Las personas que son creyentes de edad avanzada
a menudo se preguntan, ¿Por qué el Señor me dejó aquí?
Indiscutiblemente que quienes no se preparan
para enfrentar y vivir la edad de los adultos mayores, verán a esta como una
vida precaria, máxime cuando los humanos tendemos a evaluar el presente en base
al pasado.
Ninguna de las etapas de la vida, se puede
comparar con otra y aún menos tratar de que sean iguales, cada uno vivimos esas
etapas solo una vez. Claro está que cuando no nos preparamos consiente e
intelectualmente para cada etapa venidera, la incertidumbre y la vanidad de la
carne, nos apresan y abundan en este mundo aquellos estafadores que venden de
todo para no aceptar los cambios en nuestras vidas.
Indudablemente existe para nosotros las
promesas de Dios para una mejor vida en la eternidad y entonces ¿Por qué
desesperamos? dirán unos y otros dirán ¿Por qué no nos vamos? ¿Por qué se nos
ha dejado aquí, una cierta vida a la vejez?... Las interrogantes son valederas,
tratemos de responderlas y para ello auxiliémonos de la Escritura:
2 Corintios 7:1 “Por lo tanto, teniendo estas
promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor del Señor" (RVR).
A pesar de que, como cristianos, estamos reconocidos
legalmente para ir el cielo, hecho que sucede en el momento de la conversión,
nuestra persona necesita mejorar mucho. Hay malos hábitos que deben ser
destruidos.
El viejo, la vieja naturaleza, necesita ser
expulsada todos los días. La carne es muy terca, se niega a morir. Se
tomará tiempo para lograr que el fruto del Espíritu (Gálatas 5) madure en
nuestras vidas. Puede tomar años para que uno aprenda a controlar su
temperamento. Para la persona egoísta que ha vivido durante la
auto-gratificación le tomará tiempo para a llegar a ser como el Señor Jesús,
desinteresado y con el amor de Dios hacia los demás. Algunos son lentos
para aprender, pero el Señor es el Espíritu paciente y sigue trabajando.
Entonces, ¿cuál es la bendición de llegar a la
vejez?
En primer
lugar,
Dios tiene más tiempo para trabajar en nosotros. Algunos de nosotros son
de material duro y resistente al cambio. Pero el Señor es paciente y
persistente. Esperemos que nuestro carácter se vaya suavizando y mejorando
con la edad. Esto nos llevará a la eternidad. Así que debemos estar
agradecido por los largos años de vida que llevamos, porque así el Señor Jesús
tiene mayor tiempo para mejorarnos.
En
segundo lugar,
una persona piadosa en la edad avanzada es un estímulo para los jóvenes
creyentes. Uno puede llegar a la vejez sin una mancha seria en su
carácter. ¡Alabado sea el Señor! Usted también puede terminar la batalla
de la vida victoriosa también. Los jóvenes necesitan estos ejemplos positivos
que emular.
En tercer
lugar,
es un poderoso testimonio al mundo del poder salvador de Dios en una
vida. El mundo ve a la religión cínicamente. "Son todos unos
hipócritas!"
El testimonio de un hombre o una mujer de edad
según Dios es poderoso. Abraham en la vejez enterró a su esposa
Sarah. No era dueño de ninguna propiedad, a pesar de ser el amigo de Dios
y necesitaba comprar un lugar de enterramiento.
Cuando Abraham intentó comprar una parcela de
tierra de los propietarios, dijo, "Extranjero y forastero soy entre
vosotros; dadme propiedad para sepultura entre vosotros, y sepultaré mi muerta
de delante de mí. Y respondieron los hijos de Het a Abraham, y le dijeron:
Óyenos, señor nuestro; eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de
nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te negará su
sepulcro, ni te impedirá que entierres tu muerta. Y Abraham se levantó, y se
inclinó al pueblo de aquella tierra, a los hijos de Het" (Génesis 23:4..6).
Es una escena conmovedora, Abraham, un viejo de
pelo blanco, llorando y tratando de comprar un terreno en el cementerio para
enterrar a Sarah, su fiel esposa de muchos años. Estos hombres eran
paganos, no adoraban al Dios de Abraham. Pero reconocieron su fuerza de
carácter, su integridad. Abraham había sido un hombre de fe y terminó así,
un buen ejemplo para los creyentes de hoy. A ese momento Abraham tenia ciento
setenta y cinco años.
Así que sea paciente y deje que la obra de Dios
se pula en su vida, "perfeccionando la santidad." El Señor lo llevará
a casa cuando quiera. Y su voluntad es siempre lo mejor.
Después de todo no olvide, hace más de dos mil
años que Jesús se fue a preparar su morada y la mía… entonces… ¿de qué nos
quejamos?
Quizás Usted ha
estado por años esperando que Dios lo saque de lo que considera es un
prolongado estancamiento. Si es así, llegó el momento de reflexionar en el
hecho de que usted ha sido llamado a una función y misión específicas, para las
cuales el Señor desarrollará todas sus potencialidades a su tiempo y tenga la
seguridad que por su edad ese tiempo está llegando como no haya llegado ya y
Usted ni cuenta se ha dado en su protestadera.
Es necesario que, en
desarrollo del proceso, aprenda a esperar en Dios y moverse conforme a Su
voluntad. En su momento Dios le señalará con el dedo y le dirá: “Alístate y sal
de la cancha ya jugaste tu mejor partido”. Si esa convicción íntima le mueve,
sepa que Dios cumplirá su propósito en usted.
Todas las personas, en
absoluto todas las personas, fueron concebidas por Dios con una misión
específica. El hecho de que no cumplan esa misión depende, en la mayoría de los
casos, de nuestras propias decisiones.
Si nos disponemos para el
Señor, Él cumplirá el propósito que tiene trazado para nosotros. Tenga claro que,
si hay disposición, todas las cosas obrarán a favor nuestro. Dios desea hacer
algo especial con nuestras vidas, y permitirnos que trascienda, que deje una
sólida huella y que todo cuanto decimos y hacemos, ejerza una poderosa
influencia en la transformación de todas las personas.
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