viernes, 20 de enero de 2017

Hay Que Valorar Y Acariciar A Los Ancianos



"Los años de nuestra vida son setenta años, o incluso en los más robustos ochenta"... "Enséñanos a contar nuestros días" Salmo 90:10 y 12.  

En estos tiempos, cuando la insensibilidad social parece ir tomando más auge en el mundo, es importante ser proactivo en la enseñanza de nuestros infantes para que ellos aprendan a acariciar a los ancianos y el valorar todas las etapas de la vida.

Muchas cosas suceden actualmente a nuestros ancianos en hogares con su familia, hogares de ancianos y hospitales que son reprensibles. El cambio comienza ahora, en cómo tratamos a nuestros propios miembros mayores de la familia bajo los ojos observadores de nuestros pequeños.

¿Estás valorando al anciano que Dios ha puesto en tu vida?

El tiempo cual estrella fugaz, se aleja de nosotros tan rápido y cuando miramos hacia atrás podemos ver lo que realmente estamos valorando en nuestras vidas por la forma en que usamos nuestro tiempo dado por Dios.

¿Cuánto tiempo has dedicado a valorar a los ancianos como los padres y los abuelos en el último mes?

La anterior es una buena pregunta para reflexionar que atención le estamos dando al abuelo, abuela, padre, madre, etc. Muchos, aduciendo sus compromisos, es muy raro que tan siquiera los llamen día a día para saber cómo han amanecido. Decimos: mi vida está muy ocupada, pero eso no es una excusa.

Hay muchas maneras y acciones que usted puede poner en práctica, para valorar en alto a los ancianos y enseñar a sus hijos, sobrinos y amiguitos de sus hijos, a hacer igual, esta experiencia sentara bases para toda su vida venidera y aprenderán a ver a los viejos desde una perspectiva de valor y calidad humana.   

·         Buscar a los ancianos en su familia

1.    Haga las llamadas telefónicas o escriba los correos electrónicos y textos con regularidad, si puede pídale ayuda a sus hijos para que se sientan partícipes. Llame a sus padres y abuelos si todavía están vivos. Haga que sus hijos participen en la conversación y aliéntelos a disfrutar de esos intercambios. Utilice esas tecnologías de los maravillosos teléfonos de hoy en día, de la internet y lo mejor, aliéntelos a vivir intensamente.  

2.    Visita a los padres y abuelos tan a menudo como puedas. Visítalos con tus niños, recuerda que ellos son sus nietos, visítalos a menudo y has de ello un punto culminante en la vida de tus personas mayores. Hazlo más a menudo y que eso sea cada vez más especial.

3.    Escribir cartas, enviar correos electrónicos, enviar dibujos y obras de arte, básicamente dejar que tus hijos envíen cosas a los abuelos. Mi hija mayor me envía casi a diario por teléfono, una o más fotos de algo que hace mi nieto y cuando los recibo, son una experiencia muy especial, motiva a mi persona a valorar el darme, aun ya viejo, más en la vida.  

4.    La tecnología moderna nos ha traído la capacidad de estar cara a cara con nuestros seres queridos, pero no hacemos tiempo para hacer esto con suficiente frecuencia. Generalmente la usamos más para lo superfluos de la vida y desperdiciamos la oportunidad de enseñar al niño, con nuestro ejemplo, a utilizar esta tecnología en bendición a sus mayores y bendición para los niños mismos.   

5.    Celebre el día del abuelo. Asegúrese de que sus padres (y los abuelos de sus hijos) sepan lo especiales que son. Visítelos y salga de paseo o vacaciones con ellos si es posible. Si no, envíe tarjetas o paquetes con ilustraciones y / o un pequeño regalo. Pase algo de tiempo en por lo menos una llamada telefónica.

·         Buscar a los ancianos en su comunidad

a)    Asegúrese de saludar a los ancianos en su iglesia por su nombre y tratar de llegar a conocerlos. Muchas personas mayores están separadas de la familia, se retiran del trabajo, y pueden estar entre las personas más solitarias.

b)    Pase tiempo con los ancianos de su vecindario. Invítelos a cenar o simplemente a disfrutar de la compañía del otro.

c)    Conozca las necesidades de los ancianos en su iglesia o vecindario. Esto podría incluir cosas como ayudarlos en la jardinería, aun cuando solo sean una o dos macetas, ayúdelos a llevar la basura a la acera para que sea recogida, ayude con las tareas domésticas o las reparaciones en el hogar que se han vuelto demasiado difíciles o cuidar el mantenimiento del vehículo. Esas son sólo algunas ideas, sin embargo, ¿qué otra puede imaginar?

d)    Visite a los ancianos en hogares de ancianos y vida asistida. Consulte con el director social del hogar de ancianos para encontrar buenos momentos para visitar y cómo planificar. Tal vez usted podría ir una vez a la semana a jugar ajedrez, cantar himnos, o simplemente visitar puerta a puerta.

·         Hablar sobre el valor de la vida

Es importante hablar, especialmente con sus hijos mayores, sobre el valor de las vidas de los ancianos y vivir nuestras vidas en la medida en que Dios nos bendice para vivir. Siéntase libre de leer y discutir algunos o todos sus hijos, los puntos de actualidad social, económica y policía que involucran y/o afectan a los ancianos.

Muchas personas están justificando la eutanasia de las personas mayores diciendo que no están viviendo una calidad de vida adecuada de todos modos. ¿Pero qué hace una calidad de vida adecuada? ¿Quién decide? ¿Y si la decisión de poner fin a la vida alguna vez se le permita ser hecha por las personas que están a ganar más económicamente por la muerte de una persona de edad avanzada?

Tal vez una calidad de vida adecuada es simplemente el pasar los últimos años o momentos de su vida rodeado de aquellos que amas, sintiendo el calor del amor ágape.
Nada mejora la calidad real de vida más que la presencia de seres queridos en la relación. Incluso en el dolor y el sufrimiento horrible, la verdad es que Dios es soberano y sabe mejor. El tan difícil como es para nosotros comprender, a veces el sufrimiento es una parte de lo que nos lleva a necesitar de ese amor.

Así que cuando se trata del valor de la vida en cada una de sus etapas, debemos honrar la soberanía de Dios en cuanto a cuándo comienza y cuándo termina. Él es el que murió por nosotros y el que cuenta nuestros días.

De todas formas, ten en cuenta a Eclesiastés 11:6 “Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si ésta o aquélla, o si ambas serán igual de buenas








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