viernes, 17 de agosto de 2018

Eclesiastés 12 Un Punto Vista A La Vejez Parte 2 de 2


Y Salomón continuó hablando de la ancianidad llegando has un punto que para algunos es trágico, porque ahora habla de los efectos psicológicos.

Leamos el versículo 5: "Cuando se tema también a las alturas, y se llene de peligros el camino, y florezca el almendro, y la langosta sea una carga, y la alcaparra pierda su efecto; porque el hombre va a su morada eterna, y rondarán por las calles quienes hacen duelo"

Dice aquí la primera frase "cuando se tema también a las alturas". Es decir, que a los ancianos ya no les gusta viajar como cuando eran jóvenes. Y las cosas pequeñas les preocupan, cosas que en otras épocas no les molestaban, considerándolas insignificantes. Después dijo Salomón: "Y se llene de peligros el camino". Las cosas ya no se disfrutan como se disfrutaban en el pasado. Hay personas ancianas a las que les encantaba viajar y recorrer grandes distancias, por todos lados. Cuando eran jóvenes no se preocupaban tanto de la forma en que viajaban, ni del estado de los vehículos, ni del medio de transporte utilizado. Les gustaba la aventura de lo imprevisible, las situaciones nuevas, la improvisación y el cambio de planes. Pero cuando pasan los años, las cosas cambian, entonces se preocupan por detalles que antes no les preocupaban y de todas formas se sienten inseguras o experimentan temor ante cualquier alteración del plan previsto o situación que pueda representar un peligro.

Luego, se nos dice siguiendo con el versículo 5, "y florezca el almendro". Cuando florece el almendro, muestra flores blancas. Y eso quiere decir que la persona que está cercana a la ancianidad verá que su cabeza se llena de canas, sus cabellos se tornan grises, luego blancos. O si no, quizás se pierdan completamente por efectos de la calvicie y Salomón sigue diciendo en este versículo 5: "y la langosta sea una carga". ¿Cómo puede una pequeña langosta llegar a ser una carga? Es que cuando llega la ancianidad, hechos o detalles pequeños que nunca molestaban, se convierten en una carga. Pongamos por ejemplo a los nietos. Si usted es ya un anciano y tiene nietos, por supuesto que usted los ama y le gusta pasar algún tiempo con ellos; pero después de unas horas, usted respira con alivio cuando sus padres se los llevan, ¿no es verdad? Porque las fuerzas fallan, la capacidad de resistencia ya no es la misma y la paciencia se agota más rápidamente. Entonces hasta las pequeñeces se convierten en una carga.

Dice este mismo versículo 5: "y la alcaparra pierda su efecto". Lo que sucede es que el organismo del anciano está tan debilitado que las propiedades estimulantes de esa planta llamada alcaparra ya no surten efecto. Además, se produce una pérdida del apetito. Y finalmente dice este versículo 5, "porque el hombre va a su morada eterna y rondarán por las calles quienes hacen duelo". Al acercarse la muerte, el ser humano se encuentra próximo a la eternidad.

Continuemos la descripción leyendo el versículo 6: "Antes que la cadena de plata se quiebre, se rompa el cuenco de oro, el cántaro se quiebre junto a la fuente y la polea o rueda se rompa sobre el pozo"

En este versículo tenemos una lista de órganos del cuerpo, que, hacia el final de la vida, comienzan a dejar de funcionar o funcionan defectuosamente. Esa "cadena de plata" es la médula espinal. Ese "cuenco de oro" es la cabeza, la cavidad o receptáculo para el cerebro. El funcionamiento del cerebro decrece en eficiencia con el aumento de la edad y en el momento de la muerte deja de funcionar por completo. "El cántaro que se quiebra junto a la fuente", se refiere a los pulmones. "La polea o la rueda que se rompe sobre el pozo" es el corazón. Ya no se bombea sangre a través del cuerpo. Toda esta descripción es una imagen del deterioro de la ancianidad que, finalmente, conduce a la muerte. La vida no puede mantenerse sin el funcionamiento de estos órganos.

En el versículo 7, dice el escritor: "Antes que el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio."

El alma no duerme. Y nos gustaría que aquellas personas que usan versículos del libro del Eclesiastés para apoyar sus ideas sobre el sueño del alma, solo continuaran leyendo hasta que llegaran a este versículo. El cuerpo descansa, el espíritu regresa a Dios, que fue quien lo dio y el alma por un momento va bajo el altar de los sacrificios leamos Apocalipsis 6:9…11 “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” Esto es porque una vez que alguien muere entonces “su alma va al cielo, donde vive con Dios o va al infierno donde es atormentada eternamente” pero de cualquiera de ambas formas no duerme.

Luego, en el versículo 8, leemos: "¡Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad!"

Amigo lector, la vida es un verdadero vacío si usted la está viviendo nada más que para aquí y ahora. Pido a Dios que algún día usted descubra que todo lo que tiene en su mano es nada más que un puñado de cenizas y que delante suyo, se encuentra toda una eternidad. Un escritor lo expresó de la siguiente manera: "Cuando era niño reía y lloraba y el tiempo se arrastraba; cuando era joven soñaba y hablaba y el tiempo andaba; cuando llegué a la madurez, el tiempo echó a correr; cuando llegué a la vejez, el tiempo voló veloz; y muy pronto, al seguir mi andar, el tiempo desapareció."

Alguien describió esto de la siguiente manera: "Tú sabes Señor que estoy envejeciendo". Y siguió diciendo: "El fuego de mi juventud comienza a arder sin llamas; de alguna forma tiendo a recordar y a hablar de los días buenos que comienzo a echar de menos. Tengo un humor cambiante, mandón, y pienso que todos deben obedecer mis órdenes inmediatamente. Ayúdame, Señor, a ocultar mis dolores y a darme cuenta de mis propias equivocaciones. Haz de mí una persona dulce, silenciosa, serena; en lugar de ser áspero, amargo y malo". ¡Que el Señor nos ayude a envejecer con dignidad!

Luego, en los versículos 9 al 11, leemos: "Cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo. Escuchó, escudriñó y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables y escribir rectamente palabras de verdad. Las palabras de los sabios son como aguijones, y como clavos hincados las de los maestros de las congregaciones, pronunciadas por un pastor." De ninguna manera deberíamos despreciar la sabiduría del pasado, ni negarnos a ser enseñados.

Y el versículo 12, dice: "Ahora, hijo, a más de esto acepta ser amonestado. No tiene objeto escribir muchos libros; el mucho estudio es fatiga para el cuerpo." De acuerdo con la conclusión del escritor, la educación por sí sola, no resuelve los problemas de la vida.

En el versículo 13, ya Salomón nos habla del resultado del experimento: "El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre."

Aquí se destaca el mandato "Teme a Dios". Éste es el mensaje del Libro de los Proverbios, así como el mensaje de este pasaje. A la luz del experimento realizado "debajo del sol", una actitud sabia es tener un temor de Dios que significa reverencia, adoración y obediencia hacia Él. Y "guarda sus mandamientos", que implica satisfacer las condiciones de Dios para la salvación, a la edad que sea, fundamentada en la fe en Dios. Para Abel, hijo de Adán, implicó traer un cordero. Para Abraham significó creer las promesas de Dios. Para el pueblo de Israel implicó acercarse a Dios por medio de un sacrificio en el tabernáculo y en el templo. Para nosotros significa responder a la siguiente invitación: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo". (Hechos 16:31)

Leamos finalmente el versículo 14: "Pues Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala."

Aquí dice "Dios traerá toda obra a juicio". O sea que, Dios juzgará a cada individuo, porque cada uno es un pecador culpable delante de Dios. Cristo sufrió nuestro juicio; Él murió una muerte de juicio. Nuestros pecados están sobre Cristo por la fe en Él, o si no tendremos que presentarnos ante el Gran Trono Blanco para el juicio. 

Al comienzo de este capítulo 12, leímos: "Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud". ¿Por qué? Por una razón muy concreta: porque en lo que respecta a la salvación las oportunidades de ser salvo son mayores. Las estadísticas demuestran que más personas vienen a Cristo cuando son jóvenes. Pero eso no quiere decir que las personas mayores no puedan aceptar a Cristo y ser salvas. Por nuestra experiencia, conocemos muchísimos casos de personas de avanzada a edad que comienzan a establecer una relación con Dios.

La segunda razón por la cual Salomón apeló especialmente a los jóvenes es porque ellos tienen toda una vida de servicio para ofrecer a Dios. En la Biblia, aquellos que ofrecieron un verdadero servicio, que tuvieron algo que ofrecer a Dios, fueron hombres jóvenes. Recordemos José, Moisés, Daniel, Jeremías, Gedeón, David y Saulo de Tarso, Timoteo, y tantos otros hombres y mujeres que uno podría nombrar.

No existe pues, ninguna respuesta a los problemas de la vida debajo del sol. Jesucristo es la única solución. ¿Por qué no entregarse a Él o reconciliarse ahora mismo? Él dijo, en Juan 6:37: "El que a mí viene, no le echo fuera". ¡Acuda usted a Cristo Jesús ahora mismo y sea salvo por toda la eternidad!... REFLEXIONE






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