A medida
que pasan los años vemos como nuestro aspecto y actitudes van cambiando.
Llegamos a una edad en que las arrugas comienzan a poblar la piel y las hebras
de plata nuestros cabellos, la memoria ya no funciona como en la juventud y nos
enfrentamos a un momento crucial para muchos adultos mayores, la jubilación
para algunos o la salida de circulación del aparato productivo para otros.
Para
algunos, la desocupación es una situación compleja que los expone a dejar su
trabajo, sintiéndose aún capaces de aportar a la sociedad. Otros ven esta
oportunidad de disfrutar y aprovechar de su tiempo libre como nunca lo han
podido hacer.
Vivimos
en una sociedad que no valora la experiencia de los adultos mayores, haciendo
que para muchos llegar a la tercera edad puede ser deprimente. Para otros, el
envejecimiento es una etapa de la vida que ofrece muchas oportunidades para ser
feliz y disfrutar de la vida.
Job
12:11…13 “Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las
viandas. En los ancianos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia.
Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia”
Envejecer
es un privilegio, un arte, un regalo. Sumar canas, arrancar hojas en el
calendario y cumplir años debería ser siempre un motivo de alegría. De alegría
por la vida y por lo que estar aquí supone. No te lamentes de envejecer.
Y es que
vivir tiene la peculiaridad de que va de la mano con el tiempo, que hace que en
nuestro rostro aparezcan arrugas y que de vez en cuando tengamos achaques. Pero
todo eso es el reflejo de la vida, algo de lo que nos podemos sentir muy
orgullosos, es algo tan natural y propio de la edad como fue el balbuceo que
tuvimos previo al hablar cuando estuvimos pequeños.
Tenemos
que agradecer la oportunidad de cumplir años, pues gracias a ello cada día
podemos compartir momentos con aquellas personas que más queremos, podemos
disfrutar de los placeres de la vida, dibujar sonrisas y construir con nuestra
presencia un mundo mejor…
Las
arrugas nos recuerdan dónde han estado las sonrisas
Las
arrugas son un sincero y bonito reflejo de la edad contada con las sonrisas de
nuestros rostros. Pero cuando empiezan a aparecer nos hacen darnos cuenta de lo
efímera y fugaz que es la vida.
Como
consecuencia con frecuencia esto nos hace sentir molestos e incómodos cuando en
realidad debería ser un motivo de alegría.
¿Cómo es
posible que nos entristezca tener la oportunidad de cumplir años?
Porque
tenemos miedo de que al envejecer perdamos capacidades, porque pensamos en la
vejez como un castigo, de manera peyorativa y humillante. Del mismo modo
cumplir años nos hace mirar hacia atrás y plantearnos qué hemos hecho durante
nuestra vida.
Dar gracias
por cada año cumplido
Deberíamos
agradecer a la vida la oportunidad de permanecer y de tener la capacidad y la
conciencia de disfrutar. ¿Qué sentido tiene lamentarnos y quejarnos por tener
posibilidades? ¿No es verdad que daríamos lo que fuese por tener a aquellos que
perdimos a nuestro lado? ¿Por qué no le ponemos ganas a la vida y dejamos de
disimular nuestro caminar?
Cumplir
años debería ser un motivo de alegría. Cada día significan 1440 minutos de
nuevas opciones, de maravillosos pensamientos, de cientos de matices en
nuestros sentimientos. Cada segundo nos hace más capaces de experimentar y de
aprovechar todas las opciones que nos brinda nuestro alrededor.
Cada año
es una medalla, una oportunidad para atesorar recuerdos, para hacer nuestros los
instantes, para soplar las velas con fuerza y orgullo. Desea seguir cumpliendo
sueños, segundos, minutos, horas, días, meses y años… Y, sobre todo, poder
celebrarlo con la vida y la gente que te rodea. Que os veáis y os sintáis
plenos, arrugados y felices.
¿Qué
cuántos años tengo?
Tengo la
edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir
creciendo.
Tengo los
años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos y las ilusiones se
convierten en esperanza.
¿Sabes
cómo son los adultos mayores de hoy? Después de leer estas características
verás lo importante que es la experiencia para el desarrollo de nuestra
felicidad.
1.
Alcanzan el bienestar
La
experiencia nos permite conocernos mejor, siendo capaces de controlar nuestras
conductas sociales e instintos emocionales. Al llegar a la tercera edad,
sabemos quiénes somos permitiéndonos ser más feliz.
2. Son
mentalmente más agudos
Aunque
muchas veces los adultos mayores son menospreciados en el mundo laboral por sus
competencias, ellos alcanzan altos niveles de concentración en tareas
específicas. Además, logran tener el mismo desempeño que una persona más joven,
en tareas orientadas a sus capacidades.
3. Poseen
más habilidades sociales
Según un
estudio de la Universidad de Michigan, los adultos mayores son capaces de
resolver de mejor forma conflictos sociales, ya que tienden a tener posturas
más objetivas respecto al problema que se les plantea. A su vez, son capaces de
dar soluciones y consejos más razonables, de lo que podría dar alguien menor.
4. Tienen
menos estrés
Aunque
los adultos mayores llevan consigo problemas propios de la edad, aún así,
consiguen dejar otros atrás. El estrés que produce el exceso de trabajo o los
problemas relacionados con la crianza y crecimiento de los hijos, se ven
aminorados pasados los 65 años. Mantienen vidas más resueltas en todo sentido,
lo que produce una disminución de la ansiedad.
5.
Mantienen matrimonios estables
Las
parejas que han estado unidas por largos años, han pasado por procesos
difíciles, permitiéndose aprender del otro. Los adultos mayores tienden a
demostrar de mejor manera su amor y respeto. Además, la ausencia de los hijos
en la casa permite a los matrimonios reunirse nuevamente.
¿Se te
ocurren otras ventajas de la tercera edad?
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