La vida de las personas adultas mayores no tiene por qué ser pasiva o
carente de participación en distintos ámbitos de la sociedad. Más aún, debe ser
una preocupación de todos, donde el conjunto de cambios individuales, asociados
al envejecimiento no impliquen una pérdida de oportunidades y mucho menos de
sus derechos.
El mundo se encuentra inmerso en un proceso de crecimiento acelerado
de su población adulta mayor. Definitivamente, los cambios asociados a este
proceso en el envejecimiento poblacional y los retos que conlleva son inéditos
en la historia de cada una de las sociedades y sin duda deben ser vistos y
enfrentados en un plazo relativamente corto, específicamente en el propiciar un
envejecimiento y una vejez con calidad, ante todo.
Por lo tanto, cada país debe contar con un conjunto de instrumentos de
protección e instituciones que garanticen una vejez verdaderamente digna.
Si bien es cierto existen múltiples condiciones asociadas al envejecimiento
y estudios sobre este, no se cuenta con un consenso sobre la edad a la cual se
es parte de este grupo, tanto así que la Organización de las Naciones Unidas
considera que es a partir de los 60 años, mientras que, en los países
desarrollados, la diferencia se marca a los 65.
El desarrollo educativo en las sociedades de nuestra América Latina,
fue paulatinamente creando en su currículo la carrera y luego el post grado en
Geriatría con una visión de lo que en los años venideros ocurriría. Poco a poco
esta corriente afecto el área política y se inicia a legislar con el supuesto
de propiciar una nueva visión y enfoque en la atención del adulto mayor. Son
creadas las leyes para la persona adulta mayor y actualmente (año 2019),
habiendo ya transcurridos sus años de estar hablando de este rubro en el que se
establecen los derechos y beneficios para las personas adultas mayores, se
comienzan a evidenciar grandes diferencias en lo que respecta a estos
beneficios y derechos en esta población.
En la mayoría de nuestros países latinoamericanos, las diferencias
desde el punto de vista de atención en salud se comienzan a marcar en
situaciones muy particulares para cada una de las regiones. Y es que a pesar de
los múltiples esfuerzos que se han tratado de realizar durante estos años por
mejorar la atención de los adultos mayores, queda la sensación, basada en el
diario vivir de que éstos no han surtido el efecto deseado en la atención de
calidad para el adulto mayor. Se ve, se siente, se percibe cada día el abandono
o la falta de importancia hacia ellos.
Si bien es cierto datos poblacionales evidencian que la población
envejecida mayor de 60 años va en aumento y se “supone” que las Leyes
promulgadas garantizan la calidad de atención para este grupo etario, la
situación es realmente muy diferente, sobre todo, cuando tomamos en cuenta la
diferencia de la prioridad en el servicio que reciben otros grupos
poblacionales, si lo aplicamos al adulto mayor, en situaciones realmente
básicas, se puede evidenciar que esa atención no ha sido la mejor.
Y es que no solo la formación de especialistas en este campo se vuelve
importante pues no hay duda de que el recurso profesional es necesario, sino
también los aspectos relacionados al desempeño de estos profesionales.
En nuestros países, existen datos tan claros en cuanto a la desventaja
en que se encuentra la atención a los adultos mayores, que no solo está
relacionada con el acceso a los sistemas de salud como el nuestro, sino también
con la capacidad de desenvolverse dentro de un sistema que no crea los
mecanismos necesarios para que los profesionales relacionados con la atención
en salud puedan brindarla.
Ejemplos claros se evidencian cada día en aspectos tan particulares
como las ventajas de contar con profesionales de calidad en el área de
Geriatría y en muchos casos no tener las herramientas suficientes de atención e
incluso espacios físicos y no físicos reales y dignos para la atención de los
adultos mayores.
Existen lugares en donde incluso la incursión de especialistas en el
área, grupos con enormes ansias de realizar una labor de calidad como se
aprende en nuestra formación, ha sido muy complicada; con dificultad para crear
espacios, no contar con un lugar para brindar una atención digna, para elaborar
e implementar programas; pues incluso dentro de la misma institución muchas
veces no se cuenta con las herramientas que conviertan la atención de las
personas adultas mayores en una atención diferenciada dadas las características
de este grupo poblacional.
Si cada uno de nosotros hiciera conciencia de lo importantes que son
los adultos mayores, es probable que las cosas cambien; en especial cuando los
que tienen la capacidad de decisión le brinden los espacios y herramientas
necesarios para una atención de calidad.
Es urgente tener una mirada más positiva sobre el papel de nuestros
mayores en la sociedad y pensar en soluciones constructivas hacía un futuro
mejor. Teniendo una perspectiva más positiva en mente, Estamos ante una
oportunidad única para un cambio social y científico en lo que respecta la
adaptación del entorno a una población envejecida y es urgente cambiar la forma
de como entendemos el papel de los adultos mayores en la sociedad.
Debemos considerar que, si tenemos una gran población de personas
mayores, emocionalmente estable, informada y relativamente saludable, sin duda
que es buen recurso.
Para mejor entender cómo el papel del anciano en nuestra sociedad
puede ser importante para una sociedad mejor, es esencial comprender de dónde
venimos y hacia dónde queremos ir. Te invitamos a explorar la ambigüedad de
papeles que se les otorgaba a las personas mayores a lo largo de la historia y
finalmente, antever el camino hacia una sociedad más inclusiva de las personas
mayores.
No basta con conocer o cuestionarse si se brinda atención o no, lo
realmente importante es lograr que esa atención o servicio que se da sea el
adecuado con el fin de mejorar la calidad de vida de nuestros ancianos, pero,
sobre todo, con el objetivo de evitar discapacidad y aumentar funcionalidad.
Nuestras sociedades han hecho a nuestros ancianos perezosos, aun a
costa de su negación, pero lo peor es que el anciano se ha adecuado y acomodado
a ello, pero Dios reclama: “Perezoso, ¿hasta cuándo has de
dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?” Proverbios 6:9
Anciano eres valiosos, tu tarea no ha terminado, levántate y anda,
continúa haciendo de tú vida, TU vida y no la que te quieren imponer.
Y tú, si tú, ese que ahora proyecta y dirige, ese joven que también
llegara a viejo, te has preguntado: ¿Cuán importantes son nuestros adultos
mayores?
La respuesta está en sus manos. ¡Unámoslas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario