filemón honrara su solicitud.

Es posible para los cristianos mayores servir a Dios, a su familia y a la congregación en formas que los cristianos más jóvenes no pueden duplicar consistentemente. Ciertamente las enfermedades físicas que trae la edad pueden reducir alguna actividad.  Pueden impedirle a uno hacer todo lo que quisiera hacer.  Pero la Biblia no describe la vejez como un tiempo de retiro espiritual.  En lugar de eso nos recuerda que los cristianos ancianos pueden servir a Dios en formas aún más allá de alcance de los cristianos jóvenes.

Aquellos que han visto grupos humanos, llámense familias, congregaciones , asociaciones, etc., moviéndose torpemente sin hombres de edad calificados sirviendo como ancianos saben cuán vital es este servicio. 

El celo, el optimismo y la fortaleza de la juventud son valiosos en cualquier agrupación humana.  Pero para el liderazgo efectivo necesitan ancianos.  Necesitan hombres probados que ya han pasado por el fuego.  Necesitan hombres que han cultivado los requisitos necesarios para guiar y proteger al grupo.  La juventud sin experiencia no tiene sustituto para ese trabajo.

Muchas familias jóvenes se están desmoronando.  Esto incluye a muchas en la iglesia del Señor.  No pocos jóvenes hombres y mujeres cristianos están luchando para hacer que sus matrimonios funcionen y muchos de esos matrimonios no están funcionando, se están desboronando.  Muchas esposas jóvenes no saben cómo ser buenas esposas.  Y muchas madres jóvenes han descubierto que convertirse en madre automáticamente no les infunde la sabiduría necesaria para ser buenas madres.  Y el conseguir consejo humanista antibíblico de las columnas en los periódicos o en los programas de TV, o de guía no experimentada de los jóvenes, solamente agudiza el problema.  Pero la sabiduría y la guía piadosa de las ancianas puede dar a las esposas y madres jóvenes una solución a ese problema.

Las mujeres cristianas ancianas pueden dar a las mujeres jóvenes consejos prácticos y guía bíblica sabia. Y aquellas mujeres más jóvenes no solamente deberían estar deseando recibir esa guía, deberían buscarla con empeño.  Deberían impregnarse de toda la sabiduría que puedan sacar de las mujeres cristianas ancianas que ya han experimentado lo que ellas ahora están enfrentando. 

La Biblia enseña que la vejez es honorable. También debe ser respetada. Y los ancianos también pueden ser excepcionalmente útiles en el servicio del Señor.  Su madurez, experiencia y sabiduría capacita a los cristianos viejos para servir a Dios y a sus semejantes en formas especiales. 

Que los cristianos de edad se vean a sí mismos como hombres y mujeres con una misión importante.  Es una misión que los más jóvenes y menos experimentados aún no pueden cumplir. 

“La vejez es como una cuenta bancaria… uno extrae de lo que había depositado en ella”... Entonces, mi consejo para ti sería que deposites gran cantidad de momentos de felicidad en la cuenta bancaria de tus recuerdos.

Debemos, las generaciones jóvenes y las generaciones jóvenes, de entender que ser anciano representa un GRAN VALOR. 

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