viernes, 18 de enero de 2019

Las Personas Mayores Y El Abuso Financiero


Cuando honramos y cuidamos de nuestros padres, estamos sirviendo a Dios también. La Biblia dice: "Honra a las viudas que en verdad lo son. Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios… porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo." (1 Timoteo 5:3…4, 8).

No todas las personas mayores necesitan o quieren atención constante en las casas de sus hijos. Pueden preferir vivir en una comunidad con otras personas de su edad, o pueden ser capaces de total independencia. Independientemente de las circunstancias, todavía tenemos obligaciones a nuestros padres.

Si están en necesidad de asistencia financiera, les deberíamos ayudar. Si están enfermos, nos debemos cuidar de ellos. Si necesitan un lugar para vivir, debemos ofrecerles nuestro hogar. Si necesitan ayuda con el trabajo doméstico o el cuidado de su propiedad, deberíamos ofrecerles nuestro apoyo. Y si están bajo el cuidado de un asilo de ancianos, tenemos que evaluar las condiciones de vida en la institución para asegurar que nuestros padres estén siendo cuidados correcta y amorosamente.   

Bueno es que sepamos que existe un sector de clientes vulnerables en el negocio financiero, siendo ese, el segmento de los adultos mayores y dentro de este segmento, es aún más vulnerable el de las señoras mayores. En Gran Bretaña, desde el año 1815, existe una compañía que se denomina "Scottish Widows", o "Viudas Escocesas", que actualmente es una subsidiaria del Lloyds Banking Group. Fue fundada en Edimburgo por un grupo de escoceses quienes preocupados por el futuro de sus esposas y hermanas decidieron crear una empresa para resguardar sus bienes a la luz de las guerras de entonces.

Algo similar ocurre en la actualidad, quizá no ya por las perspectivas de guerras sino por otro tipo de enemigos, a veces hasta más peligrosos donde el enemigo no usa uniforme de guerra y no se lo puede distinguir de los buenos, sino todo lo contrario, se muestran como muy cercanos.

Por lo que leo0 y me ha tocado presenciar, debemos de cuidarlos de:

Abuso en la tasa de interés y comisiones:
Esto es muy habitual, frases como “¡Don Ramírez! ¿Cómo esta? Le estamos renovando su depósito a plazo y esta es la mejor tasa que existe, no va a encontrar otra mejor”. Es hasta “normal” esto por la baja capacidad negociadora de algunos clientes. Cobros de comisiones sin el debido aviso previo y claro, solo el contrato con letras pequeñas que se firma al pie para estar legalmente cubiertos. Muchos adultos mayores no tienen forma de validar que la tasa que le están ofreciendo por sus ahorros es realmente lo mejor que hay en el mercado para el mismo tipo de riesgo. Es un tema que los adultos mayores, no acompañados por asesores o parientes honestos y con conocimiento, muy fácilmente reciben tasas de interés por sus ahorros que estaban absolutamente lejos de la tasa de mercado.

Abuso en el riesgo ofrecido al cliente:
Son malas ventas de productos financieros a adultos mayores, por el sencillo motivo de que algunos ejecutivos tenían mayor comisión o un premio para el vendedor de la entidad financiera, local o internacional, sin tener en cuenta que realmente el producto financiero no era conveniente en absoluto para ese adulto mayor. En los casos que aún no han sufrido pérdidas, estamos obligados a reencaminarlos a la mayor velocidad posible en su portafolio de inversiones a sectores y áreas más seguras para su actual necesidad.

Abuso de parientes cercanos:
Piden codeudorías, “ayudas” no muy urgentes que digamos. Muchas veces con excusas y manipulación emocional. Muchas veces sin ninguna real necesidad de subsistencia, existen tantos casos de hijos y nietos que deberían adaptarse a su real nivel de vida, pero que optan por mantener un nivel de vida irreal apoyados en sus padres o abuelos, manipulándolos emocionalmente y quitándoles un dinero que está destinado inicialmente a garantizar los gastos de salud y de subsistencia de dichos adultos mayores. Muchos hijos y nietos cometen muy frecuentemente el error de confundir capital con interés. Dicen “el abuelo tiene mucho dinero”, (quizá tiene buen capital, pero es lo que le está generando su actual ingreso y su jubilación). Clásico error de confundir capital con interés.

Abusos de anteriores socios y accionistas con el advenimiento de nuevas tecnologías y nuevas generaciones o nuevos proyectos que exceden al conocimiento técnico de nuestros adultos mayores clientes:
En las empresas familiares donde ha habido una sucesión ya de tercera generación, los adultos mayores del medio pueden fácilmente ser presa del aprovechamiento de otros accionistas que manipulando emocionalmente al socio, buscan sacar provecho del mayor valor de sus acciones en favor propio o de otras personas ajenas al adulto mayor que queremos defender y cuidar.

Las personas de bien, (hijos, nietos o sobrinos) que deseen lo mejor para sus adultos mayores, salvo que ellos se sientan seguros en términos de conocimiento financiero y que tengan el tiempo para ayudarles, deben realmente contratar a un asesor de confianza para evitar que el patrimonio no sea objeto de abusos, ya sea de entidades financieras o de personas inescrupulosas que se acerquen a sus adultos mayores. Si desean un nivel aun mayor de perfección en los controles, para garantizar que el patrimonio del adulto mayor sea bien administrado –en forma vitalicia y hasta que pase a nuevas manos- se debería construir una estructura fiduciaria que estipule claramente el destino y uso del patrimonio familiar o personal, así como definir qué nivel de riesgo se desea tomar y cuál es el objetivo de ese patrimonio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario