domingo, 2 de junio de 2019

No Abusen De Los Abuelos


En América Latina y aun en poblaciones estadounidenses con alta concentración de migrantes, la falta de una estabilidad migratoria y la crisis que se vive en todo nivel, está convirtiendo en soporte de sus nietos a los abuelos, ocasionándoles una sobrecarga que acaba afectando a la salud física y emocional

Según unos estudios realizados en Latinoamérica en el 2015 el 70% de los mayores de 65 años cuida de sus nietos, a los que dedican un promedio de seis horas diarias, lo que supone en muchas ocasiones más tiempo del que los propios padres dedican a sus hijos. Se puede decir e un una jornada laboras no remunerada.

El problema es que muchos de ellos realizan este soporte de forma no voluntaria, porque se ven obligados a hacerlo y no tienen la capacidad de poner unos límites, convirtiendo esta práctica en un problema silenciado porque los mayores tienen miedo de causar problemas a sus hijos o decepcionarles y callan.

Las tareas diarias que tienen entre manos son muchas y arduas. En numerosas ocasiones, incluso asumen el rol de los padres en cuanto a su educación. Obligaciones que suponen para muchos una sobrecarga de trabajo que en algunos países europeos ya ha sido reconocida. De hecho, los psicólogos y geriatras están viendo cada vez más casos en consulta de personas mayores que sufren agotamiento, estrés y ansiedad que puede acabar derivando incluso en depresión, el bienestar del nieto se acaba anteponiendo al suyo propio, por lo que los problemas de salud que ya sufrían se agravan: la hipertensión se acentúa, al igual que la artrosis. También es habitual sufrir estreñimiento y dolor crónico en las articulaciones y la espalda por el esfuerzo que les supone, así como dificultad para dormir por la noche derivada de ese dolor. Es frecuente descuidar la alimentación y estas personas tienen un riesgo de desnutrición que puede afectar a enfermedades como la diabetes.

En definitiva, los abuelos cuidadores tienen peor salud física que los no cuidadores y hacen un mayor uso de medicamentos junto con más visitas al médico. Pero no sólo se trata del sobreesfuerzo que tienen que hacer, sino de lo que se ven obligados a dejar de lado por sus nietos, el tiempo libre dedicado a sí mismos.

El aumento de la esperanza de vida ha propiciado que haya más personas mayores con más probabilidades de ser abuelos durante más tiempo. La dificultad para conciliar entre la vida personal y laboral y la crisis económica, con sueldos cada vez más bajos y la imposibilidad de contratar guarderías o cuidadoras, están detrás de esta situación.

Con las apuntadas carencias, los abuelos terminan convirtiéndose en población blanco de fácil acceso porque siempre están disponibles para las demandas de los hijos. Nadie les pregunta si pueden quedarse con los nietos o no, se da por hecho que deben hacerlo y se ven obligados, todo porque priorizamos nuestras necesidades a las suyas. En ocasiones se abusa de ellos y se les presiona para que se hagan cargo.

Es necesario para evitar dar más de lo que se puede el hablar y afrontar el problema, sugiriendo alternativas y buscar un equilibrio.

Es necesario poner unos límites, como, por ejemplo, que los fines de semana se hagan cargo los padres o que se responsabilicen de las tutorías en los centros educativos, fomentar las guarderías por parte de los gobiernos locales, etc.

Muchos se sienten culpables por decir que no a algo, pero nuestros abuelos, nuestros ancianos, tienen todo el derecho de vivir después de haber trabajado durante tantos años y de contar con tiempo para el ocio.  

Sin embargo, esto no significa que compartir tiempo con los nietos no tenga beneficios. Son muchos los estudios que aseguran que de esta forma se sienten útiles tras haber llegado a la vejez y que cuidar de ellos les aporta vitalidad, alegría, entretenimiento y compañía para combatir la soledad, mientras que estrechan vínculos afectivos y familiares. Pero no sólo mejora su estado de ánimo, ya que también les ayuda a mantenerse en mejor forma física e incrementa su rendimiento cognitivo. De hecho, un estudio alemán publicado por la revista 'Evolution and Human Behavior' asegura que aquellos que cuidan de sus nietos ocasionalmente viven cinco años más que los que no lo hacen. De acuerdo con esta investigación, el riesgo que tienen estas personas de morir en los siguientes 20 años se reduce hasta un 37%. Además, los autores del estudio explican que esta labor aumenta la esperanza de vida significativamente más que estar sano y activo.

Distintos tipos de abuelos

Generosos. Están encantados con su papel de cuidadores y no les importa hacerse cargo de sus nietos todo el tiempo que sea necesario. Son personas que han dedicado su vida a cuidar a sus hijos y ahora vuelven a desarrollar ese mismo rol con el que están cómodos con los nietos. De esta forma se sienten realizados y útiles porque ven que están haciendo una labor de importancia. Tienden a sobreprotegerles mucho y es posible que les quede un gran vacío cuando los nietos crezcan y pasen a un segundo plano. Este perfil suele darse principalmente en las abuelas más que en los abuelos.

Indiferentes. Este modelo se trata de aquellos abuelos que consideran que los nietos son responsabilidad única de sus padres y que son ellos los que deben hacerse cargo. Consideran que ya se han pasado toda la vida trabajando y que ahora les toca disfrutar de su merecida jubilación y aprovechar su tiempo libre para viajar, leer, hacer deporte... Por ello, no tienen problemas a la hora de decir "no". Eso no significa que no quieran pasar tiempo con sus nietos y que no disfruten de su compañía, pero en pequeñas dosis. Tampoco significa que no quieran ayudar, pero siempre de forma moderada.

Esclavos. Disfrutan de la compañía de sus nietos y les encanta pasar tiempo con ellos, pero consideran que hacerse cargo cada día de ellos durante tantas horas es demasiado. Estas personas viven a expensas de los horarios marcados por sus hijos y sus nietos y sienten que no disponen del tiempo libre suficiente para dedicarlo a sí mismos y sus relaciones sociales. A pesar de ello, no lo verbalizan porque se sienten en la obligación de ayudar a sus hijos, aunque en muchas ocasiones se sienten sobrepasados por la dura tarea que les ha sido encomendada.

Lo cierto es que con los avances de una sociedad cada dia mas tecnificada y el aumento de la perspectiva de vida, se ha detectado que los abuelos, han cambiado. Son más activos e independientes; desarrollan sus propias actividades sociales y culturales; viajan con frecuencia; cuidan su estado físico, desarrollando una vida saludable con actividades deportivas o físicas adaptadas a su edad.

Por esos abuelos que sean como sean son calidad para sus nietos, debemos a prender una nueva forma de relacionarnos, una forma donde se satisfagan sus necesidades propias de la edad y que la relación hijos, abuelos y nietos, sea provechosa a todos, evitando sobrecargarse.



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