viernes, 1 de marzo de 2019

Los Adultos Mayores No Tienen Por Qué Ser Pasivos


La vida de las personas adultas mayores no tiene por qué ser pasiva o carente de participación en distintos ámbitos de la sociedad. Más aún, debe ser una preocupación de todos, donde el conjunto de cambios individuales, asociados al envejecimiento no impliquen una pérdida de oportunidades y mucho menos de sus derechos.

El mundo se encuentra inmerso en un proceso de crecimiento acelerado de su población adulta mayor. Definitivamente, los cambios asociados a este proceso en el envejecimiento poblacional y los retos que conlleva son inéditos en la historia de cada una de las sociedades y sin duda deben ser vistos y enfrentados en un plazo relativamente corto, específicamente en el propiciar un envejecimiento y una vejez con calidad, ante todo.

Por lo tanto, cada país debe contar con un conjunto de instrumentos de protección e instituciones que garanticen una vejez verdaderamente digna.

Si bien es cierto existen múltiples condiciones asociadas al envejecimiento y estudios sobre este, no se cuenta con un consenso sobre la edad a la cual se es parte de este grupo, tanto así que la Organización de las Naciones Unidas considera que es a partir de los 60 años, mientras que, en los países desarrollados, la diferencia se marca a los 65.

El desarrollo educativo en las sociedades de nuestra América Latina, fue paulatinamente creando en su currículo la carrera y luego el post grado en Geriatría con una visión de lo que en los años venideros ocurriría. Poco a poco esta corriente afecto el área política y se inicia a legislar con el supuesto de propiciar una nueva visión y enfoque en la atención del adulto mayor. Son creadas las leyes para la persona adulta mayor y actualmente (año 2019), habiendo ya transcurridos sus años de estar hablando de este rubro en el que se establecen los derechos y beneficios para las personas adultas mayores, se comienzan a evidenciar grandes diferencias en lo que respecta a estos beneficios y derechos en esta población.

En la mayoría de nuestros países latinoamericanos, las diferencias desde el punto de vista de atención en salud se comienzan a marcar en situaciones muy particulares para cada una de las regiones. Y es que a pesar de los múltiples esfuerzos que se han tratado de realizar durante estos años por mejorar la atención de los adultos mayores, queda la sensación, basada en el diario vivir de que éstos no han surtido el efecto deseado en la atención de calidad para el adulto mayor. Se ve, se siente, se percibe cada día el abandono o la falta de importancia hacia ellos.

Si bien es cierto datos poblacionales evidencian que la población envejecida mayor de 60 años va en aumento y se “supone” que las Leyes promulgadas garantizan la calidad de atención para este grupo etario, la situación es realmente muy diferente, sobre todo, cuando tomamos en cuenta la diferencia de la prioridad en el servicio que reciben otros grupos poblacionales, si lo aplicamos al adulto mayor, en situaciones realmente básicas, se puede evidenciar que esa atención no ha sido la mejor.

Y es que no solo la formación de especialistas en este campo se vuelve importante pues no hay duda de que el recurso profesional es necesario, sino también los aspectos relacionados al desempeño de estos profesionales.

En nuestros países, existen datos tan claros en cuanto a la desventaja en que se encuentra la atención a los adultos mayores, que no solo está relacionada con el acceso a los sistemas de salud como el nuestro, sino también con la capacidad de desenvolverse dentro de un sistema que no crea los mecanismos necesarios para que los profesionales relacionados con la atención en salud puedan brindarla.

Ejemplos claros se evidencian cada día en aspectos tan particulares como las ventajas de contar con profesionales de calidad en el área de Geriatría y en muchos casos no tener las herramientas suficientes de atención e incluso espacios físicos y no físicos reales y dignos para la atención de los adultos mayores.

Existen lugares en donde incluso la incursión de especialistas en el área, grupos con enormes ansias de realizar una labor de calidad como se aprende en nuestra formación, ha sido muy complicada; con dificultad para crear espacios, no contar con un lugar para brindar una atención digna, para elaborar e implementar programas; pues incluso dentro de la misma institución muchas veces no se cuenta con las herramientas que conviertan la atención de las personas adultas mayores en una atención diferenciada dadas las características de este grupo poblacional.

Si cada uno de nosotros hiciera conciencia de lo importantes que son los adultos mayores, es probable que las cosas cambien; en especial cuando los que tienen la capacidad de decisión le brinden los espacios y herramientas necesarios para una atención de calidad.

Es urgente tener una mirada más positiva sobre el papel de nuestros mayores en la sociedad y pensar en soluciones constructivas hacía un futuro mejor. Teniendo una perspectiva más positiva en mente, Estamos ante una oportunidad única para un cambio social y científico en lo que respecta la adaptación del entorno a una población envejecida y es urgente cambiar la forma de como entendemos el papel de los adultos mayores en la sociedad.

Debemos considerar que, si tenemos una gran población de personas mayores, emocionalmente estable, informada y relativamente saludable, sin duda que es buen recurso. 


Para mejor entender cómo el papel del anciano en nuestra sociedad puede ser importante para una sociedad mejor, es esencial comprender de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. Te invitamos a explorar la ambigüedad de papeles que se les otorgaba a las personas mayores a lo largo de la historia y finalmente, antever el camino hacia una sociedad más inclusiva de las personas mayores.

No basta con conocer o cuestionarse si se brinda atención o no, lo realmente importante es lograr que esa atención o servicio que se da sea el adecuado con el fin de mejorar la calidad de vida de nuestros ancianos, pero, sobre todo, con el objetivo de evitar discapacidad y aumentar funcionalidad.

Nuestras sociedades han hecho a nuestros ancianos perezosos, aun a costa de su negación, pero lo peor es que el anciano se ha adecuado y acomodado a ello, pero Dios reclama: “Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?” Proverbios 6:9

Anciano eres valiosos, tu tarea no ha terminado, levántate y anda, continúa haciendo de tú vida, TU vida y no la que te quieren imponer.

Y tú, si tú, ese que ahora proyecta y dirige, ese joven que también llegara a viejo, te has preguntado: ¿Cuán importantes son nuestros adultos mayores?

La respuesta está en sus manos. ¡Unámoslas!  





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