viernes, 7 de noviembre de 2014

Viejitos Y Viejitas Al Volante

Conducir máxime en trafico pesado, a veces puede ser un reto para los adultos mayores. Existen algunos consejos de seguridad para los conductores de mayor edad,

La seguridad del conductor adulto mayor, requiere más que la comprensión de las señales de tráfico y las normas de tráfico. A medida que envejece, es probable que note los cambios físicos que pueden hacer que ciertas acciones como girar la cabeza para mirar el tráfico del lado o el rápido frenado con seguridad se vuelva más desafiante. Aún así, los conductores mayores pueden permanecer a salvo en el camino. Considere los siguientes consejos para los conductores de más edad.

1. Manténgase físicamente activo

Mantenerse físicamente activo mejora la fuerza y la flexibilidad corporal. A su vez, la actividad física puede mejorar la seguridad del conductor por lo que es más fácil de girar el volante, mirar por encima de su hombro y hacer otros movimientos durante la conducción y el parqueo.

Busque la manera de incluir actividad física en su rutina diaria. Caminar es una excelente opción para muchas personas. Estiramiento y entrenamiento de fuerza ejercicios son útiles para los conductores de edad avanzada. Si usted ha sido sedentario, primero consulte a su médico antes de aumentar su nivel de actividad.

2. Horario visión regular y pruebas de audición

Algunos sentidos, como el oído y la vista, tienden a disminuir con la edad. Personas con discapacidad auditiva puede ser una preocupación para los conductores de edad avanzada, al limitar la capacidad de oír un vehículo de emergencia que se aproxima. Los problemas más comunes relacionados con la edad de la visión, como las cataratas, el glaucoma y la degeneración macular, también puede hacer que sea difícil ver con claridad o en coche por la noche.

Pregúntele a su médico con qué frecuencia debe programar pruebas de visión y audición. Incluso si usted piensa que su audiencia y la visión están bien, se adhieren a calendario de exámenes recomendado por su médico. Los problemas pueden ser más fáciles de corregir si se detecta a tiempo.

3. Administrar las condiciones crónicas

Trabaje con su médico para controlar las enfermedades crónicas, especialmente las que puedan afectar a la seguridad del conductor, como la diabetes o convulsiones. Siga las instrucciones del médico para el manejo de su enfermedad y cómo mantenerse seguro al volante. Esto podría incluir el ajuste de su plan de tratamiento o la restricción de su conducción.

Es igualmente importante que conozca sus medicamentos. Muchos medicamentos, incluyendo medicamentos para el dolor, medicamentos para dormir, antihistamínicos y relajantes musculares pueden afectar a la seguridad del conductor, incluso cuando se sienta bien. Lea las etiquetas de los medicamentos para que usted sepa qué esperar de cada uno. No conduzca si ha tomado medicamentos que provocan somnolencia o mareos. Si usted está preocupado acerca de los efectos secundarios o el impacto en la seguridad del conductor, consulte a su médico.

4. Comprenda y acepte sus limitaciones

Tenga en cuenta sus limitaciones físicas para hacer los ajustes necesarios. Por ejemplo, si sus manos duelen cuando agarre el volante, utilizar una cubierta del volante que hace que la celebración y girando la rueda más cómodo. Usted puede preguntar a su médico que lo refiera a un terapeuta ocupacional, que puede ofrecer dispositivos de asistencia para ayudar a sugerir ejercicios para ayudarle a superar sus limitaciones.

También puede ajustar su vehículo o de elegir un vehículo diferente para satisfacer mejor sus necesidades. Por ejemplo, los vehículos que cuentan con marcadores grandes son más fáciles de leer y a menudo populares entre los conductores de edad avanzada.


5. Conducir en condiciones óptimas

Usted puede mejorar su seguridad al conducir solo durante el día, con buen tiempo, en las carreteras tranquilas y en áreas familiares. Si la visibilidad es pobre, considerar retrasar su viaje o el uso de transporte público. Más allá de las condiciones del camino, asegúrese de que está en óptimas condiciones para conducir. No conduzca si esta cansado o enojado y nunca conducir después de beber alcohol.

6. Planee con anticipación

Al salir en su vehículo, esté preparado. Planee su ruta con tiempo para que usted no necesite leer un mapa o direcciones durante la conducción. Si utiliza un dispositivo GPS, introduzca su destino antes de empezar a conducir. En caso necesario, llamar con anticipación para las direcciones. Mientras que usted está conduciendo, no haga nada que distraiga su centro de atención de la carretera, tal como comer, hablar por su teléfono celular, mensajes de texto o el ajuste de la radio.

7. Actualice sus habilidades de conducción

Considere tomar un curso de actualización para los conductores. Actualizar sus habilidades de conducción podría incluso ganar un descuento en su seguro del carro, dependiendo de su póliza.

Si queda confundido mientras está conduciendo o usted está preocupado acerca de su capacidad para conducir con seguridad, considere la posibilidad de tomar el autobús, el uso de un servicio de transporte.

Renunciar a las llaves del coche no significa poner fin a su independencia. En lugar de ello, consideramos que es una manera de mantener a sí mismo y a otros a salvo en el camino.

Recordemos que todos somos responsables de nuestros actos, respecto de nuestras familias y de quienes nos rodean. Muchas veces pedimos ayuda a Dios o confiamos en la ayuda de Dios, mientras ponemos todo de nuestro lado para que las cosas nos resulten mal. ¿Y que se puede decir entonces cuando la tragedia llega a nuestra vida?. ¿A quien podemos culpar sino a nosotros mismos?.

Dios actúa en nuestra vida cuando somos dignos hijos suyos, cuando nuestras acciones son justas, responsables, medidas y orientadas hacia los demás. Cuando actuamos irresponsablemente nos alejamos de lo que Dios espera de nosotros, ya que Dios es orden y mesura también.


Seamos buenos conductores, manejemos con delicadeza nuestras vidas, de tal modo de llegar al destino con la valiosa carga a salvo: nuestra propia vida y las de aquellos que nos han sido confiados.

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