Un magnifico poema para recapacitar:
Muchas veces, más allá de una vida de prisa y
carreras, no somos capaces de valorar lo que tenemos, lo que vemos;
desperdiciamos el tiempo en cosas que no lo merecen, no porque sean irrelevantes,
sino porque nuestro corazón no está en ellas. Todos sabemos que la vida muchas
veces no es lo suficientemente larga como para vivir todo lo que nos gustaría,
pero para empezar ¡estamos vivos!
Espero que tengas una semana muy productiva.
El día de hoy quiero hacer un homenaje a todos los que ya nos consideran
adultos mayores y que en un afán legítimo de aprovechar el tiempo venidero,
bien merecen este reconocimiento, ya se han revestidos de dignidad por todos
los objetivos que lograron en su vida, pero que igual continúan luchando por
obtener esos sueños que se les rezagaron en el andar. Siempre hay
inspiración para todo, como ya sabes.
Mario de Andrade (*), nos dejó un hermoso poema, que se nos presenta como una
interesante apreciación de la vida, que, si logramos inspirarnos en ella,
podemos sin duda darle mucho más valor a cada segundo con este regalo que
llamamos vida.
Mi Alma
Tiene Prisa
dice así:
Conté mis
años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que
viví hasta ahora…
Me siento
como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con
agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos
profundamente.
Ya no
tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas,
procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no
tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad
cronológica, no han crecido.
Ya no
tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero
estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero
a manipuladores y oportunistas.
Me
molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para
apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las
personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo
es escaso como para discutir títulos.
Quiero la
esencia, mi alma tiene prisa…
Sin
muchos dulces en el paquete…
Quiero
vivir al lado de gente humana, …muy humana.
Que sepa
reír de sus errores.
Que no se
envanezca con sus triunfos.
Que no se
considere electa, antes de la hora.
Que no
huya, de sus responsabilidades.
Que
defienda, la dignidad humana.
Y que
desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo
esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero
rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a
quienes los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en
el alma.
Sí… tengo
prisa… -por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo
no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy
seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta
es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi
conciencia.
Tenemos
dos vidas y, la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una…
Mario de
Andrade
(*) Mário Raul de Morais
Andrade
(São Paulo, 9 de octubre de 1893 - 25 de febrero de
1945) fue un poeta, novelista, ensayista, y musicólogo brasileño. Fue uno de los
miembros fundadores del modernismo brasileño. En 1922 participó activamente en
la Semana de Arte Moderno de São Paulo, que tuvo una gran influencia en la
renovación de la literatura y de las artes en Brasil. Su segundo libro de
poesía, Paulicéia desvairada, publicado ese mismo año, marca para muchos el
inicio de la poesía modernista brasileña. Durante los años 20 del siglo pasado,
continuó su carrera literaria, al tiempo que ejercía también la crítica musical
y de artes plásticas en la prensa escrita.
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