viernes, 15 de diciembre de 2017

Las Historias De Los Abuelos Benefician A Los Niños



Vamos a la vuelta del Toro Toro Gil, a ver a la rana comiendo perejil...

Hemos crecido en historias y canciones narradas por nuestros abuelos, padres y otros ancianos de la familia, de esa manera en sus inicios la Palabra de Dios paso de generación en generación hasta que Dios decidió dejarla por escrito.  

Esos tiempos de los relatos de nuestros mayores son los buenos viejos tiempos en que con una historia junto con nuestra imaginación ilimitada a la par de la familia reuníamos el grupo y fantaseábamos sanamente, relatos tras relato mientras nos llevaban en viajes de fantasía con sus temas. Esas fueron las historias que nos ayudaron a aprender algunas lecciones importantes de nuestras vidas. Nos enseñaron sobre lo bueno y lo malo y también nos ayudaron a hacernos la gente que somos como adultos. Sin embargo, ahora, con la tecnología invadiendo nuestras vidas como nunca, las familias nucleares y los padres que trabajan dominan la configuración social y el arte de contar historias se ha vuelto raro, pero tan raro, que cuando un mayor empieza a contar sus historias es motivo de recriminación, burla y exclusión de su familia… oír “viejo loco” es una expresión muy frecuente.

Pero los buenos padres siempre buscan lo mejor a sus hijos y para nuestra ilustración, permítanme hablar sobre algunas de las ventajas de contar historias:

·         Presentan un nuevo vocabulario para los niños: una gran ventaja de contar historias es que el escuchar historias mejora el vocabulario de un niño. Leía lo que expresaba una madre sobre esta costumbre y decía: "Mi hijo es muy aficionado a escuchar historias y por lo tanto, siempre que tengo tiempo, le leo historias. El hecho de que tenga curiosidad acerca de algunas palabras y deseos conocer los significados de los que no puede entender, me hace sentir bien. Sé que está aprendiendo nuevas palabras y siempre le resulta fácil explicar sus significados si se trata de una historia narrada ". Dado que el niño se relaciona mejor con las palabras, se conservan en su memoria por mucho tiempo.

·         Mejora las habilidades de escucha de los niños: Los estudios han demostrado que la infancia es el período en que los niños absorben la mayoría de las palabras que luego usarán en sus vidas. Por lo tanto, contar historias incluso a los bebés debe ser una parte importante del horario de los padres. Cuando crecen, la narración anima y mejora las habilidades de escucha de los niños. Por lo general, a los niños les gusta hablar más en lugar de escuchar y este comportamiento es evidente especialmente en las aulas; por lo general, no son buenos oyentes. Pero cuando se les inculca el hábito de escuchar historias, aprenden a ser mejores oyentes. Les proporciona la capacitación necesaria para escuchar y comprender más, en lugar de hablar.

·         Historias en computadoras portátiles versus historias narradas por ancianos: El arte de contar historias ha sufrido un golpe después de que el efecto visual proporcionado por la tecnología ha encontrado compradores. Hasta cierto punto, se ha convertido en una pesadilla para el arte de contar historias. Una consultora de educación dice: "La narración de historias es una actividad interactiva, pero en los medios digitales se convierte en una cosa de una sola vía donde alguien te dice qué pensar y te muestra una imagen que consideran apropiada. Gracias a esto, tu cerebro se convierte en un botadero porque dejas de usar tu imaginación y tus poderes de pensamiento al confiar únicamente en lo que te están dando de comer con cuchara ". Ella afirma que contar historias digitales es menos humano. Hablando de cómo el arte de contar historias ha cambiado a lo largo de los años explica: "Muchos padres sienten que mostrar historias en Internet es tan bueno como narrarlas, pero contar historias consiste en interactuar con otro ser humano y usar la imaginación para visualizar"

·         Se trata de estar en contacto con las raíces culturales: un padre de dos niños que dedica tiempo a sus hijos con narraciones de historias manifiesta que se trata de estar en contacto con las raíces culturales de uno. "Mis hijos van a escuelas de inglés pero, gracias a mi narración regular, también conocen los cuentos tradicionales, incluyendo las historias bíblicas. Siento que esto no solo los hace conscientes de su rica herencia cultural, sino que también desarrolla en ellos el amor por el aprendizaje de nuestra historia. También se han vuelto muy versados en su lengua materna. Por supuesto, para que los niños estén interesados en escuchar cuentos, las historias también deben evolucionar con el tiempo ". Las historias no deben ser solo sobre moral; necesitan ser estimulantes", agrega.

Contar historias es una gran actividad de aprendizaje: contar historias es muy interactivo. A medida que una historia progresa y se desarrolla, los niños hacen preguntas. Esta es una gran actividad de aprendizaje. Los narradores de cuentos deben usar formas de despertar la curiosidad de un niño y animarlo a hacer preguntas porque esto hace que el niño piense. Aprenden a asociar imágenes en el libro con la historia y esto desarrolla su capacidad de visualización e imaginación. "La capacidad de memoria de un niño se ve reforzada cuando se le pide que recuerde algo de una historia. Cuan estaban pequeñas, hacia preguntas a mis hijas a partir de las historias que he contaba, para ella era como un juego, no como una prueba". Los expertos que trabajan con niños dicen que los padres deberían alentar a los niños a veces a crear una pequeña historia con los personajes de los que les han hablado. Esto alienta la imaginación y hace que el niño esté más interesado en las historias que se cuentan.

Las personas mayores son consideradas un grupo vulnerable, debido principalmente a estereotipos equivocados que los llevan a sufrir de abandono, maltrato, exclusión o algún tipo de discriminación. Los grupos sociales activos o gubernamentales, las iglesias y fundamentalmente las familias, como parte del ejercicio de su responsabilidad social, en apoyo a este grupo vulnerable y en cumplimiento de sus objetivos culturales para todo ser humano debe capacitarse a ser lectores promotores de la lectura, con base en dos líneas principales: la primera, la retribución a la sociedad por medio de la réplica de las herramientas desarrolladas durante el curso y el servicio a la sociedad mediante la creación de redes para la lectura en bibliotecas, hospitales, guarderías, primarias, orfanatos, casas de retiro, entre otros; y la segunda, la mejoría de la calidad de vida de los abuelos promotores al involucrarlos en un ambiente estimulante, de calidez y sana convivencia.

La Biblia nos habla: “Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban” Marcos 16:19…20

¿Cómo aprendieron lo que después hablaban? Sentados en grupo alrededor del Maestro, escuchando sus parábolas. Ciertamente eran simples obreros (pescadores) y cambiaron culturalmente con este método.

Y, aun así, muchos en vez de aprender ahora están pegados al celular, a la computadora, a la televisión y que se otros artefactos, cajitas de tontos los llamamos algunos, no tienen pensamientos propios pues no interactúan humanamente con una máquina y no tienen ni tendrán buenas fantasías como para pensar: ¿De donde aprendió Jesús?, no será que ¿sentado a la diestra del Padre este también cuenta fabulosas historias?

Bien cada uno tome su parte y camine… unos saldrán para atrás y otros para adelante; los que saldrán para adelante ¡cuidado! No vaya a ser que por ir con el celular se vayan en un hoyo… y los que saldrán para atrás saldrán a buscar e incorporarse a la senda antigua y verán cuan buena es.

En aras de ayudar a motivarlos me tomare los siguientes cuatro estudios contando cuentos.


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