La
vida de la mayor parte de las personas de edad avanzada se enriquece por la
presencia de las personas que comparten su día a día o la mayor parte de sus
momentos con ellos. La gran mayoría de las veces ese hueco lo ocupa la familia,
que es nuestra fuente primaria de apoyo emocional y juega un papel fundamental,
proporcionando sentimientos de arraigo, seguridad, capacidad, autoestima,
confianza y apoyo social.
El
“sentirse necesario” es una necesidad en la longevidad. Por ejemplo, tareas
como el cuidado de los nietos, sin llegar a hacerlo una exigencia, favorecen la
vinculación familiar, ya que este momento de nuestras vidas, asumiremos en
muchos casos un nuevo rol de abuelo, que nos otorgará una función social y una
utilidad familiar nueva. Esto será positivo siempre y cuando no perdamos
bienestar por ello. Cualquier ayuda que podamos brindar al resto de la familia
debe estar dentro de nuestras posibilidades, sin excedernos.
En
la mayor parte de estudios realizados, las personas mayores que se sienten
necesitadas por los suyos suelen vivir más y con mayor calidad de vida.
Mantener nuestras relaciones familiares de manera satisfactoria es un objetivo
muy importante para obtener un envejecimiento activo y lleno de bienestar.
A
medida que envejecemos, nuestros padres tienden a convertirse en personas
problemáticas y algunas veces interfieren en nuestros planes de tener una vida
propia. Con la edad, nuestros padres son cada vez más olvidadizos, se vuelven
obstinados y cuestionan las sugerencias que sus hijos y nietos les hacen.
La
paciencia de hijos tiende a acabarse a medida que se irritan y molestan, lo
cual molesta nuestra paz mental. Estas emociones que se acumulan pronto
comienzan a estallar, ya que es probable que culpemos a nuestros padres y les
digamos comentarios hirientes solo porque no tenemos otra manera de lidiar con
esta situación. Al limar las asperezas y añadir ternura y comprensión a dicha
situación, se ayudará bastante a aliviar las frustraciones y a mantenerlas a un
lado.
Pasos
1. Recuerda
siempre que los desacuerdos forman parte de la vida diaria. Si todas las
personas estuvieran de acuerdo con todo, la vida sería trivial y monótona.
Respeta las decisiones y los valores de la generación mayor. Las personas que
pertenecen a esta generación tienen una visión diferente de la vida, que no
incluiría estar al día con la tecnología y la modernidad. Tus padres te han
criado, así que dales algo de crédito por la persona que resultaste ser. Trata
de llegar a un acuerdo con ellos al integrar tus ideales con los suyos. Podrías
ingeniar una solución espectacular que nunca se te había ocurrido.
2. No
margines a los padres mayores al excluirlos por completo de la toma de
decisiones importantes. Con mucha frecuencia, tendemos a darles poco crédito a
su vasta experiencia y sabiduría. La marginación hace que los padres se sientan
desesperados e indispensables, lo cual finalmente da como resultado que se
rebelen y busquen a otras personas para tener consuelo, sentirse útiles y
conseguir un sentido de pertenencia. Sobre todo, cuida de no reemplazarlos por
tu cónyuge.
3. Comprende
que la memoria tiende a fallar con la edad. A medida que nuestros padres
envejecen, la capacidad de la memoria tiende a debilitarse. Con mucha
frecuencia, se olvidarán de completar los quehaceres pequeños o tomar un
mensaje apropiadamente cuando alguien te llame por teléfono. Sé paciente de
igual forma que lo serías con un niño. El curso natural del tiempo tiene un
efecto en sus memorias y casi nunca se debe a una negligencia o descuido. Por
ello, evita molestarte o decir comentarios hirientes y sarcásticos.
4. Ten en
cuenta que los padres de edad avanzada sufrirán de un debilitamiento general de
la salud. Dales apoyo y credibilidad cuando se quejen acerca de un dolor o
achaque menor. Evita adoptar una actitud de descuido o ignorar sus quejas
pequeñas. Llévalos a la clínica u hospital local, o incluso a ver a un doctor
privado si es necesario. De esta forma, podrías salvarlos de que tengan un
problema mayor en su salud y en su bienestar general. Asimismo, este acto les
prueba que si importan y se sentirán a gusto de saber que su hijo o sus hijos
los cuidan.
5. Recuerda
que también llegarás a tener esa edad en algún momento. El ciclo de la vida
continúa como todo lo demás. No te gustaría que tu propio hijo te trate mal,
así que evita hacerles lo mismo a tus padres.
6. Dales
el respeto y dignidad que se merecen. Las personas podemos entender que los
padres que están envejeciendo pueden ser difíciles y hasta algunas veces muy
absurdos. Por ello, te recomendamos que los escuches con atención y veas la
parte humorística de la situación para que te relajes y te calmes. Recuerda
siempre que eres la persona que eres, gracias a que ellos te cuidaron y
alimentaron apropiadamente. Eso no es todo, todos los hijos tienen el deber de
actuar responsablemente con sus padres que están envejeciendo.
7. Haz
que sean parte de tu vida diaria. Trata de incluir a tus padres en tu rutina
diaria cuando estés ocupado con tu vida y familia. Asimismo, tienes que
programar en tus actividades diarias un tiempo para darles sus medicamentos a
fin de atender las necesidades de tus padres en caso tengan alguna enfermedad.
Dentro de lo posible, contrata a una persona que los asista si es necesario.
Tienes que incorporar la ayuda de esta persona externa y el apoyo de otros
hermanos o familiares.
8. Hazlos
sentirse útiles, orgullosos de sí mismos y de ti. Se sentirán cómodos al saber
que sus hijos están con ellos cuando es necesario. Asimismo, las sonrisas y la
felicidad que tendrán te dejarán sintiéndote pleno y contento.
9. Con
mucha frecuencia, las expresiones o presiones a que sometas a un anciano, le
generan soledad y malestar; ellos han estado acostumbrados a tener una
independencia y una vida propia. Esta situación los limita demasiado, ya que se
sienten que les imponen tareas o rutinas de vida y de control. Asimismo, se
sienten extrañados, lo cual da como resultado que tengan más arrebatos
emocionales y decepciones.
Presta
atención a estos puntos y ten delicadeza ante estos problemas antes de
considerar este tipo de opción.
Consejos
- Busca el asesoramiento y la guía de otras
personas que tengan padres de edad avanzada. Comprenderás que los problemas que
experimentas no solo te suceden a ti, sino que hay otras personas que tienen
las mismas dificultades.
- Piensa en silencio y sopesa todas las
posibilidades antes de reaccionar descortés e insensiblemente.
- Desea que pase lo mejor y demuestra tener mucha
paciencia y comprensión.
- No te estreses ni molestes por cosas
insignificantes. Es decir, no exageres los pequeños problemas que se presenten.
Por ejemplo, si tu madre insiste en mencionar esa persona que detestas, no le
des importancia.
- Preserva las historias de tus padres para las
generaciones futuras. Coloca una cámara de video y déjalos hablar acerca de su
infancia, su familia y sus días escolares. Pregúntales dónde estaban cuando se
dieron varios sucesos en la historia.
- Si es necesario, actúa como la persona que se
encarga de hacer las paces entre tus hijos y tus padres. Esto se debe a que con
mucha frecuencia los niños más jóvenes ven a las actitudes y los hábitos de las
generaciones más antiguas como si fueran muy intolerables.
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