sábado, 31 de marzo de 2018

Honor Y Preparación Para La Vejez (Parte 2)


Otra forma de honrarlos es el sostener a nuestros ancianos

Explícitamente en la Biblia vemos que cuando se habla de honrar a los padres ancianos se refiere a la ayuda económica que les debemos dar. Podemos ayudarles alzando sus manos cansadas como lo hicieron Ur y Aaron con Moisés. Ellos nos han bendecido durante su vida y lo siguen haciendo ahora mediante sus buenos consejos. Jesús reprendiendo a los fariseos por su hipocresía les dijo: Mateo 15:4…6 “Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte”. Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decir a su padre o a su madre: “Cualquier ayuda que pudiera darte ya la he dedicado como ofrenda a Dios”. En ese caso, el tal hijo no tiene que honrar a su padre. Así por causa de la tradición anulan ustedes la palabra de Dios

Se entiende que los fariseos enseñaban a sus feligreses a no ayudar económicamente a sus padres ancianos quebrantando de este modo el mandamiento de la honra.

Una de las buenas costumbres en la iglesia primitiva, tanto en la iglesia de Jerusalén como las iglesias gentiles, era ayudar a las viudas de más de 60 años cuyos familiares no estaban cerca de ellas para ayudarles y que habían servido a Dios en la juventud. Remunerando de este modo, en gratitud, por todo el trabajo hecho en vida. Hoy no obstante muchos padres son abandonados en asilos públicos, hospitales gubernamentales e incluso en las calles, dejados a su suerte.

Hay sectores de la sociedad que han dicho que es algo malo llevarlos a un asilo de ancianos. Es malo si es la forma de deshacernos de ellos como tirarlos porque ya no son útiles, puede ser bueno si ese lugar es un lugar de descanso, de esparcimiento, un lugar de cuidado y donde constantemente se vele por ellos y su familia no deje de visitarlos constantemente. Porque puede darse el caso de tenerlos en la casa y de igual forma descuidarse de ellos

Se debe de tener presente que Pablo dice que quiénes deben ayudar a los ancianos, es primero la familia y luego la iglesia, 1 Timoteo 5:3…4 “Reconoce debidamente a las viudas que de veras están desamparadas. Pero, si una viuda tiene hijos o nietos, que estos aprendan primero a cumplir sus obligaciones con su propia familia y correspondan así a sus padres y abuelos, porque eso agrada a Dios.

La tercera forma que podemos honrar a los ancianos es darles un trato amable

1Timoteo 5:1 dice “No reprendas con dureza al anciano, sino aconséjalo como si fuera tu padre.”

El joven o adulto, no debe tratar al anciano como si fuera otro más de su majada porque tanto en su aspecto físico, mental o emocional pueden sufrir ciertas debilidades y enfermedades por lo cual en amor debemos darles la más alta consideración.

A veces solemos ser rudos con ellos y olvidamos del cuidado y paciencia que ellos tuvieron por nosotros. Más bien, si alguna vez nos toca corregirlos debemos hacerlo con mucho respeto y paciencia porque esto demuestra que independientemente de la vida que hayan tenido o las actitudes que ahora muestren nosotros tenemos la mejor intención de honrarlos.

Si me preguntaran ¿Qué deben hacer los ancianos y qué deben pensar?, basado en Salmo 71 y otros pasajes bíblicos, podría decir que los ancianos deben:

1.    Confiar y depender de Dios. Abraham es un excelente ejemplo, es quien a su edad de cien años fue llamado por Dios y heredó sus bendiciones por la fe en las promesas. Fue un hombre que se seguía arriesgando a tomar decisiones y a obedecer a Dios. Génesis 24:1 nos ilustra: “Abraham estaba ya entrado en años, y el Señor lo había bendecido en todo

2.    Creer que Dios cumplirá su propósito en ellos y sus generaciones

3.    Servirle en la vejez: Con Dios no hay jubilación: aún pueden ser de utilidad como Moisés, como Caleb, como Pablo o Pedro cuando escribieron sus últimas cartas.

4.    Ser un ejemplo para sus nietos y para la gente más joven: Hay consejo para las personas de tercera edad. Está en la Biblia, Tito 2:2...5, “Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”.

5.    Olvidar lo malo, disfrutar de lo bueno, ponerse a cuenta con Dios.

6.    Prepararse para la eternidad recibiendo a Cristo en el corazón.

7.    Buscando la paz para con el prójimo y la familia, reconciliándose y perdonando.

8.    Los cristianos si realmente somos educados bajo los preceptos del Reino de Dios, debemos tener y expresar un reverente respeto por los ancianos en general y especialmente por los que se ocupan en la predicación o la enseñanza. “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar” (1 Timoteo 5.1)

Saber llegar a esa etapa de la vida es también un reto a superar. Muchos en nuestro tiempo tratan de parar el tiempo y parecer jóvenes siempre. Pero cien por ciento seguro que no lo conseguirán. 

Los jóvenes y adultos en general deben considerar que un día serán ancianos, por lo tanto, bueno es que se cuiden y aprovechen su tiempo, preparándose para llegar a esa etapa. No sea que llegue a ser como dice Eclesiastés 12:1 “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;”.

Es hoy cuando debemos sembrar para que un día cosechemos honra, debemos sembrar para tener un buen carácter, buenos recuerdos y una familia que nos ame.

Deberíamos preguntarnos ¿Cómo quiero que sean mis años en la última etapa?

Las personas hacen planes a corto plazo, a mediano y a largo, pero pocos empiezan a pensar en que serán ancianos sino a partir de los 40 o 50. La mejor forma de llegar a una ancianidad llena de buenas anécdotas y experiencias es acordarnos de nuestro creador hoy y seguir sus mandamientos mientras que disfrutamos de este tiempo.

Eclesiastés 11:9…10 “Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo


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