domingo, 23 de marzo de 2014

¿Viejo?... No Importa, ¡Levántate!

"Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse..." Proverbios 24:16

Has estado sin ánimos, las fuerzas poco a poco van faltando, todo pareciera que va en tu contra y para colmo volviste a caer en el mismo error que habías prometido no volver a caer. Te sientes muy mal, no encuentras de qué forma presentarte ante el Señor porque te sientes indigno de su presencia. Estas pensando seriamente en volver atrás, pero algo dentro de ti te dice que esa no es la solución, y aunque humanamente es lo que quisieras hacer, por algún motivo no puedes hacerlo.

Crees que Dios ya no te oirá mas, que ya no hay perdón para ti, que lo que hiciste fue la gota que rebalso el vaso, que tus oportunidades se acabaron, que ahora si fue el colmo, y toda clase de pensamientos que quieren evitar que vayas y te rindas al Señor.

El enemigo es astuto, él sabe muy bien en qué momento atacarte con toda clase de pensamientos que quieren denigrarte y borrar la imagen de Dios de tu vida. Y es que sabe muy bien que una de tus debilidades es sacarte en cara los errores que cometes.

Pero aun cuando tú te sientes indigno y aun cuando ni tú mismo te perdonarías por tantas veces que fallas, Dios no piensa lo mismo de ti, debes de entender que caer está permitido. ¡Levantarse es obligatorio!

Si algo podemos tener claro que hemos compartido absolutamente todos los seres humanos en la vida, de la misma manera que el aire que respiramos, es caernos emocionalmente. De eso nadie se salva, nadie. Parejitos todos, sin importar condición social, nivel de escolaridad, estatura, género, idioma o país, todos en algún momento hemos aterrizado en el piso, por decirlo de alguna manera.

Y es totalmente válido, es parte de la vida misma; parte de sentirnos y sabernos vivos. Inevitablemente la vida nos presenta lecciones de aprendizaje que nos tumban, nos vuelcan, nos hacen sentir que un hoyo negro nos succiona y que nos metemos a un túnel sin salida. Abandonarnos emocionalmente es provocado por múltiples situaciones, entre las más frecuentes: porque el corazón lo tenemos roto, por un diagnóstico médico nada agradable, un divorcio, la pérdida de un ser amado, falta o pérdida de trabajo, la frustración ante no lograr una meta esperada o por una dependencia a las drogas, el alcohol, una codependencia hacia una relación, persona, familia, hijos... En fin, ¿quién no ha tocado fondo alguna vez en su vida?

Dios, este día tiene una palabra especialmente para ti y con mucho amor te dice: "Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse", y es que Dios más que nadie desea que te vuelvas a levantar.

A veces sentimos que la vida nos aplasta, que todo se derrumba, que todo lo blanco es negro. Lo cierto es que como dicen: "caer está permitido pero levantarse es obligatorio".

He aprendido que nada ni nadie nos afecta, uno es quien permite y elige que una situación, circunstancia o una persona le afecte, de la manera que uno lo desee y por el tiempo que uno lo permita: sea por horas, días, semanas, meses y hay quienes eligen por años. Es importante reconocer eso para que puedas dar el primer paso hacia salir del hoyo y pedir ayuda.

Caemos porque estamos vivos y estar vivos es sentir. Ten claro que los sentimientos no deben controlar nuestro comportamiento, pero tampoco debemos ignorarlos. Nuestra parte emocional es vital, hay que permitirnos sentirnos felices así como devastados si es eso lo que elegimos, la cosa es que tratar que no sea demasiado frecuente o tu estilo de vida. Es mejor permitirse por unas horas, momentos o si es necesario días caer en el hoyo que tratar de hacernos súper héroes de acero sin sentimientos. El problema no está en que tropieces y caigas, sino en que no te quieras levantar.

Este día Dios quiere que te vuelvas a levantar, ¿Qué ya lo intentaste muchas veces?, pues entonces ¡Vuelve a Intentarlo!, no te des por vencido, tu naciste para triunfar, tú has sido llamado por el Señor para ser mas que vencedor.

Otra cosa muy diferente, es caernos y no hacer nada por levantarnos o aprovechar la caída como aprendizaje para avanzar con más fuerza al volver a caminar, permanecer en sentimientos negativos, no llevan a nada bueno.

Quizá tú piensas que nadie cree en ti, quizá hasta este punto ni tú mismo crees en ti, pero Dios si cree en ti, Dios si sabe el potencial que tienes y lo usado que puedes ser si permites que El te tome y transforme.

En ocasiones, sentir nos asusta tanto que hasta optamos no sentir. Evadimos. Tenemos miedo a nuestros sentimientos, a reconocer lo que verdaderamente debemos hacer o enfrentar, esto requiere decisión de enfrentar la realidad y preferimos dejarnos abrazar por la angustia, tristeza, desesperación y ya en casos más profundos por la depresión.

Reprimir los sentimientos, nos hacernos los muy fuertes, esto no está nada bien, es mejor dejarlos salir, permitirnos sentirnos mal, hundirnos, caer y luego quitarnos el polvo de las rodillas, levantarnos y andar de nuevo, porque cargar con culpas, furia, enojo, rencores y todo lo similar es acumular mal estar, tanto, que en algún momento puede hasta terminar en enfermedades, porque el cuerpo se cansa de cargar tanta mala vibra, generada por nosotros mismos y gratuitamente.

Pero no hay nadie que te pueda detener si permites que Dios vaya delante de ti, es hora de cultivar una verdadera relación personal con el Señor para ser fuerte en la hora de la prueba, es día de decidirte a comenzar a hacer su voluntad.

Así como el miedo nos hace alejarnos del peligro, también puede impedir que logremos metas y deseos porque no nos atrevemos a ejecutar, a dar el paso necesario. La ira puede convertirse en resentimiento y llevarnos a la amargura. Y claro está, la tristeza puede llegar a desembocar una gran depresión.

Lo importante es reconocer que somos humanos, podemos caer, pero luego hay que buscar la solución. Porque los sentimientos reprimidos no desaparecen, nos frenan y hacen la vida más pesada. Recuerda además en todo momento que los sentimientos son energía emocional, que no son rasgos de tu personalidad. Algo pasajero que aparece porque le das permiso, sea bueno o malo.
Nuestros sentimientos no tienen porque controlarnos, así que por ejemplo, no se justifica ser agresivos con los demás, querer golpear, gritar, regañar a los hijos, andar irritado con los demás porque estamos enojados.

¡Vuelve a Levantarte!, tú no naciste para estar en el suelo, tú naciste para conquistar para ser punta de lanza, para ser cabeza y no cola, ¡Vamos, Vuelve a Levantarte! Dios quiere hacer de ti algo mejor de lo que un día fue, quizá tú creas que no lograras el nivel que antes tuviste, pero déjame decirte que Dios tiene preparado para ti un nuevo nivel, algo más grande porque para eso naciste, ¡Vamos, Vuelve a Levantarte!

Ríndete hoy al Señor, reconoce tu necesidad de Él, renuncia a tus propias capacidades y permítele que Él actué en tu vida como Él quiera actuar, estoy seguro que hará una obra maravillosa en tu vida.

¡Y recuerda: a sonreír, agradecer y abrazar la vida!...
Sobre todo: ¡a Vivir, leíste bien a VIVIR.











No hay comentarios:

Publicar un comentario