La
estimulación cognitiva, engloba todas aquellas
actividades que se dirigen a mejorar el funcionamiento cognitivo en general
(memoria, lenguaje, atención, concentración, razonamiento, abstracción,
operaciones aritméticas y praxias) por medio de programas de estimulación.
Cada vez resultan más familiar hablar del
envejecimiento poblacional y el envejecimiento activo. El notorio aumento de la
población de adultos mayores, ha provocado mayor interés en las características
que presenta este grupo.
Conceptos relativamente recientes como
"calidad de vida" y las definiciones más actuales de
"salud" han propiciado la dirección de este interés al conocimiento
de las necesidades y expectativas que deben ser satisfechas para garantizar que
las personas de mayor edad se desarrollen en el marco de estos términos.
Específicamente en el ámbito de la salud,
la preocupación por identificar las características biopsicosociales propias
del envejecimiento y distinguirlas de los signos que no constituyen una
propiedad del envejecer, ha permitido el desarrollo de medidas de prevención y
abordaje de los factores que pueden afectar negativamente la calidad de vida y
la salud de los adultos mayores.
Uno de los criterios principales, es la
autonomía y funcionalidad del desempeño en la realización de actividades
cotidianas. Esto se debe a que implica, por una parte, la coordinación de una
serie de habilidades y factores, y por otra, la consecución de condiciones que
permiten una calidad de vida admisible.
Dentro de las habilidades que están a la
base del desempeño autónomo y funcional, se encuentran los procesos cognitivos,
que son aquellos procesos mentales involucrados en el procesamiento de la
información (tanto la proveniente del ambiente como la ya almacenada en la
memoria) mediante los que se logra el aprendizaje y la reelaboración de
habilidades, conocimientos y valores.
Los procesos cognitivos se tipifican en
básicos (percepción, atención y memoria) y superiores (lenguaje, razonamiento,
aprendizaje y control de la conducta). Todos ellos se sustentan en estructuras
neurobiológicas, que requieren encontrarse indemnes para su óptimo
funcionamiento.
Los procesos cognitivos permiten la
realización de actividades cotidianas (como conversar, prepararnos una taza de
café, manejar dinero) y de tareas más complejas (leer sobre un tema sobre el
que tiene poco conocimiento, encontrar la mejor solución a un problema,
aprender un instrumento musical). Es decir, permiten las características típicamente
humanas: el ser sociales e inteligentes.
No obstante, al envejecer, los sistemas
biológicos del organismo se afectan, lo que se traduce en una disminución de su
funcionar. Este proceso también se evidencia en el cerebro, el cual disminuye
de peso y tamaño a medida que la edad aumenta y recibe menor irrigación
sanguínea y por tanto, una menor nutrición celular.
Estos cambios, afectan algunos procesos
cognitivos, entre ellos la velocidad de procesamiento, la atención y la
memoria. Esto se evidencia en algunas dificultades menores que se presentan
lenta y progresivamente en el tiempo, como olvidar dónde se dejó algún objeto,
no recordar una cita, "perder el hilo" de una conversación o tener
dificultad para acordarse de los nombres de las personas que se conocen
recientemente.
Este cuadro se presenta de manera distinta
y diferente en las personas, para ello influye principalmente los años de
escolaridad, la ocupación laboral y el nivel intelectual previo. Y el impacto
que pueden tener en el desempeño de un individuo guarda una estrecha relación
con las expectativas, intereses, roles y ocupaciones del mismo.
Las investigaciones no se orientan solo a
caracterizar a las personas en función de su edad. Una cantidad importante de
ellas se orienta a la búsqueda de soluciones para las dificultades que se deben
enfrentar con el aumento de la edad. Así, los estudios han permitido determinar
que las funciones cognitivas que se van comprometiendo al envejecer, se pueden
fortalecer a través de programas de Estimulación Cognitiva, diseñados
especialmente para ello.
La estimulación cognitiva tiene como
propósito conservar la capacidad intelectual y enseñar estrategias que permitan
hacer mas despacio y compensar los cambios en el procesamiento mental que se
producen con el aumento de edad.
Se basa en la característica de
plasticidad cerebral que tiene el sistema nervioso, aún en el envejecimiento.
Se refiere a la capacidad adaptativa del cerebro de modificar su organización
estructural y funcional, en virtud de las experiencias vividas por el
individuo. Esto implica que pese a los cambios cerebrales que conlleva el
aumento de edad, el cerebro puede reorganizarse y así permitir tanto el
mantener las funciones cognitivas de la persona como el desarrollo de nuevas
habilidades.
Los programas de estimulación cognitiva
organizan actividades de ejercitación o compensación de habilidades, bajo
criterios de complejidad progresiva y funcionalidad. Son guiados por un
especialista, que actúa como mediador o facilitador del logro de las
actividades, dando estrategias que permitan paulatinamente y cada vez con mayor
autonomía, realizar actividades de mayor complejidad.
La finalidad última de la Estimulación
Cognitiva es favorecer la participación activa y el desempeño autónomo y funcional
de los adultos mayores en las actividades que desempeñan normalmente o en otras
nuevas que deseen aprender.
En las ventajas de la estimulación
cognitiva en los adultos mayores, cabe destacar:
·
Los programas pueden ser orientados a las características y
necesidades particulares de las personas a las que se dirigen, lo que permite
una intervención altamente personalizada.
·
Al ser una instancia de estimulación guiada por un profesional,
las habilidades no sólo se pueden preservar (como ocurre al ejercitarlas a
través de la lectura o resolviendo juegos de ingenio o crucigramas), sino que
se pueden aumentar y compensar.
·
El impacto que tienen en la protección de las funciones cognitivas
supera los que se derivan de una mayor edad.
·
Las habilidades que se ejercitan mantienen los niveles alcanzados
luego de su intervención. De hecho, habilidades entrenadas en pocos meses se
mantienen al menos por dos años.
·
Las habilidades que se ejercitan son relacionadas a las
actividades cotidianas, lo que favorece la autonomía y seguridad de las
personas.
·
Actúa como un factor protector frente al declive cognitivo de la
edad y al resultante de patologías como el Deterioro Cognitivo Leve y la
Enfermedad de Alzheimer.
·
Disminuyen el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y
de llegar a las etapas de mayor gravedad, posiblemente por retrasar sus
manifestaciones clínicas.
Dentro de los profesionales que pueden
diseñar y aplicar Programas de Estimulación Cognitiva para los adultos mayores
se encuentran los fonoaudiólogos (logopedas). Esto, por tratarse de
profesionales con amplios conocimientos respecto al lenguaje (incluyendo las
relaciones lenguaje-mente; lenguaje-cerebro y mente-cerebro) y los principios
de evaluación y terapia, ya que ellos cuentan con conocimientos básicos de
psicología del aprendizaje, neurología, neuropsicología y desarrollo humano.
Este bagaje de conocimientos lo capacita para valorar, desarrollar, fortalecer
y compensar habilidades mentales, de acuerdo las características y necesidades
de individuos particulares.
No obstante, no se puede desconocer la
valiosa contribución de otros profesionales a este campo, entre los que se
cuentan los neurólogos, psicólogos y terapeutas ocupacionales, quienes -desde
distintas perspectivas y con dominios de conocimiento diferentes-promueven y
posibilitan el mejoramiento de la calidad de vida del adulto mayor.
Ejercitemos
nuestro cerebro una de las grandes y maravillosas obras de Dios.
(Créditos: El presente artículo se elaboró con
consultas
a la Lic. Silvia
de Guevara, Logopeda)
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