viernes, 20 de septiembre de 2019

Ancianos Y Una Necesidad De Cambiar El Mundo


El envejecimiento es uno de los temas y problemas más explosivos y emocionantes de nuestra sociedad. A muchas personas no les gusta pensar en la vejez mientras no se vean afectadas por ella. Esto es un error. Quien elude la confrontación con este asunto, pierde muchas posibilidades, tanto a nivel personal como en la sociedad.

Pero las personas que se ocupan de la vejez y de todos los asuntos relacionados con la misma, ya sea en cuanto al comportamiento como consumidores o con respecto a cuestiones complejas como la demencia, la vivienda o la atención sanitaria en áreas rurales, representan un grupo profesionalmente rico y muy diverso. Y eso es imprescindible para poder encontrar soluciones inusuales a los problemas que surgen por primera vez en nuestra sociedad.

¡Por tanto, a quien quiera cambiar el mundo, le damos la bienvenida al ámbito de la vejez!

¿Qué papel tiene el adulto mayor en la sociedad actual?

El tiempo actual está dando testimonio de cambios profundos en las regiones del mundo donde las personas tienen acceso a educación y donde la ciencia y tecnología han florecido

En varias ocasiones hemos escrito que las perspectivas sobre los ancianos, la forma como se les trata y el respeto hacia ellos cambia según la cultura. Ya sea en los países occidentales u orientales, algunos sectores de la sociedad miran a los ancianos con algún rechazo, como si fueran un cargo y una fuente de problemas.

Sin embargo, sus canas y sus articulaciones rígidas no les impiden de seguir siendo la fundación solida e innegable de nuestra sociedad. Si estamos dispuestos a escuchar y a aprender, comprenderemos que su importancia va a más allá de la de cuidadores de nietos.

Sus cuerpos podrán estar más frágiles, pero su experiencia representa un océano de sabiduría que puede guiar a las generaciones más jóvenes. Son fundamentales a la hora de transmitir a los más jóvenes valores culturales, como guardianes que son de un patrimonio cultural y social.

Afortunadamente, los tiempos cambian y las nuevas generaciones están creciendo en un ambiente más favorable y protector para nuestros mayores. Aun así y a pesar del escenario menos positivo, en todos los contextos culturales existen personas que cuidan a sus ancianos con amor, respeto y sentido de deber, pero aún queda mucho que aprender.

¿Estamos en el camino hacia una sociedad más inclusiva de los ancianos?

Sabemos que en algunas partes menos desarrolladas del planeta existen muchos ancianos que todavía viven en la pobreza. Pero en los últimos 20 años se ha notado por parte de los gobiernos más interés en reducir la pobreza entre los ancianos.

En vez de enfocarnos en una perspectiva negativa del impacto que una sociedad envejecida puede tener, tendría más sentido que empezáramos a pensar en la implementación de soluciones y políticas que podrían poner fin a algunos problemas que enfrentan nuestros ancianos, tales como:

·         Qué ayudas ofrecer a nuestros mayores para que puedan adaptar sus casas, para que puedan vivir de forma independiente en sus hogares de toda la vida y por más tiempo.
·         Cómo garantizar apoyo a los cuidadores de las personas mayores.
·         Cómo apoyar a las comunidades para que sean los más adaptadas a la tercera edad posible, para permitir que sus mayores puedan seguir aportando a la sociedad, mientras tienen buena calidad de vida.

Existen ejemplos de este tipo de políticas por todo el mundo, cuyo objetivo es incluir a los ancianos en una sociedad que cambia cada vez más rápido. Hacer el entorno más inclusivo de la tercera edad debería ser una preocupación de todos los gobiernos nacionales y locales, especialmente en las infraestructuras para caminar, pasear de bicicleta, transportes públicos, acceso universal a todos los edificios públicos, etc.


Un ejemplo de algo muy sencillo: en Singapur, los mayores tienen una tarjeta que pueden utilizar en los cruces de calles, para que cuando vayan a cruzar, el semáforo tarde más tiempo a cambiar de color. De este modo, tienen más tiempo para cruzar.

Además, esta preocupación debería empezar también por las casas de nuestros mayores, ya que necesitarán de adaptarlas y hacerlas seguras para poder vivir en ellas por más años.

Al final y no menos importante, es valorar la participación intelectual de nuestros mayores en la sociedad, normalmente limitada a los más jóvenes. Pero poco a poco, caminamos hacia una sociedad donde la inteligencia y sabiduría de nuestros mayores será cada vez más valorada, al igual que los ancianos en Japón o los ancianos aborígenes de Australia, que son venerados por los más jóvenes desde hace milenios.

Por lo tanto, la importancia de la contribución de nuestros mayores a la sociedad no debería estar causa, ni como grupo, ni individualmente.



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