El
envejecimiento es uno de los temas y problemas más explosivos y emocionantes de
nuestra sociedad. A muchas personas no les gusta pensar en la vejez mientras no
se vean afectadas por ella. Esto es un error. Quien elude la confrontación con
este asunto, pierde muchas posibilidades, tanto a nivel personal como en la
sociedad.
Pero
las personas que se ocupan de la vejez y de todos los asuntos relacionados con
la misma, ya sea en cuanto al comportamiento como consumidores o con respecto a
cuestiones complejas como la demencia, la vivienda o la atención sanitaria en
áreas rurales, representan un grupo profesionalmente rico y muy diverso. Y eso
es imprescindible para poder encontrar soluciones inusuales a los problemas que
surgen por primera vez en nuestra sociedad.
¡Por
tanto, a quien quiera cambiar el mundo, le damos la bienvenida al ámbito de la
vejez!
¿Qué
papel tiene el adulto mayor en la sociedad actual?
El
tiempo actual está dando testimonio de cambios profundos en las regiones del
mundo donde las personas tienen acceso a educación y donde la ciencia y
tecnología han florecido
En
varias ocasiones hemos escrito que las perspectivas sobre los ancianos, la
forma como se les trata y el respeto hacia ellos cambia según la cultura. Ya
sea en los países occidentales u orientales, algunos sectores de la sociedad
miran a los ancianos con algún rechazo, como si fueran un cargo y una fuente de
problemas.
Sin
embargo, sus canas y sus articulaciones rígidas no les impiden de seguir siendo
la fundación solida e innegable de nuestra sociedad. Si estamos dispuestos a
escuchar y a aprender, comprenderemos que su importancia va a más allá de la de
cuidadores de nietos.
Sus
cuerpos podrán estar más frágiles, pero su experiencia representa un océano de
sabiduría que puede guiar a las generaciones más jóvenes. Son fundamentales a
la hora de transmitir a los más jóvenes valores culturales, como guardianes que
son de un patrimonio cultural y social.
Afortunadamente,
los tiempos cambian y las nuevas generaciones están creciendo en un ambiente
más favorable y protector para nuestros mayores. Aun así y a pesar del
escenario menos positivo, en todos los contextos culturales existen personas
que cuidan a sus ancianos con amor, respeto y sentido de deber, pero aún queda
mucho que aprender.
¿Estamos
en el camino hacia una sociedad más inclusiva de los ancianos?
Sabemos
que en algunas partes menos desarrolladas del planeta existen muchos ancianos
que todavía viven en la pobreza. Pero en los últimos 20 años se ha notado por
parte de los gobiernos más interés en reducir la pobreza entre los ancianos.
En
vez de enfocarnos en una perspectiva negativa del impacto que una sociedad
envejecida puede tener, tendría más sentido que empezáramos a pensar en la
implementación de soluciones y políticas que podrían poner fin a algunos
problemas que enfrentan nuestros ancianos, tales como:
·
Qué ayudas ofrecer a nuestros mayores para que
puedan adaptar sus casas, para que puedan vivir de forma independiente en sus
hogares de toda la vida y por más tiempo.
·
Cómo garantizar apoyo a los cuidadores de las
personas mayores.
·
Cómo apoyar a las comunidades para que sean los
más adaptadas a la tercera edad posible, para permitir que sus mayores puedan
seguir aportando a la sociedad, mientras tienen buena calidad de vida.
Existen
ejemplos de este tipo de políticas por todo el mundo, cuyo objetivo es incluir
a los ancianos en una sociedad que cambia cada vez más rápido. Hacer el entorno
más inclusivo de la tercera edad debería ser una preocupación de todos los
gobiernos nacionales y locales, especialmente en las infraestructuras para
caminar, pasear de bicicleta, transportes públicos, acceso universal a todos
los edificios públicos, etc.
Un
ejemplo de algo muy sencillo: en Singapur, los mayores tienen una tarjeta que
pueden utilizar en los cruces de calles, para que cuando vayan a cruzar, el
semáforo tarde más tiempo a cambiar de color. De este modo, tienen más tiempo
para cruzar.
Además,
esta preocupación debería empezar también por las casas de nuestros mayores, ya
que necesitarán de adaptarlas y hacerlas seguras para poder vivir en ellas por
más años.
Al
final y no menos importante, es valorar la participación intelectual de
nuestros mayores en la sociedad, normalmente limitada a los más jóvenes. Pero
poco a poco, caminamos hacia una sociedad donde la inteligencia y sabiduría de
nuestros mayores será cada vez más valorada, al igual que los ancianos en Japón
o los ancianos aborígenes de Australia, que son venerados por los más jóvenes
desde hace milenios.
Por
lo tanto, la importancia de la contribución de nuestros mayores a la sociedad
no debería estar causa, ni como grupo, ni individualmente.
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