viernes, 7 de septiembre de 2012

La Orden Es: PARA ADELANTE



Éxodo 14:15 “...¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.” Y entre ellos iban todos los ancianos y ancianas del pueblo de Dios y la orden fue también para ellos.

¿Es lo mismo decir "anciano" que "viejo"?

¿Qué posibilidades reales tienen los "adultos mayores"- hombres y mujeres- para continuar mejorando cada día su calidad de vida?...

¿Es lo mismo hablar de "geriatría" que de " gerontología"?

 ¿Qué "espacio" tiene el " anciano" de hoy en la sociedad?

Si empezamos por responder la primera pregunta (¿Es lo mismo decir "anciano" que "viejo"?) iremos en sus respuestas contestando las demás, hagamos este ejercicio y respondamos:

 Anciano es quien tiene mucha edad; viejo el que sin importar la edad, perdió la jovialidad.

 La edad científicamente comprobado, causa degeneración de las células; la vejez degeneración del espíritu.

Usted es anciano, cuando reflexiona y se pregunta si algo de la vida vale la pena; usted es viejo cuando sin pensar, responde que no.

Usted es anciano cuando sueña, usted es viejo cuando apenas duerme. Todos tenemos derecho a soñar sin importar los años.

Usted es anciano cuando todavía aprende; usted es viejo cuando ya no enseña. Es nuestra obligación pasar el legado de nuestros conocimientos a los que vienen atrás.

 Usted es anciano cuando se ejercita en una u otra forma; usted es viejo cuando solamente descansa sedentariamente.

Usted es anciano cuando todavía siente amor y deseos por vivir plenamente; usted es viejo cuando solamente siente celos y manifiesta amarguras de su vida.

Usted es anciano cuando el día de hoy es el primero y lo hace el mejor del resto de su vida; usted es viejo cuando todos los días parecen ser el último de su larga vida.

Usted es anciano cuando su calendario tiene "mañanas" mirando esperanzado el futuro; usted es viejo cuando solamente tiene "recuerdo de los ayeres".

El anciano se renueva cada día que termina, porque mientras el anciano tiene sus ojos puestos en el horizonte, por donde el sol despunta e ilumina la esperanza, el viejo tiene su miopía mirando hacia las sombras del pasado.

El anciano tiene planes para mañana, para los próximos meses... para años venideros; el viejo tan solo tiene nostalgias.
El anciano se esfuerza y valientemente lucha lo que le resta de vida; el viejo sufre cobardemente lo que le falta hasta la muerte.

El anciano lleva una vida activa, llena de proyectos y plena de esperanzas. Para el viejo tan solo mira en los próximos minutos o días su fenecer.

Para el anciano el tiempo pasa más rápido, y la vejez nunca llega. Para el viejo, sus horas se arrastran, destruidas de todo sentido.

Las arrugas del anciano son más bonitas, porque fueron marcadas por la sonrisa; las arrugas del viejo son feas, porque fueron marcadas por la amargura.

En definitiva, el anciano y el viejo pueden tener la misma edad en el calendario, pero edades diferentes en el corazón.

Yo le deseo a usted, anciano, que viva una larga vida, pero por favor nunca se ponga viejo.

Y a esos jóvenes insolentes e irrespetuosos de los ancianos, esos jóvenes actuales les recuerdo que puedes ser joven y sin embargo estar viejo.

Del hombre a través de su ciencia sabemos que se ocupa de la medicina, para atendernos en todas las edades, en la nuestra (ancianos), lo hace por medio de:

La geriatría es aquella rama de la medicina que se interesa por dar respuestas científicas a las necesidades médicas de las personas de edad, por ejemplo: los problemas neurológicos o cardíacos en los ancianos.

En cambio, la "gerontología" se ocupa de estudiar la relación entre lo orgánico, lo psicológico y lo social desde una mirada interdisciplinaria y comprendiendo al envejecimiento como un proceso evolutivo normal, esperable e influenciado por el contexto sociocultural en el que se desenvuelve el adulto mayor, por ejemplo: estudia las necesidades emocionales y sociales de los hombres y mujeres de la llamada tercera edad o cómo responde el adulto mayor a las presiones del entorno social.

Pero por encima de todo esta Dios, que se ocupa en llamarnos ancianos de días, que nos da el aliento de vida en cada momento, que fortalece nuestro espíritu por el que sabemos que mañana será mejor; del que brota nuestra risa y alegría ante las cosas de la vida hasta las más diminutas. Hablamos de ese Dios que en nuestros achaques de salud viene y nos consuela con su sueño, su brisa, su amor.

Si pensamos en respondernos la ultima pregunta ¿Qué "espacio" tiene el " anciano" de hoy en la sociedad?, diría que hay que conservar ilusiones en la segunda juventud que termina a los 100 años.

Pero no creáis que sólo los que se dedican a las labores intelectuales llegan a nonagenarios. Puedo citar campesinos, amigos míos, a los que siempre están presentes en las operaciones agrícolas de importancia ya sea la siembra, la recolección o el almacenaje de granos y frutos.

Nadie es tan viejo que no piense vivir un año más, pero trabajan con el mismo entusiasmo en aquellas cosas aunque sepan que no recogerán el fruto de lo que siembran.

Plantad árboles que puedan aprovechar las generaciones venideras.

Recuerdo la anécdota de aquel anciano que tomó a su nieto de la mano, diciendo:

"Ven conmigo. Hoy vamos a sembrar".

El nieto le siguió obediente contemplando cómo su abuelo colocaba con cuidado una serie de palitos en la tierra y los regaba.

¿Qué es lo que haces abuelo?

Siembro manzanos.

Se quedó pensando el nieto y en su infantil lógica, dijo:

Pero, para qué siembras esos manzanos si cuando den fruto, quizás ya no estés en el mundo para comerlas

A lo que el abuelo contestó:

Si mis padres y abuelos hubiesen pensado así, ni tú ni yo hubiéramos comido manzanas.

Siembra hijo mío como siembro yo para que tus hijos y tus nietos puedan comer estas ricas manzanas que ahora vamos a sembrar para ellos.

Cuántos aprenden cosas nuevas en la ancianidad. Hay que emprender en la vejez con verdadero ardor las cosas que nos ilusionan, porque siempre tendremos un mañana para marchar.



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