viernes, 1 de febrero de 2013

Envejecer En El Hogar



La palabra hogar se usa para designar a un lugar donde un individuo o grupo habita, creando en ellos la sensación de seguridad y calma. En esta sensación se diferencia del concepto de casa, que sencillamente se refiere a la vivienda física. La palabra hogar proviene del lugar en el que se reunía, en el pasado, la familia a encender el fuego para calentarse y alimentarse. Se aplica también a todas aquellas instituciones residenciales que buscan crear un ambiente hogareño, por ejemplo: hogares de retiros, hogares de crianza, etc. Debemos ser sinceros al plantear que estas ultimas instituciones si bien es cierto muchas se esmeran por dar un parecido al hogar verdadero, no lo logran.

Por ello es que para el tiempo de la vejez, al anciano salir de la casa hacia un nuevo "hogar" o como se llame, también representa el estar abandonando sus recuerdos, sus vecinos, su barrio, su historia.

Lamentablemente, muchas personas por diferentes motivos que van desde la necesidad hasta la comodidad, recurren al uso de esos asilos de ancianos, llevando ahí a sus seres supuestamente amados. Digo supuestamente amados, porque salvo casos de real necesidad pueden justificar esa opción.

Es preferible adaptar los hogares familiares en lugar de la integración en un hogar de ancianos, la ansiedad que todo ser pasamos ante lo nuevo o desconocido es aun mayor en estas personas ya ancianas, al igual que preparábamos la casa para cuando un hijo va a nacer, creo debemos prepararla para nuestros ancianos. No olvidemos que ellos, nuestros viejos, son los artífices de lo que nosotros somos, son también los artífices de nuestra historia, pero lo mas importante de no olvidar, es que todos, aun cuando no nos guste que nos lo recuerden, vamos también en ese camino de la ancianidad. Hay que añadir que no se puede cuantificar: la pérdida de los recuerdos, acumulada a lo largo de los años, a menudo lejos de sus vecinos y amigos en su barrio.

La Organización Mundial de la Salud pide medidas urgentes para garantizar que con el rápido envejecimiento de la población mundial, las personas lleguen a una edad avanzada en la mejor condición posible. En los próximos años, por primera vez, el mundo tendrá más personas mayores de 60 años que los niños menores de 5 años. En 2050, el 80% de la población del mundo será de edad mayor en países con ingresos bajos y medios. Este es el momento de pensar en ello.

En 1991, la Asamblea General, en su resolución 46/91 , adoptó una serie de Principios de las Naciones Unidas para las Personas de Edad "mejores años de vida ganados", que incluye aspectos relacionados con los derechos humanos. Estos principios son un conjunto de principios rectores en materia de independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad.

El Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, aprobado en 2002 por la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, exige cambios en las actitudes, las políticas y las prácticas a todos los niveles y en todos los sectores para aprovechar el enorme potencial de envejecimiento en el siglo XXI.

El objetivo del Plan de Acción Internacional es asegurar que todas las personas puedan envejecer con seguridad y dignidad y para participar en sus sociedades como ciudadanos con plenos derechos. Si bien se reconoce que una jubilación saludable y plena se presenta temprano en la vida, el Plan pretende ser una herramienta práctica para ayudar a los responsables políticos a dar prioridad a los aspectos clave del envejecimiento de los individuos y las poblaciones.

Dado que el envejecimiento y sus problemas tienen aspectos en común para todos los países, las recomendaciones están diseñados para adaptarse a la diversidad de condiciones en cada país. El Plan reconoce las diferentes etapas de desarrollo y los períodos de transición en muchas áreas y la interdependencia de todos los países en el contexto de la globalización.

La promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, son esenciales para la creación de una sociedad para todas las edades en las que las personas mayores participen plenamente y sin discriminación y en igualdad de la igualdad. La lucha contra la discriminación basada en la edad y la promoción de la dignidad de las personas mayores es fundamental para que estas personas disfrutan del respeto que se merecen. Para ello, la relación recíproca entre las generaciones debe cultivarse, desarrollado y promovido por un diálogo efectivo.

Lo anterior indudablemente que demanda de una nueva concepción social de la ancianidad y es ahí en donde juegan un papel de primer orden las iglesias. Y es que amados hermanos, esta es parte fundamental para el cumplimiento del mandamiento: Honraras a padre y madre.

Como pastor evangélico, me parte el alma el ver y reconocer que en el pueblo de Dios, existe gran numero de ancianos mal atendidos y hasta desamparados. Cabe apuntar que por lo que observo en la sociedad este problema se presenta en toda iglesia sea o no evangélica.

Creo que debemos de empezar seriamente a dignificar a nuestros ancianos, ellos no son carga, son los seres que dieron lo mejor de su vida para que nosotros pudiéramos pasarla mejor en este mundo.

Si tienes o estas por tener en tu casa, según el paso del tiempo un anciano, acomoda tu hogar para él, ten presente que los ancianos pueden satisfacer la mayor parte de sus necesidades básicas en el hogar con un mínimo de asistencia.

Sin embargo, a menudo necesitan la ayuda de familiares y amigos para orientarlos y sugerir cambios en sus vidas que pueden hacer que la vejez sea más fácil.

Si tienes una persona mayor en tu vida, puedes tomar pasos positivos para ayudarle a mantenerse seguro y cómodo.

Algunas instrucciones o recomendaciones para este caso podrían ser:

  • Discuta con la persona mayor acerca de las necesidades de asistencia que tiene. Algunas personas mayores se resisten a admitir que necesitan ayuda.
  • Ayude a organizar todos sus documentos en un archivo.
  • Ponga avisos en el refrigerador.
  • Cuelgue un calendario en un lugar visible y marque fechas importantes.
  • Ponga lápices cerca de los teléfonos, para que pueda tomar notas fácilmente.
  • Haga una lista de números de teléfono de uso frecuente, incluyendo médicos, familiares, amigos, de transporte y contactos de emergencia. Escriba con letra grande y legible.
  • Asegúrese de que su casa sea segura.
  • Quite los cables y las alfombras que puedan provocar accidentes.
  • Amplíe los espacios entre los muebles.
  • Mueva los artículos de cocina a los estantes de más abajo.
  • Ponga un tapete antideslizante de goma en la bañera para evitar resbalones.
  • Instale una silla de baño en la bañera o ducha, si es necesario.
  • Conecte las luces de noche.
  • Asegúrese de que las alarmas, si las hay, estén funcionando y cambie las baterías con regularidad.
  • Asegúrese de que las cerraduras de puertas y ventanas funcionen correctamente.
  • Ayudar a la persona adulta a entrar y salir de la bañera puede ser necesario.
  • Ayúdele a organizar sus medicamentos en envases de píldoras con capacidad mensual o semanal.
  • Imprima un cuadro de medicinas, repuestos y las dosis en que se deben tomar los medicamentos.
  • Prepare varias comidas y congélelas, de manera que utilizando el microondas, puedan ser ingeridas.
  • Mantenga conversaciones regularmente con la persona adulta en cuestión, para ver si suena saludable, triste o preocupado.
  • Visítelo en persona tantas veces como sea posible.

Pero sobre todas las cosas, de gracias a Dios por darle la oportunidad de asistir a sus ancianos en su casa, Ellos Se Lo Merecen.

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