sábado, 6 de julio de 2019

La Valorización De Las Personas Mayores


Los salmos nos lo advierten. “En la vejez seguirán dando fruto” Salmo 92:15. La potencia de Dios se puede revelar en la edad senil, incluso cuando ésta se ve marcada por límites y dificultades. “Dios ha escogido lo que el mundo considera necio para confundir a los sabios; ha elegido lo que el mundo considera débil para confundir a los fuertes; ha escogido lo vil, lo despreciable, lo que no es nada a los ojos del mundo para anular a quienes creen que son algo. De este modo, nadie puede presumir delante de Dios” 1 Corintios 1:27…28. El designio de salvación de Dios se cumple también en la fragilidad de un cuerpo anciano, débil e impotente. Así, del vientre estéril de Sara y del cuerpo centenario de Abrahán nace el Pueblo elegido. Romanos 4:18…20.

·         Un Día para los mayores, ¿Por qué?

Para el año 2025 se calcula que la población mundial será de unos mil doscientos millones de personas y se estima que en 2050 llegarán casi a los dos mil millones. La tendencia al envejecimiento de la población convierte en protagonistas a aquellos que superan los 60 años. Por este motivo, el 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 1 de octubre Día Internacional de las Personas de Edad.

·         Ellos son el futuro.

Lejos va quedando la imagen de las personas jubiladas que llevan una vida sedentaria. Cada vez son más quienes dedican su tiempo libre a los otros. La ONU asegura que “desempeñarán un papel cada vez más importante” como voluntarios, mediante la transmisión de su experiencia o como cuidadores de sus familias. En el ámbito laboral sus conocimientos son también muy valorados. 

No extraña que en 2001 se aprobara una resolución que permitió crear el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para el Envejecimiento. Su objetivo es apoyar proyectos en beneficio de los ancianos que viven en países en desarrollo, sobre todo, ya que en ellos reside la mayoría.

¿Pero quiénes son las personas mayores? Las estadísticas se fijan en quienes ya han cumplido 60 años, pero otros retrasan este periodo hasta los 65. En 1950, el 8% de la población de las naciones más desarrolladas tenía esta edad. “Ahora son el 14% y en el año 2050 serán casi el 25% de todos sus habitantes”, agrega las Naciones Unidas para el Envejecimiento.

·         Una sociedad para todos.

En estos escritos del Blog, siempre se insiste en la importancia de integrar a los mayores en la sociedad. Hay que desterrar la idea de que la edad mayor implica la retirada de la vida social. La propuesta de Naciones Unidas anima a los países a colaborar para que los ancianos tengan una mejor calidad de vida y se valgan por sí mismos.  

Se apuesta por crear las condiciones que favorezcan su independencia “tanto tiempo como deseen o les permita su salud”. Naciones Unidas reconoce las contribuciones de las personas mayores a la sociedad y cree imprescindible la promoción del voluntariado para que pongan a disposición de otros los conocimientos que han adquirido a lo largo de su vida.

No en vano una de las reivindicaciones que cobra fuerza en todo el mundo es la exigencia de declarar y respetar los derechos de la tercera edad, que se vulneran a diario en muchas partes del mundo. En un reconocimiento a su dignidad.

Los años son a menudo un motivo de discriminación en diversos ámbitos, por lo que se promueve el respeto y su inclusión en asuntos sociales, económicos o culturales. Se defiende su participación en todas las cuestiones que les preocupan.

·         Valores morales de la tercera edad

1.   
Desde la perspectiva del pasado, la ancianidad es la cadena transmisora de la cultura. Esa cadena transmisora de la cultura es la tradición hecha vida en los ancianos y es, a su vez, el equilibrio de la imprudencia a la que son propensos los jóvenes. Esta cadena de transmisión es, a veces escrita, a veces, oral y en ocasiones, simplemente vivida. Los ancianos son la escuela viva de los jóvenes. Otro valor importante de la ancianidad, desde esta perspectiva del pasado, es su "memoria", ellos son la memoria de sus sociedades. En el joven, predomina el ideal del futuro, coloreado, además, por su fantasía --no por la experiencia de la realidad—y los adultos mayores son el colorarlo del ideal joven.

2.    Los valores de la ancianidad desde su presente. Nuestra sociedad los desecha, son un estorbo. El paso del campo a la ciudad los ha dejado en la calle. Pero el anciano representa la prudencia y la sensatez de la sociedad en la que vive.

3.    Visión de futuro. A la tercera edad siempre se le atribuye una vista iluminada especial, ya que las personas mayores tienen una gran experiencia y que, como además disponen de espíritu crítico y tiempo suficiente, pueden sacar muy sabias deducciones para el futuro. La naturaleza humana no cambia en lo esencial. La vejez debilita las fuerzas del cuerpo, pero esto queda compensado con el aumento de la sabiduría y de la experiencia que dan los años.

·         La vejez es vecina de la muerte, pero la muerte no debe ser temida, antes bien, deseada como término natural de la vida de este mundo y tránsito a otra inmortal y mejor.

Además, el anciano tiene otra importante tarea: transmitir la Palabra de Dios a las nuevas generaciones: “Con nuestro oído, ¡oh Dios!, hemos oído; nos contaron nuestros padres la obra que tú hiciste en sus días” Salmo 44:2. 







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