viernes, 24 de enero de 2014

Cocinándole A La Tercera Edad


Encontrar artículos para cocinar para un anciano y máxime cuando es un ser querido puede ser una empresa difícil a la que hay que enfrentarse.

No sólo el paladar cambia a medida que envejecemos, a ello hay que agregar la influencia de medicamentos (que también puede afectar el sabor) y el hecho de que a veces, si es que se cocinan solos, las manos de los ancianos no pueden girar los espaguetis. Pero, con un poco de creatividad, hay muchas muy buenas comidas que se pueden tener, la cuestión es la paciencia y la dosis de verdadero amor que le pongas.

El primer paso para la preparación de las comidas satisfactorias para las personas mayores es consultar al anciano sus preferencias, el tomarlo en cuenta es importante porque aparte de preparar lo que es del gusto de él, el hecho de tomarlo en cuenta es un gran aliciente animo que ayudara a saborear mejor sus alimentos. Asegúrese de investigar y entender las restricciones dietéticas antes de reunir los ingredientes. Considere también las texturas con los artículos que usted prepara, recuerde que un elote asado no es igual a una ensalada de maíz dulce.

Lo cocinado debe ser sencillo - La mayoría de las personas mayores (en mi experiencia) prefieren comidas sencillas así que olvídate de que la carne de lomo asado que estabas pensando será la mejor, considera posibles problemas dentales y digestivos. Posiblemente, un bonito pastel de carne y puré de patatas casero, le será más satisfactorio. La mantequilla de maní y jalea puede parecer a usted intrascendente cuando está en la casa, pero el anciano podría verlo como un regalo especial.

Preparar alimentos de su recuerdo – Muchos de nosotros desechamos la idea sobre la sopa de pollo, con sus verduras, sus hierbas aromáticas y calor, pero para el anciano
seria no solo de grata satisfacción recordativa, sino de grata deglución, aparte de una grata sorpresa. La sopa de pollo es siempre reconfortante, no importa lo que se este pasando. Y así como ella, están los platillos tradicionales que en cada familia causan gratas satisfacciones.

Una buena idea e inversión es considerar la compra de un sellador al vacío para que pueda preparar comidas congeladas. Una buena cena casera que pueden calentar en el microondas es mejor que una comida de televisión o cualquier sitio de comida rápida. Con el sello de vacío las comidas enteras bastaran calentarse en el microondas, perforar la envoltura de plástico y orar antes de consumirlas. Yo le aseguro que esa comida, será a su anciano un festín de reyes. En un momento dado, puede tener en su refrigerador macarrones con queso, rebanadas de pastel de carne, chuletas de cerdo preparadas, arroz frito y platos de fideos chinos en el congelador. Y el anciano se sentirá capaz de obtener su propia comida cuando no estemos.

Mantener verduras y legumbres frescas, así como algunos enlatados para acompañamientos rápidos y disponibles en la despensa. Por lo menos una noche a la semana, la cena puede ser una preparación de 8 minutos de fideos, ensalada de atún, y una pequeña porción de verduras. El arroz es también una buena cosa para tener a mano para una preparación rápida y congela bien.

Usted puede guardar en su despensa; pequeñas porciones individuales de puré de manzana y fruta que puede satisfacer a un paladar dulce, sopas instantáneas con verduritas agregadas son agradables y fáciles, pero asegúrese de que su anciano pueda abrirlos, cuando es el caso que se cocine solo. Otra cosa es el mantener pequeñas porciones individuales de galletas, galletas saladas o confitería.

Por otro lado es bueno también considerar que las personas de la tercera edad no necesitan una dieta esencialmente distinta a la de los adultos jóvenes, salvo que tengan alguna enfermedad que requiera una dieta específica.

El anciano debe recibir alimentos variados que proporcionen los nutrientes básicos. Hay que tener en cuenta que con la edad se necesitan menos calorías..

La dieta debe aportar suficiente fibra para evitar el estreñimiento.

Se deben limitar (no suprimir) la ingesta de los alimentos que tengan colesterol y grasas saturadas, como por ejemplo las carnes y los huevos, así como el exceso de sodio y azúcares refinadas.

También se debe prestar especial atención al calcio, pues a medida que se envejece los huesos se vuelven frágiles y se rompen fácilmente.

Se debe mantener un peso saludable para prevenir otros problemas o enfermedades crónicas.

La actividad física es importante para la salud de los ancianos, ya que una de las características del envejecimiento es la pérdida de músculo. Caminar es un buen ejercicio

Hay que tomar suficientes líquidos. Algunos adultos mayores no toman suficiente agua por temor a orinar frecuentemente, sin darse cuenta de que esto les puede crear problemas de digestión y también los puede llevar a la deshidratación, sobre todo en las épocas de calor.

En la vejez, se recomienda hacer cinco comidas al día en lugar de tres, como se acostumbraba en la juventud.

No es raro que ellos rechacen alimentos duros como la carne o pasen al estómago alimentos mal triturados. Las comidas deben ser preparadas adecuadamente y ofrecerlas en forma blanda, preferiblemente.

La pérdida de los sentidos como el del gusto y el olfato, la sequedad en la boca, pueden también limitar aún mas el gusto por la comida.

Los cambios en la estructura familiar de los ancianos por la muerte de un cónyuge o la independencia de los hijos pueden frecuentemente contribuir a la depresión y el aislamiento y afectar el deseo por los alimentos. No hay que dejarlos solos con mucha frecuencia.

Es muy importante que los ancianos estén acompañados de familiares, amigos o de las personas que los cuidan a las horas de las comidas.


Seguramente usted no quiere a nadie enfermo, por ello es necesario seguir requerimientos básicos como los que le hemos apuntado.

Para concluir, consideremos la parte Bíblica: En el Nuevo Pacto de gracia, la Biblia está más interesada en la cantidad que comemos que en lo que comemos. Los apetitos físicos son una analogía de nuestra habilidad de autocontrol. Si no somos capaces de controlar nuestros hábitos alimenticios, probablemente tampoco seamos capaces de controlar otros hábitos como aquellos de la mente (lujuria, avaricia, odio e ira injustificada) e incapaces de frenar nuestra boca del chisme o la disensión. No debemos permitir que nuestros apetitos nos controlen; antes bien, debemos ejercer el control sobre ellos. Ver Deuteronomio 21:20; Proverbios 23:2; 2 Pedro 1:5..7; 2 Timoteo 3:1..9; 2 Corintios 10:5.







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